Por Andrea Méndez Mollá
Nos guste o no nuestro cuerpo habla, incluso aunque estemos en silencio. Aquí las 20 primeras reglas para expresar con tu cuerpo una actitud propia de un líder.
1. Ponte recto. Mantener los hombros hacia atrás y mostrar tu cuerpo al completo te dará un aire de confianza.
2. Saca las manos de los bolsillos. A menudo es visto como que tienes algo que ocultar.
3. Los brazos cruzados detrás de la espalda. Te ayudará a ajustar tu postura y la posición de tus manos es abierta y no intimidante.
4. Haz contacto visual. Mira directamente a los ojos de la personas con las que hablas. Demuestra interés y confianza en uno mismo.
5. Siéntate con la espalda recta. Encorvarse puede hacerte parecer desinteresado y te da un aire de pereza.
6. Estate enfrente de la persona con la que estás hablando. Demuestra interés y compromiso en la conversación.
7. Da la mano con firmeza. Para muchos el apretón de manos es el reflejo de la persona. No quieres parecer ni inseguro ni dominante por lo que asegúrate que el tuyo es profesional y seguro.
8. Sonríe siempre. Las sonrisas son contagiosas y harán que los demás se sientan cómodos y positivos contigo.
9. Estética aceptable. No tienes que vestirte como un modelo todos los días. Pero debes vestirte limpia y apropiadamente. La ropa puede tener un gran impacto en la forma en que eres percibido.
10. Camina con confianza. Cabeza alta y hombros rectos.
Ni tú ni tu equipo de trabajo será feliz si tiene que correr a sprint en el último momento para terminar el proyecto. Sigue estos 9 consejos:
11. Promete sólo lo que puedas ofrecer. No alimentes falsas esperanzas con cosas que no puedes cumplir.
12. Establece metas claras. Una vez sepas qué necesitas para llevarlo a cabo, es muy útil saber cómo y cuándo quieres hacerlo. Pon las metas en un papel y asegúrate que todo tu equipo tiene una copia.
13. Organiza un equipo. Cada persona tiene unas fortalezas y formación únicas que pueden hacer de ellos grandes activos para ciertos proyectos. Elige un equipo con los conocimientos adecuados para cada trabajo.
14. Delega tareas. Repartir el trabajo entre tus empleados es una manera de no sobrecargar a nadie, además de que agiliza el ritmo del proyecto.
15. Crea objetivos. La creación de objetivos os ayudará a mantener tanto a ti como a tu equipo un seguimiento del progreso. Además, da un sentido de logro al llegar a cada objetivo.
16. Mantén una comunicación abierta. Mantener a todos informados con el estado del proyecto es clave para asegurarte de que se completará a tiempo.
17. Organízate. Mantenerte organizado te evitará perder tiempo buscando documentos y archivos.
18. Asegúrate de que las expectativas han quedado claras. Asegúrate de que cada miembro de tu equipo sabe lo que tiene que hacer, cómo y cuándo.
19. Crea un plan. Crea un plan integral con tus objetivos, metas y características para abordar próximos proyectos. Así registrarás el proyecto y todo tu equipo lo conocerá.
Una oficina feliz es una oficina productiva. Todo el mundo será más feliz si sigues estas 10 sencillas reglas:
20. No hagas venir a tus empleados días que no tienen programados para trabajar ni los llames en vacaciones. A menos que no sea de máxima urgencia, deja que el tiempo libre de tus trabajadores sea precisamente eso, libre.
21. No tengas favoritos. Puede sesgar tu juicio y poner en peligro tu capacidad de liderazgo. Trátalos por igual.
22. Da crédito cuando es debido. No dar crédito a las ideas de tu equipo o acaparar toda la atención fomenta el resentimiento y además te hace parecer poco fiable.
23. No microgestiones. Está bien mantenerse al día de lo que tus empleados están haciendo ¡pero no mires constantemente por encima de sus hombros!.
24. Nunca hables de los problemas de un empleado con el resto de empleados. Únicamente les hará ver lo poco profesional que eres.
