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Espejo, espejito, dime una cosa

Por Eduardo Press.

En las primeras décadas del siglo 19 los hermanos Grimm publicaron una serie de cuentos que se hicieron populares y vigentes hasta el día de hoy. Existen versiones en cine, teatro, obras musicales de muchos de esos cuentos. En 1937 se conoció la primera versión animada de Blancanieves del grupo Disney.

Como en la mayoría de los cuentos no faltaban los malvados y los buenos e inocentes.

Una de las malvadas más famosas es la Reina madrastra de Blancanieves.

Enamorada de su propia belleza, solía preguntarle a su espejo mágico cada día:

_Espejo espejo mágico dime una cosa, ¿Qué mujer de este reino es la más hermosa?

Y el espejo mágico siempre le contestaba a la reina:

_Usted, majestad, es la mujer más hermosa de este reino y de todos los demás .

Pero, cuando Blancanieves fue unos años mayor, la malévola reina le preguntó a su espejo mágico lo mismo que tantas otras veces, esperando la misma respuesta, pero este le respondió:

_Mi Reina, está llena de belleza, es cierto, pero su joven hijastra, la princesa Blancanieves, es ahora mil veces más hermosa que usted.

La historia posterior es conocida.

La necesidad de la devolución del espejo

¿Qué representa hoy la permanentemente necesidad que el “espejo” responda “sos la más hermosa”?

Existen personas con estas características en toda la sociedad, nos vamos a focalizar en lo que vemos en las empresas.

  • Personas con la necesidad de mostrar la propia actividad siempre como exitosa y que sea reconocida por los otros como tal. No hay margen para la duda. “Mi” postura es la más clara, “Mi” proyecto es el mejor. “Espero que se den cuenta de lo buena que es mi idea”.
  • La creencia que siempre son los acertados y que el equívoco está en el otro. Se hace muy complicado el intercambio de opiniones más si se le plantean desacuerdos. “Yo soy el que sabe” es más fundamento que una explicación de la idea.
  • Importa mucho la imagen. Se muestran y reclaman la devolución como la madrastra del espejo.
  • Se creen brillantes y quieren “que se note”.
  • Si su imagen no es ratificada produce malhumor y el malhumor no es una buena herramienta de gestión.
  • Gozan de cierto histrionismo, no muestran pudor en exhibirse como los mejores.
  • Sus puntos de vista siempre son los más importantes. No toman en cuenta los de los demás.
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En las empresas

Si las personas que gestionan a otras personas (dueños, ceos, gerentes, mandos medios, supervisores, jefes) reúnen todas o algunas de estas características a la larga o a la corta la gestión se vuelve ineficiente. No quiere decir que no se consigan logros o que no funcione. Quiere decir que el costo es muy alto por la ineficiencia.

¿En qué consiste la ineficiencia?

En que este tipo de actitudes desmotivan a la gente, en lugar de estimular los aportes de los otros, los desmerecen y aquellos que alguna vez pensaron en contribuir con ideas dejan de hacerlo, se genera algo parecido a los que se llama “trabajo a reglamento”, se hace lo mínimo para cumplir, pero no más, se cumple pero no se crece. Y en general los mejores se van a otra empresa donde sean más reconocidos.

¿Cómo se los detecta?

Es muy sencillo. En pocos minutos de observación uno se da cuenta enseguida. En su afán de mostrarse no hace falta ningún diagnóstico demasiado profundo.

No todo es negativo

Mirarse en el espejo no necesariamente nos ubica en el lugar de la malvada madrastra. De vez en cuando es bueno mirarse, no para preguntarle al espejo sino para preguntarse a uno mismo cómo es que se ve, que es lo que cada uno ve de lo que le devuelve el espejo

Es un buen ejercicio, lo mismo se puede trasladar a las personas. Es mucho más funcional recibir los puntos de vista de los otros que controlar y dirigir cuáles deben ser esas opiniones. Recibiendo se aprende, controlando y dirigiendo nadie aprende nada ni uno ni los otros.

Espejos y vidrios

El espejo no es transparente. Solo refleja la imagen que tiene por delante. Cuando se gestionan personas, se dirige una empresa, se coordinan equipos los espejos no sirven. Nos separan de la gente. Si continuamos con la metáfora de los materiales el vidrio transparente permite ver y ser visto. Nos acerca a los otros. Da la posibilidad de ser más eficiente la gestión.

En las empresas son necesarios menos espejos y más vidrios.

Recomendaciones

Cada manager tiene derecho legítimo a “ser” o a comportarse como quiera, todo es respetable. Cuando se mire en el espejo sería bueno que se pregunte qué tipo de empresa y equipo quiere tener.

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Si quiere obsecuencia, recibir sólo buenas noticias, no quiere escuchar los problemas existentes, que su gente cumpla con lo mínimo, entonces bienvenido el espejo mágico. Tiene que saber que de ese modo no ve más allá de su propia nariz y seguramente lo que le devuelve el espejo sea un “espejismo”. Eso sí, qué después no se sorprenda cuando se choque contra la pared.

Si quiere que su empresa crezca, se expanda, sea una empresa con innovación, con su gente motivada, que se levante cada mañana sabiendo que su trabajo vale la pena, disponer de herramientas para resolver nuevos problemas recomendamos que guarde el espejo mágico en el arcón junto con los cuentos de la infancia.

Amigo lector: ¿Qué estás mirando: un espejo o un vidrio? ¿Te estás mirando o estás viendo a los otros?

*En colaboración con la Lic. Sofía Florin, especialistas en psicología organizacional y empresas familiares.

Fuente: https://www.sitioandino.com.ar/n/371459-espejo-espejito-dime-una-cosa/

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