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Consejos para que el empresario pyme esté a la altura del futuro de su compañía

Por Guso Saint Martin

Todo lo que hiciste, te trajo al presente. El punto es que para tener resultados que nunca tuviste hay que hacer cosas que nunca hiciste. ¿Cómo se logra?.

¿Estás a la altura del futuro que querés para tu empresa? Tengo una respuesta rápida: no.

No estás a la altura de ese futuro que visionás, porque si estuvieras capacitado para hacerlo, ya lo hubieras hecho.

¿Entonces quiere decir que no vas a lograrlo? No.

Quiere decir que tenés que aprender a gestarlo. Podés ser un experto en tu negocio, pero no del futuro visionado.

Percepción del tiempo

Todo lo que hiciste, te trajo al presente. El punto es que para tener resultados que nunca tuviste, tenés que hacer cosas que nunca hiciste.

Y si harás cosas que nunca hiciste, no sabés hacerlas, lo que te transforma en aprendiz del futuro que querés vivir.

Para que la consecuencia del aprendizaje sea sostenible en el tiempo, se debe basar en la incorporación de nuevos hábitos. Si el foco está puesto en la acción, no se sostiene. La empresa implosiona.

Los hábitos deben ser parte de una nueva línea de coherencia, los nuevos hábitos son los que dan el impulso.

Le dan un nuevo volumen a tu gestión, tu performance mostrará una nueva cara, pero para que tu empresa viva ese futuro tal como lo visionaste, la empresa debe incorporar nuevos hábitos, no alcanza que sea sólo el líder quien cambia.

Haciendo más de lo mismo, tendrás más de lo mismo.

El futuro que visionaste impacta en el hacer de la empresa en el presente, elevando sus estándares.

Sobre la trascendencia

Uno de los secretos para dejar de llevar más pasado al futuro, es desandar hábitos no productivos en función a la nueva línea de coherencia.

Claro que desandar un hábito es una de las tareas más complejas de este camino de aprendizaje, porque el hábito está enraizado en tu gestión, en la performance individual y grupal de tu equipo de trabajo.

Hasta pueden llegar a ser transparentes los hábitos a desandar. De tan acostumbrado no te das cuenta y actúas en piloto automático.

En esta etapa es clave que realices, individual y grupalmente, una auditoría de hábitos para poder dar cimientos sólidos al cambio.

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Es el momento oportuno para hacer una lista de las cosas que no querés que pasen más, de lo que no querés que vuelva a pasar.

Y una vez hecha, hacer un plan de acción para atacar de raíz a lo no deseado.

Tendremos puntos en esa lista que están vinculados a potenciales futuros, sean propios o coyunturales.

Para ello será necesario tener un plan de contingencia para cuando esto suceda.

Preparación y estrategia

En Shell de los 80, esto ocurría bajo el nombre de Memorias del futuro.

Anticiparnos nos facilita no perder el rumbo, mantener nuestra capacidad generativa, aún en la adversidad.

Entonces sos un aprendiz, que cimienta y se anticipa. Vas muy bien encaminado, pero falta algo esencial: hacer foco en las piedras que te aparecerán en el camino.

Cada piedra en el zapato será una oportunidad de aprendizaje.

Cada vez que algo no salga, te amesetes, te frustres, te desvíes, es una oportunidad de aprendizaje.

Cuanto más grande la piedra, más para aprender.

Resaltemos esta idea: el aprendizaje no sólo te devuelve la capacidad generativa, potencia tu acción.

Al liberarte de la piedra y avanzar, generarás nuevos niveles de confianza. Y cuando la confianza crece, la gestión se expande.

Tu cabeza va a otros niveles de pensamiento, se fogonea la creatividad, aumenta tu capacidad de respuesta frente a la adversidad y te relacionás con tu equipo, con tu negocio, con el mercado, con un vínculo más poderoso.

Conclusión

Ser aprendiz del futuro elegido, tiene un punto de filtración negativa, para tener muy en cuenta: como no podemos cuantificar los tiempos de aprendizajes necesarios, es un momento propicio para que la ansiedad gane terreno y busque acelerar procesos de gestación.

Esta necesidad de que ocurra ya algo, que de ocurrir, ocurrirá en el futuro, es una conversación interna, no sólo anti productiva, sino que es muy destructiva.

Como estamos aprendiendo los resultados que tenemos no son los que la ansiedad desea, entonces viene su aliada: la angustia.

A este cóctel explosivo nos tenemos que anticipar y bloquearlo. Porque destroza la confianza y los climas fértiles para la productividad.

El equilibrio es indispensable en esta etapa de aprendizaje, para que sacar procesos antes del horno, no termine quemando ese futuro que elegiste vivir para tu empresa.

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Fuente: https://www.a24.com/pymes/consejos-que-el-empresario-pyme-este-la-altura-del-futuro-su-compania-n1041052

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