Un espacio para aprender que no es necesario ser una empresa grande para ser una Gran Empresa
Home » Calidad de Vida » La ley del espejo. Por qué me molesta lo que veo en ti

La ley del espejo. Por qué me molesta lo que veo en ti

Por María Mikhailova

¿Te suena lo de la Ley del Espejo? Cada vez se escucha más sobre este tema tan interesante y profundo. O tal vez hayas oído que en una relación, sea de amistad o de pareja, el otro nos hace de espejo. También se habla de esta ley cuando decimos que algo nos molesta de otros, pues en realidad se trata de un tema nuestro que deberíamos mirar.

Como muchas veces este concepto nos resulta difícil de entender, en este post voy a tratar de aportarte claridad abordando la Ley del Espejo desde 3 puntos de vista o 3 escenarios. Asimismo, te voy a compartir de dónde proviene esta ley.

Si me sigues hace tiempo, ya sabes que soy Coach, mentora y formadora de coaches y soy, sobre todo, una persona muy práctica, pero también me encanta la Espiritualidad.

Desde mi punto de vista, un tema puramente práctico o racional que no tiene un fundamento espiritual, muchas veces se queda en la superficie. Y a mí personalmente me gusta ir a lo profundo, que es cómo creo que se pueden conseguir verdaderas transformaciones.

Por ello, también me apasiona hablar de las 7 Leyes Universales. Si quieres saber más sobre estas leyes, en mi blog tienes un artículo muy completo sobre estas leyes y su relación con el Coaching desde un abordaje práctico, como a mí me gusta.

De dónde proviene la Ley del Espejo

Según lo veo yo, la Ley del Espejo tiene mucha relación con varias de las 7 Leyes Universales, reflejadas en el famoso libro, escrito de forma anónima por los 3 iniciados y basada en pensamientos de un sabio antiguo, llamado Hermes Trismegisto, El Kybalion.

Y la Ley del Espejo tiene que ver especialmente con la 2ª Ley Universal, la Ley de la Correspondencia. La Ley de la Correspondencia nos viene a decir que todo lo que vemos fuera es un reflejo de lo que hay en nuestro interior. De hecho, esta Ley dice concretamente lo siguiente: “Como es arriba, es abajo. Como es dentro, es fuera”.

Es decir, todo lo que está dentro de mí lo veré reflejado fuera. Y todo lo que veo reflejado que me afecta, me molesta o, por el contrario, me gusta tiene que ver con cómo me siento por dentro, cómo estoy vibrando o cómo estoy pensando y sintiendo sobre una determinada situación.

Asimismo, como acabo de mencionar más arriba, otra Ley Universal que interviene en la Ley del Espejo es la Ley de la Vibración: vibraciones similares se atraen. Si vibro en el miedo, la vida será un espejo de esta emoción del miedo. Si vibro en el amor, me enfocaré automáticamente en situaciones de fuera que vibren amorosamente.

Y también, otra ley muy relacionada con la Ley del Espejo es la Ley del Ritmo. Esta parte a priori es un poco más difícil de entender, pues se trata de que a veces el espejo nos muestra justo lo contrario a lo que somos o sentimos. Por ejemplo: me molestan personas muy egocéntricas pues no me permito mostrarme al mundo, me escondo. Esto lo explicaré hacia el final del artículo.

Y para que sea más fácil entender la Ley del Espejo voy a compartir unos ejemplos desde los 3 ángulos o puntos de vista que te mencionaba arriba.

Escenario 1# Me molesta algo de los demás

Vamos a empezar con lo más habitual, cuando nos molesta algo de los demás. Imagina que tu pareja hace algo que a ti te molesta mucho. Por ejemplo, tu pareja es una persona muy impuntual. Siempre llega tarde a todos los sitios. Tú, sin embargo, eres una persona muy puntual y para ti es muy importante llegar a tiempo. Y esa actitud de tu pareja te molesta cada vez que se produce.

Si a mí me molesta lo que hace el otro, pueden darse 3 condiciones o 3 situaciones concretas que te detallo a continuación.

Lectura relacionada  ¿No voy a poder con esto?

Caso 1: Yo conmigo

Si tu pareja hace algo que a ti te molesta, pregúntate: ¿es posible que yo me lo esté haciendo a mí misma?

Por ejemplo, él es impuntual llegando a las citas y yo soy impuntual conmigo misma. Es decir, siempre pongo por delante a los demás, pero para mí nunca hay tiempo. Con lo cual nunca llego tarde a una cita, pero sin embargo, llego tarde a lo que sí es importante para mí. Por ejemplo, ir al gimnasio o dedicar tiempo para mi bienestar o incluso descubrir cuál es mi pasión. Me pongo en el último lugar.

Con lo cual esa molestia tan grande que siento en relación al otro me está mostrando lo que yo misma me estoy haciendo a mí misma. Estoy siendo impuntual, estoy faltando a esas citas conmigo misma.