25. No interfieras en el trabajo de tus empleados. Si están trabajando no les digas cómo hacerlo. Incluso aunque no lo hagan de la forma que tu lo harías, lo mejor es dejarles que usen su propio criterio.
26. No presiones con plazos irrazonables. No quieres pasar todo el tiempo en la oficina. Tus empleados tampoco.
27. Cumple tus promesas. En especial la de salarios y beneficios.
28. Mantén el trabajo en el trabajo. No pidas a los empleados que ejecuten tus temas personales. Contrata a un asistente-
29. Recompensa el trabajo duro. Asegúrate que tu equipo se siente valorado por lo que hace. Premiar el esfuerzo les motivará a ser mejores.
30. Motiva. Es de vital importancia saber motivar a tu equipo y proveerles de un aumento de moral.
Un líder no se basa únicamente en qué puede hacer por los demás, también se trata de gestionar su propio desempeño.
31. Sé accesible. No te refugies en tu despacho todo el día. Sal y visita a tus empleados. Hazles saber que estás ahí si te necesitan.
32. Sé constructivo con las críticas que recibas. No siempre oirás lo que quieres oír. Aprende y crece a partir de tus errores.
33. Acepta la responsabilidad. Parte de ser el líder es aceptar la responsabilidad por los errores de todo lo que manejas, no sólo la tuya.
34. Saber que siempre se puede mejorar. No importa lo bien que crees que los has hecho, tu trabajo siempre se puede mejorar.
35. Mejora tus habilidades. Nunca se deja de aprender. Nunca es demasiado tarde o se es demasiado mayor para aprender algo nuevo o pedir alguien que te ayude a saber más.
36. Explica las cosas de una manera sencilla. No utilices jerga técnica o palabras ostentosas para sonar inteligente e impresionar a tus empleados. La sencillez y claridad les ayudará a entender mejor las cosas.
37. Instruir en lugar de ordenar. Eres el jefe, pero eso no significa que seas un mandón. Tendrás más éxito si entregas tus peticiones con más tacto.
38. Incluye al equipo en tus planes. No hagas de tu trabajo un «top-secret». Deja a tus empleados saber lo que está pasando y cómo se espera que contribuyan.
39. Conoce a qué se dedican tus subordinados. Mejorará tanto la relación personal como el estado profesional del proyecto.
40. Sé flexible. Está bien ser firme cuando se debe. Pero permite que sea flexible la forma en que se hace.
41. Obtén feedback regularmente. Tanto tus empleados como superiores te pueden dar información muy valiosa sobre cómo mejorar tu rendimiento. Úsalo a tu favor.
42. Conoce tus limitaciones. Conoce tus límites para saber decir «no» a las cosas que no puedes hacer.
Sacar el máximo provecho de tu día puede sonar difícil con una apretada agenda. Usa estos consejos para maximizar tu tiempo y estar más disponible para tus empleados.
43. Obtén el máximo provecho de las reuniones. Organízate y ten preparada las reuniones para aumentar la eficacia de éstas.
44. Enfoca tu energía en cosas que importan. No permitas que las tareas banales quiten el tiempo a las cosas que realmente importan.
45. Identifica a tus ladrones de tiempo. Todo el mundo tiene cosas que le distraen. Averigua cuáles son las tuyas y trabaja para eliminarlas, aunque sea para un par de horas al día.
46. Sé puntual. Nunca hagas esperar a tus citas o reuniones.
47. Responde a tu correspondencia en un plazo razonable de tiempo. No tienes que estar encadenado a tu bandeja de entrada pero asegúrate que respondes a los correos en un corto plazo de tiempo.
48. Haz sólo lo que sea necesario. Ir más allá a veces descarrila el proceso de las cuestiones más importantes. Asegúrate de que las piezas clave están conseguidas, y si luego te queda tiempo dedícalo a los asuntos adicionales.
49. Sigue un horario y rutina. Te ayudan a simplificar y mejorar tu productividad.
50. Organiza y administra tu horario del día. No pierdas de vista nada de lo que tienes que hacer.
51. Planea más de lo que crees que puedes hacer. Esto puede parecer estresante, pero realmente puede ser un gran motivador. Si te las arreglas para conseguir hacer todo, disfrutarás de una gran sensación de logro.
