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¿Somos líderes natos? ¿Qué es el liderazgo?

Por Ricard Lloria

Empecemos por el principio, ¿qué es el liderazgo?

¿Qué es el liderazgo?

Esta podría ser nuestra pregunta más importante en cualquier discusión sobre cómo desarrollar nuestras habilidades de liderazgo personal. También es la más difícil de responder. El liderazgo es un comportamiento. El liderazgo es una percepción. El liderazgo es un proceso. El liderazgo es un conjunto de habilidades. El liderazgo es una posición. Todo ello podría ser verdad. Pero a su vez, todos estos “adjetivos”, “calificativos” o cómo lo queramos llamar, son inadecuadas para definir el liderazgo. Lo más importante, el liderazgo está en el ojo de la persona que nos ejerce de “espectador”.

“Los seres humanos tenemos el problema de querer dar respuesta a todo. Tenemos una tendencia excesiva a dar explicaciones de cosas para las que en realidad no tenemos ninguna explicación”. Malcolm Gladwell

Lo que creemos sobre el liderazgo moldea nuestra creencia sobre cómo podríamos comportarnos cómo líderes. El qué las personas nos ven como líderes, será lo que creen acerca del liderazgo determinado a lo que requieren de nosotros como líderes. Lo que está sucediendo en ese momento, las circunstancias, determina lo que se nos requerirá como líderes. Así que, lo que creamos sobre el liderazgo es solo un pequeño elemento de lo que podríamos ser al moldearnos como líderes si queremos ser unos líderes eficaces.

Lo hablamos en los estilos de liderazgo, hace tiempo, también en los estilos de liderazgo según Goleman.

Entonces, ¿cómo lo podemos averiguar?

Según la Wikipedia (Liderazgo), ya el concepto de liderazgo se remonta a “La búsqueda de los rasgos de líderes han sido una constante en todas las culturas durante siglos. Escrituras filosóficas como la República de Platón o las Vidas de Plutarco han explorado una pregunta básica: «¿Qué cualidades distinguen a un líder?» tal y cómo indica en “Plato’s Republic, The Dialogues of Plato translated into English with Analyses and Introductions by B. Jowett, M.A., (Builes Maya, Juan Fernando (diciembre de 2016). «El líder de producción». C&E. Consultado el 11 de septiembre de 2017.) , volumen 3 Oxford University Press, 1892”

También ya nos dan la evolución del mismo concepto en la misma Wikipedia “La teoría de los rasgos se exploró a fondo en una serie de obras del siglo XIX. con los escritos de Thomas Carlyle y Francis Galton, cuyas obras han llevado a décadas de investigación. Carlyle identifica los talentos, habilidades y características físicas de los hombres que llegaron al poder y Galton, examinó las cualidades de liderazgo en las familias de los hombres poderosos, concluyo que los líderes nacen.

A mediados del siglo XX, sin embargo, una serie de exámenes cualitativos de estos estudios llevó a los investigadores a tener una visión radicalmente diferente de las fuerzas impulsoras detrás de liderazgo. En la revisión de la literatura existente, encontraron que mientras que algunos rasgos son comunes a través de una serie de estudios, la evidencia general sugiere que las personas que son líderes en una situación puede no necesariamente ser líderes en otras situaciones. (liderazgo situacional)

Mientras en Occidente el liderazgo se estudia desde perspectivas democráticas y autocráticas, en Oriente se desarrolló según el confucionismo la idea del líder como un ser erudito y benévolo, apoyado por una gran tradición de piedad filial. Como dice Sun Tzu en El arte de la guerra”

Si queremos comenzar cualquier investigación de liderazgo, podríamos empezar por examinar nuestra propia experiencia. Cuando pensamos o recordamos en los mejores líderes que hemos conocido se a título personal, profesional o simplemente los líderes globales tanto actuales o lo largo de la historia, nos podemos preguntar, ¿qué características tienen? ¿Qué comportamientos? ¿Qué conocimientos? ¿Cómo nos hicieron sentir? ¿Cómo se comunicaron con nosotros y con los demás? ¿Hubo alguna diferencia? ¿Cómo delegaron? ¿Cómo dirigieron y lideraron el cuadro grande de mando? ¿Cómo condujeron y manejaron el detalle? ¿Fueron extrovertidos o fueron introvertidos? ¿Eran inteligentes? ¿Gustaron a las personas que trabajaron para ellos? ¿Se llevaban bien con los compañeros? Cualquiera que sea nuestra respuesta a estas preguntas, es probable que sea eso lo que creemos en nuestro concepto de que es ser un “buen” líder.

