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Haz esto para autopromocionarte y destacar en cualquier cosa que hagas

En el último episodio de «Una vida a tu medida», Eric Valladares explicaba que una de las cosas que mejor resultado le había dado cuando fue el propietario de un restaurante chino fue el sorprender a sus clientes con algún pequeño detalle.

Había veces que les regalaba una porción de un plato especial que pensaba que les podría gustar.

Otras veces les invitaba a un postre o a una bebida.

Pero siempre que podía, tenía algún gesto amable con sus comensales que ellos no esperaban.

Según Eric, esta filosofía de intentar dar siempre un poquito más apenas suponía un coste para él.

Sin embargo, tuvo más impacto en el crecimiento del restaurante que cualquiera de las campañas de marketing o de publicidad que hizo porque los clientes lo valoraban tanto y quedaban tan agradecidos que unas semanas más tarde volvían al restaurante o se lo recomendaban a todos sus amigos.

Sé que seguramente tú no seas el dueño de un restaurante como lo fue Eric.

De hecho, es posible que ni siquiera trabajes con clientes o de cara público.

Aun así, quería compartir contigo esta historia porque la filosofía del «dar siempre un poco más de lo que se espera de ti» es aplicable a cualquier área de la vida y una de las mejores formas que existen de autopromocionarse y destacar en cualquier cosa que hagas.

Y es que, en un mundo en el que impera la ley del mínimo esfuerzo, los pocos que tienen la generosidad de ir un paso más allá y dar un poquito más de lo estrictamente necesario brillan con luz propia.

Esto es algo que veo constantemente, por ejemplo, en mis formaciones.

La mayoría de los alumnos se limitan a hacer lo que les pido. Mejor o peor, pero lo que les pido.

Sin embargo, siempre hay un pequeño grupo de personas que, además de ver las lecciones y de hacer los ejercicios (y hacerlos con ganas, que esa es otra), echan una mano al resto de compañeros, comparten recursos adicionales con la comunidad… y al terminar el programa le hacen un pequeño regalo a su tutor para agradecerle su trabajo, graban un testimonio y nos envían un email con sugerencias constructivas para mejorar.

El comportamiento de esos alumnos llama tanto la atención que tanto mi equipo como yo sabemos perfectamente quiénes son.

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Y si, en algún momento necesitamos contratar a un nuevo colaborador o nos llega alguna oferta interesante, las primeras personas en las que pensamos es en ellos.

Pero no sólo eso, sino que en general vamos a hacer todo lo posible para ayudarles con cualquier cosa que esté en nuestra mano y aportarles valor, porque de alguna manera sentimos la necesidad de devolverles ese pequeño detalle que han tenido con nosotros.

Esta filosofía de «dar siempre un poco más de lo que se espera de ti” también funciona a la hora de buscar trabajo.

De hecho, hace poco hablaba de esto con mi amigo Javi Pastor en una masterclass que grabamos juntos sobre el tema.

Los dos coincidíamos en que, en todos nuestros procesos de selección, había un pequeño porcentaje de los candidatos que no sólo se limitaban a hacer la tarea que les pedíamos y ya, sino que iban un paso más allá y entregaban algo tan currado y tan completo que en cuanto lo veíamos lo primero que se nos venía a la cabeza es: «¿pero quién es esta persona?”

Por ejemplo, una de las tareas que pedí yo en su día para poder presentarse a la oferta de asistente virtual que publiqué hace unos años fue encontrar 3 posibles locales en Barcelona para organizar un evento con unas determinadas características.

Recuerdo que la mayoría de los candidatos se limitaron a hacer justamente eso: enviarme una lista de 3 locales junto con una pequeña descripción o una breve explicación de por qué los habían elegido.

Algunos incluso incluyeron el número de teléfono y el email de contacto de cada sitio, para que me resultase más sencillo contactar con ellos.

Pero hubo dos personas que me prepararon un dossier con 10 locales diferentes ordenados de mejor a peor, fotos de cada uno de ellos, un resumen completo de todas sus características incluida la estación de metro más cercana…

¿El resultado?

Contraté a una de esas dos personas, Isa, que lleva trabajando conmigo desde entonces, y con la otra todavía sigo en contacto y mantengo una buena relación.

Javi, por su parte, sacó hace poco una oferta para un puesto de Social Media Manager.

En su caso, la prueba práctica era hacer una propuesta para llevar las redes sociales de su escuela.

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Y lo que ocurrió es que el 95% de los candidatos se limitaron a enviarle un par de publicaciones de ejemplo o un plan sin apenas detalles, y sólo hubo 5 personas que le mandaron un plan completo con distintos tipos de publicaciones analizadas, ideas, sugerencias, un calendario a varios meses vista…

De esas 5 personas Javi eligió a la que mejor hizo la prueba a nivel técnico, pero curiosamente… ¡las otras 4 también acabaron trabajando!

Algunas porque las contrató él para otros puestos, y otras porque se las recomendó a amigos suyos que también estaban buscando a alguien que les llevase sus redes, pero la tasa final de contratación de ese grupito fue del 100%.

Porque insisto: cuando das más de lo que se espera de ti, tu comportamiento llama tanto la atención de las personas con las que interactúas que su tendencia natural es la de querer ayudarte, devolverte el detalle de alguna manera e incluso intentar que formes parte de su vida, y eso hace que se te abran muchas puertas.

La mayoría de la gente no es consciente de esto, pero un pequeño cambio de actitud puede tener un gran impacto en tu vida y en los resultados que obtienes.

Por eso, mi propuesta para hoy es simple:

Quiero animarte a que durante 30 días adoptes la filosofía de «ir un pasito más allá».

A que des un poquito más de lo que se espera de ti en las distintas áreas de tu vida y en tus interacciones con los demás.

Por ejemplo…

  • Cuando te marches de un Airbnb, déjalo ordenado en vez de hecho un desastre como hace todo el mundo para que el propietario o el personal de limpieza tengan que trabajar menos (o al menos para que no se asusten al entrar)
  • Cuando tu jefe te pida algo, piensa en qué más puedes hacer por tu parte para ahorrarle tiempo, facilitarle la vida de alguna manera o ayudarle a quedar bien delante de su superior
  • Cuando te vayas de viaje, tráele un pequeño regalo a la chica de recepción de la oficina, al empleado de la cafetería que te prepara el café todos los días o al guardia de seguridad con el que siempre charlas mientras te fumas el cigarrillo. Es decir, a esa persona con la que interaccionas de manera regular pero de la que nunca nadie se acuerda
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Prueba a cultivar esa generosidad, a comportarte de tal manera que todo aquel que tenga contacto contigo piense: «ojalá todo el mundo fuese como este chico o como esta chica».

En la mayoría de los casos se trata de pequeños detalles que a ti no te costarán mucho, pero que, como dice Eric al final de su entrevista, «harán que todo vaya más fluido, te sientas mejor, y que –de forma inexplicable aunque seguramente razonable– se multiplique tu suerte.»

Fuente: https://viviralmaximo.net/dar-mas/

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