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Emprendimiento: Cómo evitar que estalle tu pompa de jabón

por Ignacio Merino

Se te encomienda, a partir de ahora, el cuidado de una pompa de jabón: tu emprendimiento. Tendrás que empezar a tomar decisiones para que no estalle.

Emprendimiento: evitar que estalle tu pompa de jabón

Dos errores fatales en las decisiones iniciales:

El primero tiene que ver con un aspecto del comportamiento humano: como no sabemos exactamente qué hacer, porque lo hacemos por primera vez, miramos lo que hacen otros y hacemos lo mismo.

Estadísticamente, una mayoría no logrará sus objetivos. Si haces lo que hacen otros, la estadística no jugará a tu favor.

No hagas lo que hacen otros.

El segundo tiene que ver con esta frase:

«Con actitud positiva y trabajo duro lograrás lo que te propones.»

Es un mensaje popular, motivador y bonito, no cabe duda, pero bordea más el «misticismo» que la realidad. Por eso es peligroso.

Es innegable la ilusión y el «subidón» que puede generar la hipérbole y el entusiasmo de ese discurso motivador, pero casi sin excepción, no refleja la realidad con la que se enfrentará una persona al llegar a la jungla del mundo empresarial y al encuentro de los depredadores que la habitan.

Lamentablemente, una vez dentro, esa motivación «sintética» se desinfla y se convierte en confusión al comprobar que esas dos habilidades no te permiten transitar por esa «jungla».

Frente a esa actitud positiva «sintética», está la que consigues como resultado de ser bueno en lo que haces, de estar preparado, de conseguir resultados, de entender las realidades que se necesitan para conseguirlos y de tener la disciplina de basar tus actuaciones en esas realidades.

De esa manera consigues una energía que perdura. Más preparación genera más confianza, que sedimenta en una actitud positiva natural, que logra que aumenten tus probabilidades de conseguir lo que te propones.

Hay una realidad tozuda detrás. Puedes plantearte todos los objetivos que desees, pero no lograrás ninguno sin preparación.

Cuando superes esa primera etapa, en algún momento, te enfrentarás con una segunda realidad (igual de tozuda) en tu emprendimiento.

Las cosas no saldrán como tú quieres. Inevitablemente ocurrirá así. La persona que posee «de verdad» una actitud positiva, será aquella que conoce el mecanismo para mantenerla en el tiempo. Y no es otro que reconocer que muchas veces el resultado no será el esperado, pero que hay que moverse rápidamente a la siguiente «casilla» y no quedarse estancado.

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De alguna manera, lograrás lo que te propones si tienes decisión para actuar sin miedo al fallo, porque ese fallo será el que posibilite tu logro. Paradójico, pero cierto.

Esos «reveses» del camino del emprendimiento sirven para afinar esa preparación y mejorar tus probabilidades para el siguiente intento.

Por otro lado, podrá ser injusto o no, pero trabajar duro no garantiza nada. Los ejemplos son demasiado numerosos para confirmarlo.

El emprendimiento es, en último término, convertir tu conocimiento, talento, valentía y tiempo en dinero.

Tu éxito en la tarea dependerá del porcentaje de tus recursos que destinas a actividades que te acerquen a tus objetivos.

No todas las actividades te acercan. Estar ocupado no significa avanzar.

Dicho esto, te he hablado de preparación. Pero preparación… ¿en qué?

¿Alguna idea?

Los negocios son y seguirán siendo un modo de organizar clientes.

Por tanto, necesitarás:

    • Llamar la atención, entregar tu mensaje y conseguir que determinadas personas, que tú elijas, se conviertan en tus clientes. Es una inversión. Tú eliges en quien inviertes.
    • Hacer que esa inversión sea rentable y contribuya al beneficio de tu empresa.
    • Mantener/ascender el compromiso de esas personas para retenerlos como clientes como vía para ese beneficio.

Efectivamente estás en lo cierto: en ningún momento considero en el listado tu producto o servicio.

Es más importante que no estés atado a «algo» específico. Será la constante adquisición de inteligencia sobre el comportamiento de tus clientes y sus cambios de intereses, deseos, preferencias, gustos y “disgustos”, lo que te llevará a responder con cambios continuos en tu negocio, productos o servicios.

Porque cuando transites durante un tiempo por esta jungla, te darás cuenta de que estás involucrado no en uno, sino en varios negocios:

    1. En el que crees que estás.
    2. En el de dar a conocer ese negocio.
    3. En el negocio de ganar dinero (eso no va a cambiar).
    4. En el negocio de educar e informar a tus clientes, potenciales y reales, como herramienta valiosa y clave de persuasión y atracción.
    5. En el negocio del entretenimiento –una de las demandas que será común a todos los sectores y categorías –.

Créeme si te digo que hago mías tus ilusiones, con el convencimiento de que sólo quien sepa reconocer que su negocio son «varios negocios», podrá diferenciarse del resto para ser la opción preferida –y de ese modo, evitar que estalle su pompa de jabón— y conseguir su objetivo.

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Fuente https://www.emprendices.co/emprendimiento-como-evitar-que-estalle-tu-pompa-de-jabon/

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