Un espacio para aprender que no es necesario ser una empresa grande para ser una Gran Empresa

Delegar

por Teresa Benedetti

Hay quienes delegan y quienes enferman antes de hacerlo. Luego, no tenemos  más remedio

Delegar no es tarea fácil para una estructura Pyme. Desde ya que hay empresarios PYMES que pueden hacerlo mejor que otros.

Primero: hay que estar convencidos, encontrarle las ventajas y aceptar los riesgos, porque desde ya los tiene.

¿Acaso existe algo en esta vida que no los tenga? …

Hay personalidades que “lo soportan más”, otras que por nada del mundo acceden y se cuentan mil cuentos al respecto y otras que les gusta concentrarse en sus aptitudes y “delegan racionalmente”.

Aunque no lo crean, hay otros que delegan cualquier cosa que les resulte aburrida y monótona. Esos obviamente son los más creativos y un poquito “locos”.  Capítulo aparte. Volveremos en algún momento con esta tipología.

De todas maneras y aunque aceptamos que es algo que pertenece al campo de la profesionalización que toda Pyme que quiera crecer lo necesita, es una de las tareas más difíciles y aquí también  los consultores tienen sus mayores desafíos.

Los clientes tienen sus bemoles, aunque todos son casi héroes a decir verdad, los conflictos al respecto se instalan. Ni hablar en estos tiempos virósicos.

Como decíamos,  cada modelo mental, accede de diferente manera. De todas formas – siempre –  aún en el caso del más arriesgado con el tema, aparece tarde o temprano lo siguiente:

“Dios mío, soy el responsable, la cara visible de la empresa” vienen entonces: arrepentimientos, autorreproches y cuestionamientos e insomnio; sobre todo si hubo algún problema con un servicio o producto y el cliente tomo voz poco amable.

Desde el modelo mental del obsesivo y controlador hasta el delegador compulsivo, las variantes son coloridas.

Es que delegar es algo que tiene que ver con conocer y aceptar que sin ello se obstaculiza el desarrollo de la empresa al no profesionalizarla.

Merece ser tomado en serio y recordar que cada caso es singular. Requiere de un pensamiento reflexivo sobre a quien se le delega, como se hace, propósito  claro y aptitudes comprobadas de las personas a quienes le delego las tareas. Hay otras cosas.

Esas aptitudes están referidas tanto a las técnicas  como a las  habilidades blandas. Hay una común a todos los casos y es hasta una obviedad : la responsabilidad sobre la tarea. No es tán fácil como decirlo, no lo es.

Lectura relacionada  El Arte de la Delegación: 7 motivos para no delegar y claves para superarlos.

Líderes hay pocos. Ahí se juega nuestra confianza con el otro

¿Sabemos cuales son nuestros verdaderos parámetros para otorgarla?, ¿los tenemos claros? ¿o es intuitivo y emocional lo que se nos juega?

Y ese es la gran inquietud que azota la cabeza de casi todos los empresarios PYMES: delegar, aún con el miedo a cuestas, porque el riesgo por mínimo que sea está. Mejor aceptarlo.

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