Cómo Profesionalizar una Empresa Familiar y no morir en el intento

Por Carina Vázquez

Dice la parábola bíblica que “el vino nuevo se vuelca en un odre nuevo, porque de lo contrario el odre viejo no lo resiste y se rompe y se pierden el odre y el vino a la vez”.

Algo parecido sucede en las empresas familiares cuando en el afán de avanzar y de dar ese salto de crecimiento, sus dueños deciden incorporar nuevas cosas, pero sin modificar nada en la realidad de la empresa.

Las historias se repiten con distintos actores, pero el final es el mismo: el dueño que quiso traer un cambio en la empresa, contratando nuevas tecnologías, incorporando gerentes y haciendo esfuerzos económicos muy importantes, pero sin lograr los resultados que esperaban.

A esto se suman los conflictos internos, la incertidumbre del entorno y el sinsabor de no entender en qué fallaron.

¿Cómo se profesionaliza una empresa familiar?

Primero, lo primero…

Un tema clave para la profesionalización es entender de qué se trata antes de lanzarnos a cualquier proyecto.

La profesionalización es una forma de pensar el negocio, y es a partir de este cambio de mentalidad que podemos comenzar el proceso. La manera de pensar la empresa genera un impacto en la visión estratégica, que demandará un cambio de estructura y el acompañamiento de una transformación cultural.

Si esto no ocurre, lo que generalmente viven muchas empresas es un efecto presión de todo lo nuevo que se quiere implementar produciendo un desgaste, agudizando la resistencia a los cambios y obteniendo poco o nada de resultados.

En mi rol de consultora de empresas familiares, conocí la historia de una familia que había realizado una de las inversiones más importantes en la adquisición de sistemas. Habían pensado que eso solucionaría sus problemas de organización y nada de eso les había ocurrido. Por el contrario, estaban en una crisis económica y de relaciones en la familia echándose culpas por el fracaso de ese gran proyecto.

Mapa de la profesionalización

Debemos tener muy presente que se trata de un proceso que impacta en todos y cada uno de los integrantes de la organización.

Para lograr la profesionalización necesitaremos el compromiso y el involucramiento de todas las personas comenzando por sus dueños o líderes. Aquí nos encontramos con un aspecto determinante de los intentos fallidos en las empresas familiares: querer profesionalizar la empresa sin que se profesionalice la familia que trabaja en la empresa.

El recorrido de la profesionalización podrá detenerse más o menos tiempo en alguna de las siguientes estaciones, pero sin duda pasará por cada una de ellas:

1. El Liderazgo de la empresa
2. Formas de organizar la estructura de funcionamiento
3. Gestión de la información de la empresa
4. Capacitaciones y aprendizajes del personal
5. Nueva cultura

Lejos quedó la idea de que profesionalizar es meramente contratar profesionales o querer incorporar a la fuerza métodos o sistemas.

Del mapa al recorrido

Saber a dónde queremos llegar es importante, pero descubrir el camino, es la llave al destino.

El recorrido se trata de ese día a día, paso a paso que vamos realizando para llegar al objetivo de la profesionalización. 

Cada empresa familiar, tiene su propio reloj que está definido por las necesidades de cada empresa en particular. En esto no hay fórmulas, porque lo más importante es respetar la identidad de la empresa, su historia, su realidad, su legado, que marcarán los tiempos del proceso.

No es posible saltearse etapas ni apurar el ritmo con atajos porque eso retrasa la llegada al destino y suele poner en riesgo el bienestar de la familia y la empresa.

Si estás pensando en profesionalizar tu empresa, estás por emprender un camino de transformación que se inicia con un cambio de mentalidad mucho antes de implementar acciones.

Fuente: https://conempresar.com.ar/como-profesionalizar-una-empresa-familiar-y-no-morir-en-el-intento/