7 claves para superar obstáculos

Por Francisco Alcaide

Hace algunos días dejaba en mi cuenta de Instagram la siguiente reflexión: «La mayor parte de los obstáculos que te impiden alcanzar tus objetivos no son ‘externos’ sino ‘internos’». La vida son problemas siempre, a veces profesionales y otros personales: con clientes, proveedores, pareja, amigos, vecinos, administraciones públicas, entidades financieras, haters… Problemas, problemas y más problemas. 

Todos tenemos problemas, pero hay personas que se elevan por encima de los acontecimientos y otras son engullidos por las circunstancias. Por tanto, lo importante no es tanto la realidad ‘objetiva’ (lo que ocurre) como la realidad ‘subjetiva’ (como la vive cada uno). 

Apuntamos 7 claves para superar problemas y obstáculos:

1. CONTACTOS. 

Siempre se ha dicho que hay que tener amigos hasta en el infierno. Y es cierto. Los contactos sirven para todo. Son una fuente de recursos cognitivos, de apoyo emocional, sirven de conectores con otras personas o ayudan a eliminar burocracia, entre otros. Los contactos sirven para conseguir aquello que queremos de manera más fácil, rápida y eficiente. Keith Ferrazzi, autor de Nunca comas solo, nos lo recuerda: «A quién conoces determina la efectividad de lo que sabes». El propio Ferrazzi comentaba en una entrevista en Aprendemos Juntos: «La pobreza no es la ausencia de dinero, sino la ausencia de acceso a la gente adecuada». Eso sí, los contactos hay que cuidarlos y mimarlos. La generosidad es la habilidad más importante en el networking. O dicho de otra manera: trabaja tu red cuando no te haga falta para cuando te haga falta trabaje para ti. Si sólo te acuerdas de los demás cuando tienes problemas, la gente se irá apartando de ti poco a poco. Los ‘jetas’ no gustan a nadie.

2. OBSERVAR.

Aprender de la historia es una de las mejores formas de no repetir los mismos errores y de sacar enseñanzas que nos permiten alcanzar nuestros objetivos de forma más inteligente. Ninguna historia de éxito es una línea recta, sino que el que el camino está jalonado de momentos buenos y malos, problemas y otros inconvenientes y contrariedades. Aprender a triunfar es aprender a sufrir. Para eso sirve leer y estudiar biografías inspiradoras, para ver cómo otros se enfrentaron y lidiaron con las dificultades con las que nosotros también tenemos delante. Como decía en este artículo Brad Smith, presidente de Microsoft: «La historia no se repite pero a menudo rima». Ya sabes: aprende de los mejores, aplícalo y te irá mejor en la vida.

3. DESARROLLO.

Apuntaba cierta vez Jim Rohn, uno de los personajes incluidos en Aprendiendo de los mejores (Alienta, 26ª edición): «No pidas menos problemas, desarrolla más habilidades, los problemas nunca desaparecen». No existen los problemas grandes, existen las personas pequeñas. Si un problema te parece grande es que te quedan conocimientos, habilidades y experiencia por adquirir. Los problemas encogen a media que nuestros conocimientos, habilidades y experiencia aumentan. Lee, escucha podcasts, ve vídeos, busca mentores y coaches, apúntate a un infoproducto, asume mayores riesgos, busca conscientemente experiencias incómodas… y todo ello contribuirá a que te expandas y crezcas. Nada cambia si tú no cambias; nada mejora si tú no mejoras. Invierte en ti y mejores cosas ocurrirán en tu vida. 

4. PACIENCIA.

Siempre se ha dicho que la mejor manera de comerse un elefante es bocado a bocado. Ningún problema es tan grande si se trocea en partes, pero a menudo queremos resolver los asuntos de una tacada, y así es complicado. Fíjate que ningún estudiante obtiene su carrera universitaria en un año, sino que el plan de estudios suele estar articulado en un periodo de entre 4 y 6 años. Así todo es más llevadero. Si quisiese acabar sus estudios en un año, sería víctima de la ansiedad, del agobio, del cansancio, del desánimo y la desesperación. Lo poco, con constancia y paciencia, acaba siendo mucho. Todo el mundo quiere ganar mucho dinero de manera rápida, algo que es bastante complicado. Hay algo más inteligente y sencillo: la capitalización compuesta. Empieza a invertir pronto aunque sean pequeñas cantidades, y ese poco capitalizado (los intereses devengan intereses) acaba siendo un volumen importante de dinero. Una persona que con 20 años invierta 100 euros al mes durante 45 años a una tasa del 10% anual tendría en la edad de jubilación (65 años) cerca de 1 millón de euros.  