52. Ve antes a trabajar algunas veces. A veces ir media hora antes a una oficina solitaria te puede ayudar a conseguir grandes cosas o a planificar tu día sin las típicas distracciones.
53. Aprende que el estrés a veces es bueno. Algo en extremo suele ser malo, y especialmente el estrés. Pero un poquito puede ser la llama que despierte tu motivación para empezar a moverte.
54. Las tareas que menos te gusten primero. Después de hacerlas, todo lo demás será un agradable paseo.
55. Establece un presupuesto realista. Es bueno ser optimista, pero no planifiques un gasto mayor de lo que sabes no puedes pagar.
56. Ahorra costes en las áreas que importan. No te limites a pellizcar céntimos. Asegúrate de que tus ahorros tendrán sus frutos a largo plazo.
57. Gasta sólo cuando sea necesario. Cada pedacito que ahorres irá en tu beneficio.
58. Encuentra fuentes alternativas de financiación. Incluso las empresas de éxito a veces necesitan ayuda. Los préstamos comerciales y los inversores pueden ayudarte en los tiempos difíciles.
59. Mantente fiel a tus contratos. No sólo ganarás el respeto de tus clientes, también evitarás batallas legales que pueden ser una carga para la empresa.
60. Asegúrate que se recompensa a los empleados. Los empleados merecen ser recompensados por el trabajo duro. Al hacerlo aumentarás su productividad y felicidad laboral.
61. Aprende a hacer más con menos. La calidad es mucho más importante que la cantidad.
62. Gestiona el equipo sabiamente. Asegúrate de que todos los empleados tengan las herramientas que necesitan para trabajar.
63. Invierte en tecnología. Esto no significa que tenga porqué ser lo último en tecnología, pero sí lo que tu oficina necesita para trabajar con eficacia.
64. Actualiza cuando sea necesario. El uso de equipo y programas obsoletos puede reducir generosamente la eficacia y productividad de la empresa. No te quedes atrás frente a tus competidores.
65. No desperdicies. Cada papel, bolígrafo o clip es un coste en el presupuesto. Utilízalos sabiamente.
Comunicarte con ellos de manera eficaz es un buen ejemplo para la gente a la que lideras.
66. Recuerda que el cliente es el jefe. Tu trabajo es hacer al cliente feliz. Actúa en consecuencia.
67. Marca la diferencia. Destaca sobre tus competidores. No te pierdas en la mediocridad.
68. Retener a los viejos y reclutar a nuevos. Es muy importante mantener la relación con los clientes fieles. La publicidad del boca a boca no te costará nada y además te traerá nuevos clientes. Cuida a los viejos.
69. Proporciona canales eficaces de comunicación. Asegúrate que tus clientes pueden contactar contigo fácil y rápidamente.
70. Guarda los datos del cliente. Utilícelos para hacer que tus clientes se sientan especiales recordando ocasiones como cumpleaños y aniversarios.
71. Segmenta a tus clientes. No todos son iguales. Divídelos de tal manera que te permita proporciona la atención y necesidades únicas a cada uno.
72. Proporciona servicios eficaces de postventa. No dejes de mantener el contacto después de la negociación. Asegúrate de que tu cliente se mantiene feliz.
73. Escucha con atención. Escucha atentamente lo que tus clientes te están pidiendo para ayudarles a satisfacer mejor sus necesidades.
74. No tengas miedo de decir que no sabes. Es mejor decir que no sabes e ir con la verdad por delante que no atreverse a decir sí y luego tener que echar marcha atrás.
El mundo constantemente está cambiando. Así que sigue estos consejos para mantenerte al día.
75. No luches contra el cambio. No puedes parar los mercados, las tendencias y la tecnología así que aprende a ir con la corriente.
76. Adopta un estilo de gestión predictiva. No esperes que las cosas sucedan para actuar. Anticípate a los problemas y elabora planes de contingencia.
