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Por Juan Vicente Garcia Manjon
Estamos asistiendo a uno de los cambios más profundos y rápidos en la empresa, la sociedad y los valores y prioridades personales. Nos encontramos con que la pandemia está acelerando los 5 cambios principales a nivel global según PwC (2019) conocido con el acrónimo ADAPT: (Asymetry, Disruption, Age, Populim and Trust) disparidades en la riqueza mundial, disrupción tecnológica, aumento de la esperanza de vida, populismo y pérdida de confianza en las instituciones ¿les suena?
Está claro que difícilmente hay un sector económico que no se encuentre impactado por el cambio que estamos viviendo. Lo mismo ocurre en nuestras vidas personales y profesionales y en la sociedad en su conjunto. Pero ¿cómo respondemos a ese cambio?
Lo primero que tenemos que ser conscientes es de la existencia de dos variables:
Rapidez y magnitud del cambio: nos referimos a la rapidez con la que se produce el cambio y lo profundo que este es. En el caso de la crisis que estamos viviendo en la actualidad, se da la circunstancia que los cambios se han producido de la noche a la mañana y han sido de una gran envergadura.
Obsolescencia de las competencias corporativas. Es decir, hasta qué punto las capacidades de la organización han quedado obsoletas debido a los cambios. La pregunta es ¿me sirve la forma en la que sé y soy bueno haciendo las cosas para la nueva situación? ¿Qué necesito aprender para operar con éxito en la nueva situación?
Todos los sectores han estado afectados de la misma manera, ya que el nivel de impacto depende de la habilidad para garantizar la seguridad de los stakeholders. Así, según el informe de McKinsey (2020) Safeguarding lifes and livehoods, los sectores con una mayor dificultad para garantizar la seguridad son los servicios sociales y de salud, el comercio al por menor, el transporte público y privado y la hostelería y turismo. Con una dificultad media podemos encontrar la educación, agricultura, industria, servicios públicos, minería o construcción. Por último, los servicios de información, financieros, inmobiliario, servicios profesionales y la venta al por mayor, son los que menos dificultad tienen en garantizar la seguridad.
Por lo que se refiere a las competencias corporativas, hemos visto como los negocios que tenían un mayor grado de digitalización, han obtenido un plus de competitividad gracias a ello. También hemos observado como grandes cadenas de distribución han visto como su capacidad de venta online y logística de última milla ha quedado en evidencia ante las nuevas preferencias de los clientes.
A continuación presentamos una estructura de que nos puede servir para analizar cómo respondemos al cambio, dependiendo de la rapidez, magnitud e impacto en mis competencias que tenga. Para ello incluimos la siguiente matriz.
Espero que la estructura te sea útil. Hazme llegar tus comentarios y ejemplos en los cuatro cuadrantes.
Fuente: https://jvmanjon.com/2020/06/29/las-4-puertas-del-cambio/