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12 habilidades creativas que los robots no tienen (por ahora) y los humanos sí. 

Por Juan Pastor Bustamante. 

 “Están por todas partes. Fábricas, comercios y hogares (estos últimos con la denominada domótica) se ven inundados por distintos tipos de robots programados para realizar diferentes tareas”. Así abre el World Economic Forum un artículo sobre los robots publicado en su web.

Hace apenas unos días, el célebre tenor italiano Andrea Bocelli compartía el escenario del Teatro Verdi de Pisa con YuMi, un robot humanoide diseñado por la firma suiza ABB que dirigió la filarmónica de Lucca, en el primer Festival internacional de robótica de la ciudad toscana.

Todas las miradas estaban puestas en él. Las críticas a su actuación no fueron muy positivas y los músicos a los que dirigió se mostraron escépticos, convencidos de que YuMi nunca podrá emular lo que transmite un director de orquesta de carne y hueso.

Puede que en esta actividad concreta, no, pero en otras muchas sí. Robots repartidores de comida a domicilio corretean ya por las calles de HamburgoBernaLondres o Washington DC desplazando a sus homólogos humanos.

Y el Washington Post tiene “sentado” en su redacción a un robot, de nombre Heliograf, que ha escrito en un año unos 850 artículos que generaron más de 500.000 clics.

Todo apunta a que esta disrupción tecnológica irrumpirá en los trabajos administrativos, la contabilidad, la atención directa al público, el transporte, la construcción, la banca, los gobiernos locales, las tiendas, los cafés y restaurantes.

La robotización y su impacto en el empleo es posiblemente una de las cuestiones socioeconómicas más relevantes a las que se van a enfrentar las economías avanzadas en este siglo, si no la más importante. Y habrá que redefinir muchos aspectos.

¡Qué viene el robot! Los mensajes alarmistas proliferan y en parte son necesarios, porque los desafíos son enormes.

Pero no todos son pesimistas y algunos expertos como el profesor de la Universidad de Vigo Alberto Vaquero creen que
“Van a desaparecer empleos mecánicos, y van a aparecer nuevas profesiones más creativas”

O como Josep Lladós, investigador de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), para quien
“los trabajos que quedan protegidos de la robotización son aquellos donde es necesaria una mayor inteligencia creativa, intuitiva o emocional” ya que, en estos oficios, “la robótica se convierte en una ayuda porque evita al trabajador realizar las tareas rutinarias, por lo que dispone de más tiempo para desarrollar su creatividad”.

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Las máquinas tienen sus limitaciones.

No pueden manejar cosas que no han visto o procesado muchas veces antes; no están capacitadas para situaciones nuevas, para improvisar. Los humanos, sin embargo, tenemos la capacidad de conectar elementos dispares y resolver problemas de una manera que los robots jamás – o al menos de momento – imaginarían. A esto se le llama actuar con creatividad.

La potencial robotización nos llevaría a definir (y casi reivindicar) precisamente aquello que nos hace humanos.

Y ¿qué es lo que no pueden hacer los robots? Pues simplemente habilidades como estas, muchas de ellas relacionadas con la creatividad:

  • Plantear preguntas incisivas
  • Cuestionar premisas sobre cómo deben hacerse las cosas
  • Concebir nuevos modelos de negocio o enfoques innovadores
  • Comprender y apelar a los sentimientos y emociones humanas
  • Diseñar o crear campañas creativas provocativas, humorísticas o llamativas
  • Romper las normas de manera deliberada
  • Crear o contar historias que inspiren o motiven al público
  • Establecer una nueva estrategia o dirección
  • Hacer algo espontáneo, entretenido o inesperado
  • Anticipar nuevas tendencias y necesidades futuras
  • Afrontar problemas desde ángulos completamente nuevos
  • Imaginar un futuro mejor

¿Deberíamos dejar todo el trabajo rutinario a los robots y centrarnos en desarrollar nuestras habilidades creativas?

Las organizaciones que probablemente sobrevivan a esta nueva revolución industrial son aquellas que sean capaces de combinar la eficiencia de la automatización con nuevas iniciativas ingeniosas y atractivas.

Para eso necesitarán más humanos imaginativos, pensadores laterales, más personas que puedan cuestionar lo establecido. Para eso necesitamos más innovadores.

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