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Sin embargo, un “buen” líder también tiene y tenía algunas características negativas. ¿Qué hizo mal? ¿O, simplemente que dejaba de estar bien o correcto? ¿Cuáles fueron los defectos, el carácter, la carrera o el liderazgo que tuvo nuestros “mejores” líderes? (errar es de humanos)

Hagamos una lista similar de características, comportamientos, habilidades, conocimiento de nuestros “peores” líderes. ¿Por qué eran tan malos líderes? ¿Qué hicieron mal? ¿Qué fue lo que nos puso al borde de ellos?

Ahora, pongámonos el sombrero de ser “honestos”. Para que el líder “malo” tenga un rol de líder, debería haber hecho algo bueno o bien. ¿Cuáles fueron las buenas cualidades de nuestro “peor” líder? Si aún tenemos puesto nuestro sombrero de ser “honestos”, es probable que las características, habilidades, comportamientos buenos y malos tanto del “mejor” líder como del “peor” líder tengan alguna coincidencia. Si no, nos tocará mirar o reflexionar de nuevo.

¿Cómo las personas se pueden convertir en líderes?

Las combinaciones de habilidades, rasgos, experiencias, comportamientos y circunstancias se unen para poner a las personas en los roles de liderazgo. Una persona de la historia, posiblemente apócrifas, es la del primer ministro Winston Churchill, que fue un fracaso como líder hasta que llegó la Segunda Guerra Mundial y los ingleses necesitaban la combinación específica de habilidades de Churchill. ¿Cierto? Podríamos decir que seguramente haya más de una versión de esta parte de la historia. Sin embargo, hay circunstancias específicas que exigen conjuntos de habilidades específicas de los líderes. Un líder que es grande en un estado estable, liderando una gran organización estable no es necesariamente el líder adecuado para una pequeña organización empresarial, o viceversa.

Ahora es cuando llegamos la pregunta que muchos nos hacemos, no haremos y continuaremos planteando ¿Los líderes nacen o se hacen?

Hace poco, alguien me preguntó si creíamos que podíamos crear líderes. En realidad, sorprendió la pregunta, de esas que lees, las piensas e inclusos las reflexionas. Pensé que todos sabían que los líderes podrían desarrollarse. Nota para nosotros mismos: Nadie sabe nada en todo, y el aprendizaje es continuado, la verdad absoluta deja de existir. Segunda nota para nosotros mismos: solo porque creamos en algo, eso no significa que sea un hecho que todos conozcamos. Tercera nota para nosotros mismos: Nunca, nunca, nunca olvidemos que nuestros “hechos” no son los hechos de todas las personas, de todo el mundo, de todos en general.

Ni los programas formativos ocasionales pueden crear directivos competentes ni la formación obra milagros a través de los cursos puntuales. Por supuesto que líderes y mandos tienen que formarse y deben seguir aspirando a incrementar sus habilidades y conocimientos, pero el arte de dirigir requiere un mínimo de solvencia para que pueda practicarse con éxito y sin dañar estructuras ni personas que integran la organización.” Por Javier Villalba en Los lideres no nacen se hacen.

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Quien también nos dice que “Soy de los que opinan que los líderes no nacen, se hacen, pero para dirigir y, en concreto, para conducir personas hay que llegar al puesto formado y bien pertrechado de habilidades. ”

Cómo si, por ejemplo, entráramos ahora mismo en la cocina y nos pusiéramos a cocinar, por ejemplo, un pastel.

Convertirse o convertirnos en un líder es como hornear un pastel desde cero, vamos cogiendo varios ingredientes diferentes, que si un poco de esto, algo de eso, lo agitamos y horneamos a la temperatura adecuada durante el tiempo correcto. Convertirse, convertirnos en un líder es mucho más complicado que todo esto también, nos requiere que seamos una máquina de aprendizaje. Requiere que nos evaluemos de una manera muy abierta y objetiva. Requiere que nos obligues a tener experiencias y a reflexionar sobre esas mismas experiencias. Requiere que queramos probar cosas que no funcionan y para aprender de ellas. Requiere que aprendamos a escuchar, a confiar y a experimentar. Requiere que permanezcamos flexibles en todo momento. Nadie nos va a decir “tú eres un líder”.

¿Nacemos o nos hacemos?, quizás sean el sumatorio de muchas otras cosas que están involucradas para nuestro desarrollo, cómo podría ser el aprendizaje basado en la propia experiencia que vamos obteniendo, causados por la acción, efecto, y probablemente el error, para luego la solución.

