por Daniel Colombo
Muchas personas piensan que vivir en este mundo, en su experiencia física, consiste en algo así como “levantarme, trabajar, dormir unas horas, y de vez en cuando, tendré alguna alegría”. Pasan por aquí en automático.
Este es el motivo por el que los viernes hay millones de personas que celebran el fin de semana, como si fuese la válvula de escape a una vida que fuese de otro; aunque, en verdad, la responsabilidad sobre la carga de frustraciones, decepciones y libertad condicionada es propia, de cada uno. De nadie más.
Todos venimos a esta vida con cierto propósito, si es que quieres creer en ello y vivirlo a fondo. Esa también es una elección personal.
Dentro de lo que haces cotidianamente, puedes escoger sólo entre dos opciones: vivir en automático, o darle sentido, dirección y propósito a tu vida completa: no de “a pedacitos”, ya que somos seres completos en el origen, con todas las cualidades y los aspectos a mejorar que tenemos.
Una forma verdaderamente esencial de conectar con el sentido de tu vida es tu Don.
Un Don es cierta cualidad que, a través de una habilidad, se convierte en un sello distintivo de quien eres desde tu Ser.
Un Don es una forma de transitar esta experiencia humana conectada con la profundidad de quien eres, sabiendo con total certeza el “para qué” estás aquí.
Un Don es una manera de encarar los proyectos y tu hacer en el mundo, en concordancia con lo que sientes, piensas y dices. Es decir, con coherencia e integridad; con profundidad y compromiso.
Muchas personas asocian el Don a una cualidad espiritual -no necesariamente religiosa, aunque ciertos dogmas han querido apoderarse de este concepto-. Espiritual en el sentido de una conexión profunda con quien eres y cuál es tu misión que determina tu destino mientras avanzas haciendo las cosas en el mundo.
Más allá de lo que la sociedad impone, diga, difunda o quiera implantar, todos somos seres únicos, irrepetibles; así como nuestros rasgos: pueden ser parecidos a tus progenitores, aunque no son iguales. Así como tu huella digital: es única, fue diseñada sólo para ti.
Este sentido de unicidad (ser único), lejos de convertirnos en seres “especiales”, sirve para conectar y complementarnos con otros, ya que vivimos en sociedad junto a las demás personas.
La unicidad tiene que ver con ser uno contigo; y esa es una definición bastante precisa de la palabra honestidad e integridad.
De modo que, te guste o no, hay un sentido de trascendencia que ya viene contigo desde que estás aquí. Lo que sí depende exclusivamente de ti es elegir qué quieres hacer con eso.
Conozco centenares de personas cargadas de angustia, frustración y rendidos ante la vida mediocre y miserable que tienen, cuando, profundizando en ellos, tienen algún Don excepcional que no se animan a sacarlo a la luz, o siquiera reconocerlo -por más que elijan mantenerlo oculto-. Observa estos ejemplos concretos con los que he trabajado como su coach ejecutivo:
Es decir: este es el motivo por el que millones de personas viven como zombies circulando por sus vidas vacías; con trabajos que odian y sin esperanza de cambiar ese estado interno que los consume por dentro. Personas que se lo pasan criticando a los demás, por pura envidia, sin hacer nada por sus míseras vidas.
Las personas que viven expresando su Don en el mundo, son alegres, entusiastas, optimistas; se enfocan en lo suyo y dejan de buscar la aprobación de los demás. Sienten que su vida es un universo de posibilidades abiertas y disponibles para ser tomadas. Asumen los retos y desafíos con coraje, atravesando la cuota de incertidumbre lógica, y no se dejan vencer por los obstáculos porque saben que, siempre, hay un aprendizaje detrás del fracaso que pudiese ocurrir. Les encanta ayudar e inspirar a otros. Viven según sus valores. Son luminosas, pueden cambiar la energía de entornos densos y por eso son, por un lado, buscadas y destacadas en su ámbito; y, por otro, blanco de críticas y todo tipo de ataques con tal de opacarlas. En este último caso, lejos de desanimarlas, esto fortalece aún más a las personas que viven su Don.
Para aquellas personas que aún no saben cuál es su Don personal, y de qué forma eso puede cambiar tu vida en forma significativa, aquí tienes siete formas de descubrirlo:
Si llevas adelante tu Don, será un faro, una guía en tu vida. Además, observarás como todos los problemas empiezan a tomar otro matiz, resolviéndose más pronto gracias a que estarás confiado, sereno y con certeza acerca del rumbo que sigues. La vida entra en sincronicidad y desde este lugar es más sencillo generar los resultados superadores en los que te enfocas. P
Desde hace décadas trabajo con personas como tú, dispuestas a encontrar su propósito, sentido y legado en la vida. En mi experiencia, cuanto más claros tengas estos aspectos, sumados a las formas de expresar en concreto tus Dones y habilidades, la vida se hace menos compleja y con mayor sentido de disfrutar y de plenitud. Escríbeme aquí si necesitas orientación y apoyo: estoy para trabajar contigo.
Daniel Colombo
Facilitador y Máster Coach especializado en CEOs, alta gerencia, profesionales y equipos; comunicador profesional; conferencista internacional; autor de 29 libros.
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