En muchos países aún hoy se discute la posibilidad de que los empleados trabajen desde su casa, ya sea por motivos operacionales, por una licencia prolongada, por beneficios adicionales o por situaciones coyunturales.
Todo esto tiene una lógica: desde las empresas al hablar de este tema, afirman que no todos se adaptan, no siempre cumplen a rajatabla sus responsabilidades, y, además, puede ser que se distraigan y que no dispongan del espacio apropiado para hacer su trabajo a conciencia. En tanto, los empleados reclaman mayor flexibilidad, disposición a encontrar nuevas formas de optimizar los tiempos, y que en las oficinas no siempre se logra alcanzar el máximo potencial que tendrían para dar.
La expresión “home-office” se traduce literalmente como “trabajo en casa”; sin embargo se aplica a cualquier otro espacio distinto a lugar fijo o preponderante donde una persona necesita desempeñar sus actividades.
Ya sabemos que la tecnología es el aliado indispensable para implementarlo con éxito; ¡qué sería de las personas y empresas si no tuviésemos acceso a Internet de velocidad, a una cierta seguridad en transferencia de datos y a la posibilidad de estar conectados permanentemente!
De allí que las empresas necesitan esforzarse por adaptar y adoptar sus políticas de funcionamiento, previendo las proyecciones que, para 2020 en el mundo, habrá casi un 50% de personas desempeñando teletrabajo a distancia. En Sudamérica el índice es más conservador: se habla de un 20%.
Se teletrabaja desde siempre
Los esquemas tradicionales de un empleado cumpliendo un horario fijo, marcando tarjeta, van dando a paso al trabajo por resultados. Y aquí reside algo fundamental del teletrabajo: las organizaciones deben actualizarse para poder liderar a distancia, y los empleados, a trabajar como si estuviesen en su escritorio todos los días. Para lograrlo se requiere un alto compromiso de ambas partes.
Lo cierto es que el home-office permite conciliar mejor la vida personal y profesional, contribuyendo a resolver algunas situaciones con una mayor equidad. De hecho, la mayoría de los emprendedores empezaron trabajando en su casa mientras desarrollan sus empresas. Hoy es factible lograrlo, siempre que se garanticen ciertas condiciones básicas, que deben estar reguladas de ambos lados: las empresas y los colaboradores.
Políticas de home-office en las empresas
En los últimos años se observa una tendencia creciente a que la “marca empleadora” de muchas organizaciones incluya la posibilidad de trabajar total o parcialmente desde casa. Uno de los argumentos es que buscan lograr una mayor productividad y automotivación mientras se cumplan los resultados, que son medidos y seguidos paso a paso por el responsable de esa persona.
Aunque hay que tener en cuenta que no todos los puestos pueden trabajar a distancia: hay tareas insustituibles que requieren estar en la oficina o planta de la empresa.
Esta guía busca ayudar a las empresas a establecer una política de trabajo a distancia para sus empleados, y a que se cumpla efectivamente. Para los empleadores:
Para el trabajador: ventajas y responsabilidades
Además de ahorrar en gastos de traslado y comidas, y de permitir un equilibrio entre la vida personal y profesional, se busca que el home-office estimule la motivación, la productividad y una mayor satisfacción hacia la tarea.
También tienen sus contras: no es fácil hacer home-office; se requiere ser extremadamente ordenado y organizado, y hay que esforzarse en mejorar la comunicación con los pares y jefes ya que será a distancia. Aunque cambia el entorno, no disminuye la responsabilidad sobre el trabajo final, así que se necesita ser mucho más esmerado. También hay que tener un espacio adecuado para poder trabajar confortables. Recomiendo que sea siempre el mismo lugar y en los mismos horarios, evitar las distracciones y estar disponible toda vez que sea necesario.
Esta guía de seis pasos puede ayudarte a hacer teletrabajo con eficacia:
Implementar un programa de teletrabajo implica también entrenar a los jefes y líderes de la empresa y a los empleados que estarán bajo esta política laboral, para que aprendan a trabajar a distancia: no es lo mismo tener a las personas a un metro de distancia que contar con la flexibilidad que impone el home-office. Para lograrlo, es necesario trabajar en equipo, facilitando una serie de encuentros para sentar las bases de cómo lo llevarán adelante, de qué forma medirán los resultados, cuáles serán los encuentros presenciales y los virtuales, y qué modalidades de liderazgo a distancia estarán vigentes.
Daniel Colombo
Facilitador y Máster Coach especializado en CEOs, alta gerencia, profesionales y equipos; comunicador profesional; conferencista internacional; autor de 29 libros.
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