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5 estrategias de reencuadre o reframing para resolver problemas difíciles.

por Montse Villa
A la hora de solventar un problema nos puede ser muy útil cambiar el enfoque de la situación. Con un nuevo punto de vista se descubren aspectos que permanecían ocultos y aparecen soluciones singulares.

Reencuadre (reframing) significa literalmente “colocar algo en otro marco”, lo que se asimila a “reinterpretar” el significado de las situaciones. Los reencuadres originan un cambio en nuestras emociones y en la mayoría de ocasiones nos “sorprenden”.

Los chistes se valen de reencuadres para hacernos reír, cambiando disparatadamente el contexto o significado de una situación y provocando nuestra sorpresa.

En PNL el término “reencuadre” se refiere a la idea de encontrar la utilidad o función de un problema. Cuando atravesamos un momento difícil nos resultará muy alentador tener la certeza que nos será útil en un futuro haber pasado este trance. Descubrir algo provechoso de una situación, en un principio adversa, modificará nuestra actitud versus a ella.

Un reencuadre productivo nos permitirá pasar de un estado limitante a uno que nos induzca a actuar para conseguir el estado deseado.
Tipos de reencuadres productivos

1. De marco-problema a marco-objetivo

El marco-problema nos lleva a centrarnos en los síntomas de una situación indeseable y en las causas que la provocan, mientras que el marco-objetivo nos lleva a pensar en las metas y resultados deseados, así como en qué recursos necesitamos para lograrlos.

Mediante este reencuadre, transformamos afirmaciones de problemas en afirmaciones de objetivos y formulaciones negativas en formulaciones positivas.

Ejemplos:
Marco-problema: caen las ventas; el Marco-objetivo sería: aumentar las ventas y buscar los recursos para conseguir más pedidos.
Marco-problema: estar en paro; el Marco-objetivo sería: tener un trabajo y buscar los recursos para conseguirlo.
Con ello se modifica la percepción de un estado limitante a un estado que impulsa a la acción.
2. De marco-fracaso a marco re-alimentacion

Este reencuadre consiste en centrarse en el aprendizaje que conllevan los errores y fracasos, más que en el fracaso en sí; sacando partido de la información obtenida para poder mejorar y corregir aspectos necesarios para lograr el objetivo deseado.
3. De marco-imposibilidad a marco “como si”

Consiste en actuar “como sí” ya se hubiera conseguido el objetivo o estado deseado.
Ejemplo:
Marco- Imposibilidad: Soy incapaz de hablar en público
Marco “Como si”: Imaginarse “como si” ya fueras un gran orador. ¿Qué postura y tono de voz adoptarías? ¿Cómo te dirigirías a tu audiencia? ¿Cuáles serían tus palabras de bienvenida?
Al interpretar este papel de “como si”. El aspecto de imposibilidad cambia y nos abre a confiar en las posibilidades de lograrlo y en los recursos que necesitamos.
4. De marco-objetivo a marco-otro objetivo

Un objetivo inicial determina qué se considera importante y exitoso y qué no. Sin embargo puede resultar que tras un periodo el objetivo inicial pierda relevancia y otros aspectos que en un principio no contaban, ahora puedan centrar la atención de los actores. Entonces el marco-objetivo pasará al marco “Otro- objetivo”.

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Así, `por ejemplo, podría darse el caso que en un principio quisiéramos sacar una muy buena nota en un examen y posteriormente darle más importancia al hecho de haber aprendido cosas o adquirido una nueva habilidad, aunque hayamos sacado solo un suficiente.

No debe confundirse con el conformismo, sino en una reevaluación de intereses.
5. Cambiar el tamaño del marco

El tamaño del marco incide en las percepciones de una situación. No es lo mismo ver la situación desde una perspectiva muy concreta y limitada que ampliar el campo de visión.

Tampoco es lo mismo estudiar los efectos a corto que a largo plazo o la incidencia de una acción a nivel particular o colectivo. Este patrón nos sirve para reevaluar o reforzar la implicación de una determinada acción a lo largo del tiempo y en qué nos afecta particularmente a nosotros y a los demás.
Concluyendo…

Hay reencuadres que se limitan a darnos una perspectiva más positiva de la situación en sí. Un buen ejemplo es el del “vaso medio vacío o medio lleno”. Pero reencuadre no significa colocarse unas lentes de color de rosa y convencerse que las situaciones que vivimos son idílicas.

El objetivo de un reencuadre, en términos productivos, es conseguir ampliar las perspectivas de la realidad y obtener más margen de maniobra para lograr nuestras metas. Si el reencuadre es conformista y no nos parece auténtico, no tiene efecto. Al contrario, se convierte en una simpleza y un auto-engaño.

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