por Ludwig Javier Salazar Turriza
Cuantos de nosotros no hemos escuchado mil veces la frase “me dormí super tarde trabajando”, pero lo malo es que hay gente que cree que por eso el trabajo está bien hecho, o gente que a pesar de no haber terminado lo que le fue requerido pretende que se le pague por que el trabajo fue difícil.
Si bien el esfuerzo es parte fundamental del desarrollo personal y profesional, no lo es todo, es solo una parte del trabajo, el esfuerzo debe ser encaminado a generar un resultado, de lo contrario, el esfuerzo simplemente no habrá valido la pena.
El trabajador
Tengo un amigo que cada vez que tenía que visitar a algún cliente se pasaba horas sentado detrás de la computadora preparando su tema, armando su presentación, su jefe lo catalogaba como una persona muy trabajadora, siempre terminaba a tiempo y bien preparado, no importaba que tuviera que dejar de dormir.
Lo que era de llamar la atención en este caso en particular es que la presentación siempre era sobre el mismo tema, con algunos pequeños ajustes dependiendo del cliente, pero siempre contenía información muy similar.
Una presentación que contara con todas las diapositivas necesarias para cualquier cliente y a partir de la cual se armara la que fuera necesaria le hubiera ahorrado muchas horas de trabajo “repetido”, el problema es que en cambio perdería el calificativo de “trabajador”.
En realidad si se hubiera enfocado en el resultado más que en el esfuerzo hubiera podido dedicarse mejor a buscar más clientes.
El experto
Alguna ocasión en una escuela, habíamos varios maestros discutiendo el tema de aprendizaje, la intención era subir el aprendizaje de los alumnos y claro, como era de esperarse, que eso se reflejara en los promedios. Uno de los maestros presentes hizo una crítica a la forma de enseñar que se tenía en esa escuela hasta ese momento, y oh sorpresa!
Una maestra de la “vieja escuela” se ofendió por dicha crítica. “Yo llevo 20 años en esta escuela como maestra y no me va a decir cómo hacer las cosas” dijo algo molesta, efectivamente se trataba de una de las maestras de mayor antigüedad, pero eso no necesariamente significa la más calificada o la mejor preparada.
En ocasiones solemos confundir tiempo de permanencia con experiencia y si, me refiero específicamente a que estar 20 años no necesariamente me dan 20 años de experiencia, también debemos considerar que nos pueden dar 1 año repetido 20 veces.
Y permítanme sustentar esta idea. Si realmente tuviera 20 años de experiencia, entonces por qué los alumnos siguen sin realmente aprender? O por qué teníamos dicha discusión para empezar? De nuevo, le damos más peso e importancia a cuánto tiempo llevamos en el tema que realmente a cuál es el resultado.
El inteligente
En varias ocasiones me ha tocado escuchar como alumnos que asisten regularmente y hacen todos sus trabajos, se quejan de aquellos que asisten menos pero aún así sacan buenas calificaciones, especialmente en programas donde los alumnos trabajan y entonces la escuela es más flexible con las asistencias, de tal forma que se hace presente la frase “cómo puede sacar 10 si no viene?” y si estuviéramos en la primaria yo estaría de acuerdo con ello, por la formación que implica en el alumno.
Pero en el nivel universitario, con gente que ya trabaja, las cosas funcionan diferentes, hay gente que por su experiencia puede entender mejor ciertos temas, tiene facilidad para ellos o simplemente estudia y se pone al corriente en su casa, de tal forma que de nuevo, nos enfocamos más en el tiempo invertido en lograr el aprendizaje que en el aprendizaje en sí mismo.
En fin, podría poner muchos ejemplos más de cómo la cultura en general se enfoca al esfuerzo perdiendo de vista el resultado, pero a nadie nos gustaría que un doctor después de una operación de 8 horas, dijera que como ya se esforzó mucho su operación es un éxito, pero no ha suturado a su paciente, o sería mucho mejor pensar que el futbol se pudiera ganar teniendo 5 tiros a gol contra 2 goles, después de todo nos esforzamos más.
Dicho de otra manera, el esfuerzo realizado para la obtención de un resultado no tendrá validez si no se logra la meta planeada, solo así entonces el esfuerzo se transformará en la mayor satisfacción.
Debemos dejar de pensar en la “cultura del esfuerzo” y comenzar a pensar en la “cultura del resultado”.