Camelia Ram en Duke CorporateEducation del pasado 20 de junio plantea que cuando tomamos cualquier decisión estamos tratando de acortar la distancia entre una situación determinada y otra que deseamos en el futuro: el espacio entre ambos estados viene definido por nuestras elecciones para la acción que basamos en la mejor información disponible en ese momento. Cuando nos enfrentamos a un shock las elecciones se pueden alterar y se nos presentan nuevas vías de acción al volverse las anteriores imposibles y la información disponible para que podamos efectuar nuestras elecciones puede cambiar radicalmente.
Nuestro sesgo natural nos lleva a percibir los cambios en el estatus quo como amenazas potenciales; lo que nos conduce a actuar de forma que protejamos y preservemos lo que tenemos. Este patrón mental de supervivencia puede ser válido durante un tiempo, pro si queremos mantener la relevancia a largo plazo debemos estar pendientes simultáneamente de una imagen del futuro en la que no solo sobrevivamos sino que prosperemos. Esto es vital para moldear nuestra percepción de lo que es posible; de las nuevas posibilidades de acción y de la información que vamos a utilizar para tomar nuestras decisiones.
Existen 4 componentes clave que los líderes deben considerar para ayudarles a encontrar oportunidades ante situaciones de crisis y para que puedan continuar progresando hacia sus metas a largo plazo. Éstos son:
1.- VISUALIZAR
El primer paso consiste en tener imágenes vívidas de los resultados que nos importan más; tanto a nosotros como a nuestra organización: ¿De qué forma estamos contribuyendo? ¿Cómo se va a medir el éxito? ¿Cómo celebraremos y recompensaremos el éxito? ¿Por qué las personas se incorporan a la organización y por qué la abandonan?¿Cuáles son las competencias y roles críticos que se necesitan para alcanzar la visión? Una imagen clara del futuro es esencial para marcar con claridad las prioridades y asignar los recursos adecuadamente.
2.- REDISEÑAR
El éxito a largo plazo requiere eliminar o dejar de hacer las cosas que no están apoyando al logro de los resultados deseados, lo que implica cuestionar creencias y presunciones existentes; aceptar que algunas pérdidas pueden ser necesarias y forjar un estado de resiliencia.
Este proceso conduce naturalmente a la aparición de ansiedad y resistencias. Para ayudar a las personas durante el proceso de cambio los líderes deben comunicar qué resultados son importantes y cuál es la razón y explicar de forma abierta y transparente las causas de los cambios que se pueden producir.
3.- DETECTAR SEÑALES
Cuando las crisis se presentan la respuesta inmediata es el centrarse en mantener las operaciones principales funcionando. Pero las organizaciones deben continuar siendo relevantes para sus clientes ofreciéndoles lo que necesiten en eses momento. Los líderes deben estará atentos a lo que los clientes; colaboradores y competidores van a valorar con el cambio de circunstancias. Para ello deben desarrollar escenarios para explorar las señales de cambio y sus implicaciones; lo que nos servirá para salir adelante más rápidamente. Por ejemplo las universidades con mayor oferta online pueden responder mejor ante la aparición súbita de la necesidad de entornos de aprendizaje virtual como consecuencia de la pandemia actual.
4.- GENERAR RESILIENCIA
Las mismas cualidades que permiten a las organizaciones superar circunstancias difíciles son, también, clave para mantener el desempeño a largo plazo. Un gran shock normalmente es seguido por otros contratiempos y desafíos, particularmente en sistemas complejos. No podemos anticipar o prepararnos para todos los cambios posibles y tendemos a subestimar su intensidad y ámbito. Por tanto; al tiempo que desarrollamos las capacidades de nuestra organización, debemos construir nuestra propia capacidad para actuar y ayudar a desarrollar las competencias de los que trabajan con nosotros.
El interconectado y ambientalmente vulnerable mundo que habitamos implica que pequeños cambios en una parte del globo pueden tener efectos impredecibles y significativos en otros lugares; por lo que todo el sistema es frágil. En este contexto la colaboración continuada para obtener los resultados que verdaderamente importan se está convirtiendo en una obligación. La necesidad de que los líderes piensen en el largo plazo cada vez será mayor.
Fuente http://clavesliderazgoresponsable.blogspot.com/2020/07/la-importancia-del-largo-plazo.html