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Habilidades para crecer: Cómo cultivar una mentalidad de crecimiento

Por  Virginia Cabrera

Nos pitan los oídos con las capacidades que se nos pide desarrollar para conservar trabajo y sueldo. Así que más nos vale creer que podemos crecer y cambiar.

Y hacerlo comienza por creerlo posible.

Tu mentalidad afecta a tu manera de afrontar la vida. Tú decides si, en los cambios, ves oportunidades o te centras en los riesgos. Si te lanzas a intentar subirte a la ola o te acobardas rezando para que no se te lleve por delante.

Hace ya algunos años que la psicóloga Carol Dweck publicó Mindset: The New Psychology of Success. Donde describe eso que ella denomina una mentalidad de crecimiento. Una mentalidad que “te obliga a practicar sin descanso para mejorar, probando una y otra vez nuevas aproximaciones”.

Las diferencias no las marca lo que sabemos, sino lo que creemos

La clave de una mentalidad de crecimiento es el convencimiento de que nuestras habilidades y capacidades pueden desarrollarse durante toda la vida.

Y, que hacerlo, implica necesariamente el equivocarnos más de una vez. Haciendo que estos “dolores” tengan sentido porque somos capaces de aprender de ellos y, por tanto, de seguir haciendo intentos con infinita paciencia y foco en el largo plazo.

Dweck opone la mentalidad de crecimiento a lo que llama una mentalidad estática o fija, definiéndola como esa que cree que cada uno es como es y que, de adulto, ya no puede cambiar lo que es capaz de hacer.

Yo la llamaría más bien, y que me perdone la profesora, mentalidad tradicional. Porque es a la forma de pensar a la que la mayoría hemos sido acostumbrados.

Y digo hemos sido con toda la intencionalidad. Porque la mentalidad, aun cuando incluye componentes de tu carácter (algo con lo que naces), incorpora también y en la misma media aspectos sociales, emocionales y educacionales como la experiencia vivida, el tipo de gente que te rodea y tus sueños y metas.

Con el corazón en la mano, ¿no prefieres llegar y besar el santo, evitando el fracaso? ¿No crees que cagarla expone tus insuficiencias o que tus limitaciones son, si no permanentes, al menos algo muy difícil de cambiar?

Me encanta el libro de Carol Dweck. Te recomiendo encarecidamente su lectura.

Te invitará a una reflexión muy necesaria, aunque, sin que suene contradictorio, también tenga algo que no he conseguido interiorizar del todo. Porque, asumiendo el valor didáctico que tiene mostrar posturas extremas, me temo que casi nadie encaja del todo en los estereotipos.

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Esto es lo que yo he sacado en claro sobre la mentalidad de crecimiento

  • Que la mentalidad ni es 100% fija ni es 100% de crecimiento

Porque yo no soy la misma en todos los aspectos de mi vida. Para algunas actividades soy muy disciplinada y, para otras, un desastre. Hay registros donde no tengo sentido del ridículo y otros que me imponen por encima de la media.

Me encantaría poder decir que tengo mi mentalidad bien alineada con el crecimiento. Pero necesito permitirme el reconocer sin castigarme, que en algunas ocasiones me seguiré comportando como una mentalidad fija. Asumir que no puedo pensar en adelgazar sin huecos para saltarme el régimen.

  • Que el crecimiento no es un camino es de rosas

Yo soy animosa y sintonizar con la meta no me cuesta. Pero parones y retrocesos son un jarro de agua fría.

Por ello, el acoger con naturalidad los tropiezos y las emociones negativas me resulta un aprendizaje fundamental. Todas las rosas tienen espinas, y aún sabiéndolo, me cuesta llevarme bien con ellas. Me ayuda el recordar que los rellanos son necesarios si pretendes subir muchas escaleras.

  • Que la mentalidad no lo es todo

He aprendido que querer no siempre es poder. Aunque sé seguro que no querer es no poder.

La actitud abierta, sin perjuicios ante lo nuevo, ayuda a mejorar. Pero no garantiza nada. No hay recompensa segura.

Sé que si no disfruto del placer del intento, mal andaré.

¿Qué hago para sumar hacia mi mentalidad de crecimiento?

  • Obligarme a probar cosas que me incomodan o que no entiendo bien cómo funcionan. Me lanzo a cosas que no he hecho nunca, solo para ver qué soy capaz y entender cómo me sientan. He aprendido no contar únicamente con mi juicio, así que busco también el que sean otros quienes me digan qué tal lo hice. Este blog nació de ese espíritu. Y hoy te cuento (no te rías) que esta mañana he grabado unos videos para abrir mi canal en TikTok.
  • Combinar resultados con aprendizaje. Me gusta apostar por eso que sé que me saldrá bien. Pero soy consciente de que repetir un esquema sin evolucionarlo es pan para hoy y hambre para mañana. Me obligo a mejorar eso que ya funciona, incluyendo algo que no sepa hacer. Así mato dos pájaros de un tiro: innovo en lo que ofrezco, y de paso, me obligo a aprender cosas nuevas.
  • No tener objetivos. Siempre pensé que lo primero antes de dar un paso era saber adónde querías ir. Hoy sé que lo de la meta es la gran excusa para no hacer nada. Así que, aunque tengo claro el escenario al que me gustaría subir, a veces doy pasos sin tener nada claro que me lleven hacia él. Me permito seguir “rutas laterales”, dejarme liar por quienes me voy encontrando, y también descansar y retroceder, aunque eso me siga costando mucho.
  • Valorarme, animarme y tratarme bien. Sé bien que lo que dices marca lo que piensas, que las palabras marcan diferencias. Yo abuso del aún y del todavía. «No soy bueno en esto … todavía” “No me siento cómoda… aún”. Acepto con más o menos deportividad el fallo, pero procuro no permitirme el no haberlo intentado lo suficiente.
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No sé qué tipo de mentalidad estarán cultivando estas “obligaciones” pero creo que me están haciendo mejor profesional y también, me atrevería a decir, que mejor persona.

Desde luego me están haciendo mirar más allá de mis limitaciones, más allá de mis obligaciones y más allá de lo que es estrictamente necesario. Y eso, sin duda, me ayuda a crecer.

Dicen que no podrás hacer grandes cosas si antes no las esperas de ti mismo.

Pues eso. Cuestión de mentalidad.

Te invito a que revises lo que piensas de ti

Fuente: https://balcon40.com/2021/10/15/habilidades-para-crecer-como-cultivar-una-mentalidad-de-crecimiento/

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