Caso 2: Yo con los demás

En otros casos puede suceder que yo también soy impuntual en otros ámbitos de mi vida o con otras personas. Quizá no lo soy siempre, pero hay un grupo de personas a las que no tengo en cuenta. Tal vez sea con mi familia o mi grupo de amistades. O tal vez afecte a otro ámbito de mi vida, como puede ser el trabajo.

Es decir, estoy haciendo lo mismo que me molesta, pero no lo estoy viendo en mí. Esto es muy habitual: criticar lo que hacen los demás cuando también yo lo estoy haciendo, pero no me estoy dando cuenta.

Como dice el famoso refrán: «No veas la paja en el ojo ajeno sino la viga en el tuyo propio».

Caso 3: El extremo contrario

El tercer caso es un poco más rebuscado y tiene que ver con algo que yo reprimo, incluso puede tratarse de un bloqueo. Es decir, muy en el fondo (muchas veces, de forma inconsciente) yo quisiera ser capaz de ser alguna vez impuntual porque quizás ser puntual significa ser más libre, dejarme llevar, ser flexible, pero puede darse el caso de que soy super exigente conmigo misma y no me permito fallar a nadie.

Por ello, me voy al extremo contrario de lo que le pasa a mi pareja. Mi pareja es muy impuntual y yo soy excesivamente puntual, excesivamente exigente y eso tampoco es bueno para mí.

Así que, como ves, esa molestia puede darse en estas 3 direcciones: yo conmigo, yo con los demás o yo en el extremo contrario (ser como el otro es algo que reprimo o no me permito).

Este último caso es muy frecuente en relación a personas que no soportamos y que, aparentemente representan nuestros contravalores: alguien egocéntrico (pues no me permito nunca estar en el centro de atención), alguien narcisista (pues soy incapaz de hablar bien de mí misma), etc.

Con este último caso, suele surgir la siguiente duda: ¿entonces en el fondo deseo ser impuntual, egocéntrica o narcisista? La respuesta es un no rotundo. Pero cuando hay algo que reprimimos muchísimo en nuestro interior, ese algo se convierte en nuestra Sombra y finalmente acaba por explotar o lleva mucho tiempo causándonos daño en silencio, al no permitirnos mostrarnos alguna vez imperfectos.

La Ley Universal que entra en juego en este tercer punto es la Ley del Ritmo: si llevas el péndulo hacia un extremo, acabará rebotando en el extremo contrario con mucha fuerza (la Sombra).

Escenario 2# Me gusta algo de los demás

¿Y qué ocurre cuando a mí me gusta algo de los demás? Esto por supuesto es más agradable y ocurre exactamente lo mismo que en el caso anterior.

Imagina que ves a un profesional que tiene un blog interesante y comparte sus contenidos, que escribe desde el corazón, que es una persona abierta, auténtica, sincera y te encanta lo que esta persona hace, pero sientes que no eres capaz de hacer algo similar o que estás muy lejos de esa persona.

Lectura relacionada  Por qué es tan difícil probar cosas nuevas

En lugar de envidiarle o criticarle, que sería algo propio del ejemplo anterior, en este caso le admiras y te gusta. Incluso, lo expresas, ya sea para ti o abiertamente a esa persona. O le cuentas a otros lo bien que lo está haciendo esta persona que admiras.

Esto significa también que eso que admiras está en ti. Quizás ahora mismo tú tienes ese bloqueo y no te permites expresarte y ser libre, pero está en ti. Es tu potencial. Con lo cual es muy buena noticia que te guste eso que hace la otra persona y seas capaz de reconocerlo, en lugar de envidiarle.

También puede ser que eso que te gusta del otro ya lo tengas en ti aquí y ahora. Es decir, tú contigo misma eres una persona honesta. A lo mejor escribes, aunque no lo compartas con el mundo, en un diario y lo haces de forma sincera. Es decir, ya lo estás haciendo en tu vida, aunque sea en privado.

También puede ser que en lugar de hacerlo contigo, lo haces con los demás. Tal vez, cuando hablas con tu madre, con tu padre, con tus hijos, con tus amigos… con esas personas ya eres así. Tal vez no eres capaz de verlo todavía, pero al poderlo ver en los demás, significa que esas cualidades han resonado con lo que ya llevas dentro.

Así que, como ves, lo mismo que cuando algo nos molesta se dan esos 3 casos: lo hago conmigo, lo hago con los demás o lo tengo reprimido, también puede pasar con la parte bonita, que es cuando algo te agrada de otras personas.

En este caso, el problema estaría en el último punto. Si tú lo tienes reprimido, no eres capaz de verlo. Tal vez haya un bloqueo o una creencia de que ser así es imposible para ti, que tú no vales y probablemente haya un trabajo con una baja autoestima.

Ejercicio práctico para trabajar la autoestima

En ese caso, tendrías que trabajarte la autoestima, tu merecimiento y valorar lo que ya eres, lo que ya tienes.