Veamos si los líderes podemos ser desarrollados. Hemos podido observar a la gente crecer con habilidades de liderazgo. ¿Pero, nacieron con habilidades incipientes que se hicieron más dominantes? En otras palabras, ¿nacieron líderes? Tal vez o quizás no, lo desconocemos. Pero quizás podrían ser líderes, a priori, y luego, cuando fueron expuestos a ideas, a nuevas formas de pensar e interactuar, cuando empezamos a practicar, aprender, es quizás cuando nos convertimos en mejores líderes.

Según “The Center for Creative Leadership” (El Centro para el Liderazgo Creativo), que realiza una gran investigación y capacitación en liderazgo, hace años preguntó a los líderes de C Suite si creían que los líderes nacen o se hacen “Are Leaders Born or Made? Part I  por Sophia Zao” nos encontramos con los siguientes resultados:

Cincuenta y ocho por ciento de los encuestados creemos, como personalmente podríamos pensar, que los líderes se hacen. El diecinueve por ciento creemos que han nacido y el veintinueve por ciento creemos que son ambos. Si los líderes nacen, entonces no hay mucho que podamos hacer para que los líderes crezcan. Sin embargo, si nacen con potencial, entonces, por supuesto, hay cosas que podemos hacer para que sean mejores líderes.

Empecemos con lo que crea un líder. Si un líder nace, entonces son sus características y rasgos personales los que lo convierten en un líder. Presumiblemente, estas personas mostrarían capacidades de liderazgo a una edad muy temprana. Sin embargo, lo interesante de esto es que la forma en que se juzga a los niños como “líderes” es muy diferente a la forma en que se juzga a los adultos como “líderes”.

Creemos que la mayoría de la gente estaría de acuerdo en que estas características personales son parte de lo que hace un líder. La disputa es solo acerca de cuánto importan estas características. Las otras cosas que contribuyen son entrenamiento y experiencias de liderazgo.

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La misma encuesta del “The Center for Creative Leadership” (Centro para el Liderazgo Creativo (CCL, por sus siglas en inglés)) preguntó a los que creían que los líderes habían nacido y a los que creían que los líderes habían crecido cuánto jugaban estos otros factores en el desarrollo del liderazgo. Curiosamente, ambos grupos pensaron que todos desempeñaban un papel, solo que variaban en función del rol. Aquellos que creyeron en el método “nacido” pensaron que los rasgos eran 31%, que aprendían 28% y que las experiencias eran 38% del desarrollo de los líderes. Aquellos que creían en el método “hecho” pensaban que los rasgos eran del 20%, que aprendían el 34% y las experiencias eran el 46% del desarrollo de los líderes.

Nosotros decidimos,

Podemos sentarnos y esperar a que la organización lo “desarrolle”. Podemos lamentar el hecho que podríamos dejar de ser “uno de los altos potenciales elegidos” en la organización. Podemos decidir que podemos dejar de pagar un MBA o un certificado ejecutivo. O podemos llegar a trabajar en el desarrollo de nosotros mismos. ¿Qué sabemos sobre el liderazgo? ¿Hemos leído sobre Liderazgo Situacional? ¿Hemos leído el desafío de liderazgo? ¿Conocemos las teorías del liderazgo? ¿Entendemos el poder? ¿Sabemos cuándo usar qué tipo de poder? ¿Qué papel tiene el carisma en el liderazgo? ¿Qué experiencias podemos agregar a nuestro currículum que aumentarán nuestras capacidades de liderazgo?

Mantengámonos al tanto de todo las novedades, de los aprendizajes, descubrimientos, etc.

Una nota final que nos dicen en el propio artículo de “Are Leaders Born or Made? Part I por Sophia Zao

La investigación genética a menudo se ha malinterpretado como una defensa del determinismo genético. Pero recientemente, cada vez más investigadores se han dado cuenta de que los factores genéticos trabajan en conjunto con los factores ambientales en la configuración de las actitudes y el comportamiento humano. Dicho de otra manera, el liderazgo es un producto conjunto de la naturaleza y la nutrición. La pregunta clave es cómo las organizaciones y los individuos pueden descubrir las mejores formas posibles de optimizar las posibles influencias positivas de la naturaleza y minimizar las posibles influencias adversas de la naturaleza cambiando la nutrición. Como Francis Bacon escribió una vez: “La naturaleza, para ser ordenada, debe ser obedecida”.

En resumen, ya sea que los líderes “nazcan” o “se hagan”, su propio desarrollo personal puede tener un gran impacto en sus capacidades de liderazgo.

Fuente: https://ricardlloria.wordpress.com/2019/08/05/somos-lideres-natos-que-es-el-liderazgo/

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