5. EQUIPO.

Nadie lo sabe todo y nadie lo hace todo bien. Por eso se trabaja en equipo. No tienes que saberlo todo, ni tienes que hacerlo todo. Delegar, subcontratar, pedir ayuda, hacer equipo son claves para crecer y avanzar. Nadie solo ha llegado demasiado lejos. La gente inteligente se ‘apalanca’ en otras personas: asesores, consultores, empleados o colaboradores, entre otros. La autosuficiencia sólo conduce a la ineficacia y la ineficiencia. La autosuficiencia es la enfermedad del fracaso. La gente que piensa en grande –y tiene que hacer frente a muchas dificultades y problemas– hace equipo y se rodea de gente competente (técnicamente) y con valores (humanamente). 

6. ANTICIPACIÓN.

Si tienes un alquiler y te va a vencer el contrato pronto, a lo mejor tienes que conformarte con una casa que no te gusta mucho porque necesitas un espacio con premura. Otro ejemplo: siempre es más fácil cambiar de un trabajo a otro, que de nada a un trabajo. Quien está desempleado está más presionado y a lo mejor tiene que conformarse con un empleo que no desea pero que necesita. Lo mismo si te vas de vacaciones. Si las planificas con antelación puedes encontrar vuelo y alojamiento fácil y ahorrarte un buen dinero, de lo contrario a lo mejor te quedas si billete / alojamiento o te sale mucho más caro (y no te merece la pena). Anticiparse, prevenir, no dejar las cosas para última hora, estar pegado al mercado para ver por dónde van las tendencias y no llegar tarde, evita muchos problemas posteriormente. Lo mismo sucede con la salud: si vas a revisiones periódicas, te cuidas y tienes hábitos saludables, puedes evitarte complicaciones que más adelante no tengan solución. 

7. TIEMPO.

Se suele decir que ‘el tiempo todo lo cura’. Si no todo, al menos lo hace más llevadero. El tiempo es una variable que influye decisivamente en muchos aspectos de la vida. El amanecer sólo llega pasada la noche. Nunca llega antes por levantarnos más temprano. Lo mismo con las estaciones: tras el invierno, la primavera; después, el verano; y más adelante, el otoño. Todo tiene sus ciclos; todo tiene su proceso. Muchos fracasos proceden de querer adelantar la hora de nuestros éxitos. Nikos Kazantzakis, escritor y filósofo griego, señalaba: «Las grandes leyes de la naturaleza son: no corras, no seas impaciente y confía en el ritmo eterno». Date tiempo, es uno de los mejores consejos que se puede dar a la gente. Si te ha dejado una pareja, necesitas tiempo para asimilarlo; si ha fallecido un familiar cercano, necesitas tiempo para digerirlo; si te han despedido de tu trabajo, necesitas tiempo para procesarlo. La tristeza y el desánimo también forman parte de la vida. El duelo es esencial y necesita tiempo. Así pasa con todo.

Para acabar y como se recoge en Tu futuro es HOY (Alienta, 6ª edición): «La esencia de la grandeza humana radica en la capacidad de optar por la propia realización personal en circunstancias que otros optan por la locura». Cuando los obstáculos se hacen insalvables por determinados motivos, siempre nos queda la aceptación de los hechos, y crecer desde ahí. Es la filosofía estoica. Sufrimos porque pensamos que las cosas deberían ser de otra manera. Elegir nuestra actitud es nuestra gran libertad. Por último, te invito a leer también el post Nunca tires la toalla que escribimos hace algún tiempo.   

Fuente: https://franciscoalcaide.com/blog-francisco-alcaide-2/289-7-claves-para-superar-obstaculos