Un ejercicio muy positivo en este caso que te puedo recomendar se llama Logros y Capacidades. Este ejercicio consiste en hacer una lista de 100 logros que hayas tenido en toda tu vida, por pequeños que sean. Desde aprender a montar en bici, sacarte el carné de conducir o ser una persona generosa con tus seres queridos… Y al lado de cada logro escribir 2 o 3 capacidades que te llevaron a conseguir este logro.

Con lo cual, con este ejercicio vas a sentir todo tu valor y, por tanto, cambiará también tu vibración.

Por supuesto, el trabajo con la autoestima y bloqueos no termina aquí. Para mí es un trabajo para toda la vida. Pero siempre necesitas empezar por algún lado. Y el mejor momento es este. Si aún no has trabajado con tu autoestima, te recomiendo este curso express que tengo en mi web, práctico, sencillo, formado por ejercicios variados para trabajarte por dentro.

Escenario 3# Cuando eres neutro respecto a una situación

Pero también puede suceder que una situación o la forma de actuar de la otra persona no te moleste en absoluto ni tampoco te guste. Es decir, no sientes nada con respecto a ello. En este caso, diríamos que no ha resonado contigo.

Vamos con un ejemplo para este caso. Alguien hace algo quizás objetivamente incorrecto y tú no te has molestado. Por ejemplo, alguien ha mentido sobre algo que no consideras importante y a ti no te ha afectado. No has sentido una emoción desagradable ni nada parecido.

Eso significa que no es una emoción que ha resonado contigo porque no está en ti, porque probablemente no sabes qué es eso. No te has mentido a ti mismo ni has mentido a los demás. Y tampoco lo tienes reprimido.

Lectura relacionada  Empezar - ¿Para qué?

Sé que puedes decirme: pero si mentir es malo. Bueno, depende. ¿No has mentido a nadie en ninguna ocasión? A veces, por el hecho de no generar un conflicto o simplemente para no buscarnos un problema mayor, decimos algo que no es verdad.

Que sea malo o bueno, tiene que ver con nuestras creencias, implicaciones de esta mentira, etcétera.

He puesto a propósito un ejemplo incómodo como éste para que veas que no todo lo «malo» nos tiene que molestar siempre. Al igual que no todas las injusticias que vemos en este mundo nos afectan por igual.

Cuándo se activa realmente la Ley del Espejo

¿Pero qué ocurre cuando una crítica, hecha de forma injusta sí nos afecta? A diferencia del caso anterior, muchas veces reaccionamos de forma exagerada ante críticas de seres queridos y de otras personas y ahí es cuando se activa la ley del espejo.

Es decir, el espejo se activa siempre que haya una emoción. Ya sea una emoción positiva como alegría, halago, orgullo (en el sentido positivo) o una emoción desagradable, como el miedo, la ira, la tristeza…

Si te afecta emocionalmente algo que te hayan dicho, significa que se da unos de los 3 escenarios: está en ti (lo haces contigo), lo haces con los demás (sin darte cuenta) o está reprimido en ti (no te lo permites nunca).

De ahí que, por ejemplo, muchas personas digan que no soportan la hipocresía y piensen: ¡pero si no soy una persona hipócrita, sino todo lo contrario! A lo mejor, tú no eres hipócrita con los demás, pero quizás contigo misma no eres del todo sincera.

Todo tiene, por supuesto, matices y no siempre hay que tomarlo al pie de la letra, sino analizar cada caso particular. Tal vez no estoy siendo honesta conmigo. Quizá me estoy auto-engañando. O me estoy ocultando cierta información para no sufrir.

En el fondo, incluso alguien que consideramos hipócrita no es que sea un ser malvado de por sí, sino que ésta es su estrategia de supervivencia, de adaptarse al medio, de conseguir sus objetivos. Probablemente tiene que ver con heridas de su infancia. Y todos estamos llenos de estas heridas. Todos hemos tenido una infancia, hemos atravesado obstáculos y dificultades.

Por lo tanto, es completamente natural que también hayamos adoptado ciertas estrategias para poder sobrevivir. Y si no somos capaces de ver muchas de estas estrategias, es porque para nosotros es algo tan natural, tan habitual que ni siquiera somos conscientes de ello.

Por eso, si notas que a ti te afecta mucho lo que dicen de ti o te molestan en exceso las injusticias del mundo o te sientes a menudo víctima de las circunstancias, es importante que trabajes con un profesional o realices una formación basada en el autoconocimiento. En el Coaching a menudo decimos: “Nadie puede ver su propio swing”. Pues nadie puede verse desde fuera, necesita de un espejo (nunca mejor dicho). Pero un Espejo neutro, que no te juzgue, sino sea ese espejo limpio de juicios y lleno de compasión.

eso.

Fuente: https://mariamikhailova.com/2022/06/15/ley-del-espejo

Si quieres ver más posts de la misma categoría, haz click aqui:


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.