77. Prueba tus planes de contingencia. Esperar a que haya una huelga no es una manera muy inteligente de comprobar si funcionan. Pero compruébalos de vez en cuando para afinarlos y asegurarte.
78. Identifica los aspectos positivos. Incluso los cambios negativos pueden traer consecuencias positivas. Ser capaz de identificarlos y maximizarlos hará la adaptación menos dolorosa.
79. Sé rápido en adaptarte. Como Darwin dijo: «No sobrevive el más fuerte, sino el que mejor se adapta».
80. Pon atención a los factores externos. Tu negocio se ve afectado de muchas formas por factores externos. Mantente al tanto para evitar sorpresas y agilizar la adaptación ante cambios repentinos.
81. Pon en marcha un plan de investigación y desarrollo. Fomentar la innovación y creatividad es garantía de éxito. Es importante estar, pero si eres el primero más aún.
82. Echa un ojo a la competencia. No dejes que consiga lo mejor de ti. Mantente al día con sus avances y úsalo a tu favor en tu negocio.
Tanto si son externos como internos, los problemas en una empresa pueden ser una pesadilla si no se resuelven correctamente.
83. Da la cara por tus empleados. Si otros departamentos o gerentes están dando mano dura a tus empleados no dudes en defenderlos.
84. Arregla lo roto. No pierdas el tiempo buscando culpables. Primero soluciona el problema, luego ya, si quieres, buscas responsables.
85. Gestiona y controla tus emociones. No dejes que la ira o la frustración afecte a la resolución de tus problemas. Pueden causar daños que luego cuesten reparar.
86. Saber cuándo intervenir (y cuándo no). Algunos problemas se resuelven solos si los dejas fluir. Sé consciente de cuándo es necesaria tu intervención y cuándo no.
87. Toma la responsabilidad. Si has cometido un error reconócelo. Ser transparente es una de las cualidades más importantes en un líder.
88. Entérate de los hechos primero. Antes de juzgar encárgate de conocer toda la historia y no cuestiones ni culpes a nadie antes de conocer todos los datos.
89. Sobreponte a la crisis. Aprende a separarte del problema y elevarte por encima de él. Verlo desde lejos te dará una perspectiva más clara y objetiva sobre cómo corregirlo.
90. No ignores los problemas. Barrerlo debajo de una alfombra sólo logrará hacerlo más grande.
91. No personalices los problemas. Que tus empleados sepan que el problema no son ellos sino sus acciones. No lo hagas personal.
Liderar personas no es sólo conseguir que trabajen. Para ser un verdadero líder necesitas ir más allá de lo que el trabajo exige.
92. Predica con el ejemplo. Por mucho que hables de nada servirá si tus empleados no ven que haces lo que dices.
93. Ensúciate las manos. A veces es bueno mostrar a tus empleados que el líder también hace tareas poco atractivas.
94. Marca la diferencia con tus empleados. No te limites a ser un jefe, sé un líder.
95. Gánate la confianza y el respeto de tus empleados.9 Reglas para ganarse el respeto y convertirse en un líder influyente.
96. Sé empático a problemas personales. La vida personal puede afectar mucho a la calidad del trabajo. Sensibilízate ante los problemas que puedan tener tus empleados.
97. Sé único como líder. No intentes imitar a otros. Tú eres único, y tus formas también. Esfuérzate por ser un modelo a seguir.
98. La ética está por encima de todo. Sé honesto y sincero en todos tus negocios y relaciones personales.
99. Estate a la mira de nuevas ideas. Nunca sabes de dónde vendrá tu próxima inspiración.
100. Conoce a tus empleados. Aprende algo más que sus nombres. Interesate por su familia, sus gustos, intereses…Acercarte más a ellos logrará que ellos se acerquen más a ti.
Son 100. Todas son de sentido común. Pero es cierto que a veces este sentido no es tan común y hasta que alguien no nos lo recuerda no prestamos atención a la importancia de los pequeños (y no tan pequeños detalles).
Fuente: https://manuelgross.blogspot.com/2017/10/mejora-tu-liderazgo-con-100-consejos-de.html