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CONFÍA, COMUNICA Y ESCUCHA: LOS TRES PASOS PARA EMPRENDER

por Laura Macció

¿Estás interesado en emprender? Déjame contarte algunos aspectos que te pueden ayudar a decidir o a vivir ese camino de una forma completamente distinta. Hace casi ocho años fundé junto a mi socio, Oscar Figueira, ARAVANLABS. Una empresa comprometida con la innovación en microbiología. Luego de descubrir una oportunidad en un nicho de mercado local para fabricar productos y servicios que permiten detectar patógenos en alimentos, decidimos embarcarnos en una de las aventuras más importantes de nuestras vidas.

Siempre nos desveló buscar la forma de salir del ambiente local, e impactar a nivel global. Seguimos en esta búsqueda hasta encontrar esta oportunidad. Entendimos que la unión de los mundos de biotecnología y software nos daría esa escalabilidad que buscábamos, y también nos hicimos conscientes de que teníamos un conocimiento muy específico y know-how que realmente nos daban el vehículo para hacerlo. Entonces Oscar y yo creamos nuestro segundo emprendimiento: metaBIX Biotech.

Sin embargo, este artículo, no se trata ni de biotecnología ni de software ni de bionegocios. Se trata de confianza, comunicación y osadía.

Me centraré en tres de los principales aprendizajes que siento que son importantes de transmitir a cualquiera que esté interesado en recorrer este camino.

DAR EL SALTO DE CONFIANZA PARA EMPRENDER

Lo primero que hay que saber es que este salto de confianza no es nunca en la idea de negocios, ni en el mercado ni en nada que se le parezca. El primer acto de confianza es en ti mismo. Confiar en que eres capaz de desarrollar las habilidades que sean necesarias para llevar adelante tu proyecto y que serás lo genuinamente responsable para reconocer también tus limitaciones y decidir qué pasos darás para asegurarte de que el proyecto no se afecte por ellas, sino al contrario, definir una estrategia para que lo potencien.

La sociedad en la que vivimos te ha programado para que tengas miedo al éxito. Sí, estoy segura de que nos han programado, y lo siguen haciendo, para ello. Permíteme explicar qué es lo que entiendo por éxito. El éxito no es la cuenta de banco ni un título ni una carrera, incluso no lo es la familia. El éxito es la capacidad de descubrir nuestra esencia, nuestro propósito y ser auténticos en nuestras vidas a la vez de ser individuos funcionales que aportan positivamente a la sociedad. Entonces el fracaso, por simple oposición, no es más que dejar de ser nosotros mismos, retraernos o, aún peor, jamás descubrirnos.

SI LE DAS TIERRA FÉRTIL ESA IDEA CRECERÁ Y SE CONVERTIRÁ EN UN PROYECTO DE VIDA.

Cuando surge una idea de negocio, empieza como una idea simple, pero diferente a cualquier otra. De hecho, esos momentos en los que tienes “ese tipo de ideas” que se alinean con quien eres y con el mundo que entiendes que deberíamos construir como sociedad, sientes algo en el cuerpo, sientes algo en los huesos que te hace saber que no es solo una idea más. Si le das tierra fértil esa idea crecerá y se convertirá en un proyecto de vida.

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Para que esto suceda, la primera barrera que hay que superar es no quitarle las alas. Estoy completamente segura de que la enorme mayoría de la humanidad tiene estas ideas alguna vez en la vida. Pero también estoy segura de que, por cómo nos han programado, la gran mayoría de piensa que esa idea es ridícula o una locura. Que es mejor no tener esas ideas tan lejanas, sino enforcarse en lo que la sociedad le dice que debe hacer. Este es el primer acto de confianza en nosotros mismos. Descartar una idea así, no significa más que sentir que no estamos preparados para llevarla a cabo. Eso puede ser la gran diferencia entre vivir un sueño o crear el nuestro propio.

EL PODER DE LA COMUNICACIÓN

Muchas veces he escuchado: “No comento mi idea por miedo a que me copien”. Una vez que has decidido llevar adelante tu idea de negocios y convertirla en un proyecto de vida, debes aprender las herramientas y metodologías formales para bajar los riesgos de su implementación. Si has tenido la confianza suficiente en ti mismo para seguir adelante, felicidades, pero ese es solo el comienzo.

Como tuve la oportunidad de aprenderlo de Markus Schreyer, creador de The Ganesha Lab, más allá del sector en el que estemos, ya sea biotecnología, softwaree-commerce, etc, todos los emprendedores estamos en el negocio de la comunicación.

Generalmente las ideas de negocio surgen para resolver un problema. Por tanto, una de las primeras cosas que te tocará hacer será validar que ese problema es real. Para ello, tienes que entrevistar o hablar con los protagonistas. Esto te dará la oportunidad de comprender mucho más del problema y de quienes lo viven en carne propia, en definitiva, tu mercado o referentes. Probablemente cambie tu perspectiva del problema en ese recorrido, o de cómo tu solución podrá subsanarlo.

Dentro de este recorrido, deberás entender cómo está posicionada la competencia, dónde hay un gap en el mercado, cómo lo puedes explotar y cómo evitarás que te copien. Ten presente algo: siempre hay competencia, no cometas el error de disminuirla o subestimarla, sino más bien ocúpate de diferenciarte y darle algo único a tu cliente, luego de que aprendiste lo suficiente de su dolor. Para ello debes conocer muy bien quiénes son los actores claves, estudiarlos, hablar con ellos.

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QUIENES VENIMOS DE LAS CIENCIAS DEBEMOS DEJAR A UN LADO EL MENSAJE TÉCNICO PARA COMUNICAR LO QUE HACEMOS DE FORMA SENCILLA.

El siguiente paso será redactar una propuesta de valor que comunique el propósito y diferencial de tu emprendimiento. Así como validar que la llegada de dicha comunicación es correcta y, para ello, nuevamente deberás entrevistarte con potenciales clientes, referentes, e incluso con amigos, familia, etc., para validar primero que se entiende bien el mensaje. Este es un desafío que tenemos especialmente quienes venimos de las ciencias, ya que debemos dejar a un lado el mensaje técnico para comunicar lo que hacemos de forma sencilla.

Si tu idea prospera y es buena, siempre te querrán copiar, por lo cual también es tu responsabilidad evitar que eso suceda. No culpes a los demás si pasa, sino que ocúpate de que no pase. Para ello, lo mejor es diseñar la estrategia cuando aún es una idea y recién la estás construyendo. Mi recomendación es utilizar diferentes herramientas combinadas: secreto industrial, patentes, segmentar el conocimiento, no darle todo el know-how solo a una parte interesada. Realiza una prueba ácida de cómo estás parado respecto a eso desde el inicio, para identificar los mayores riesgos, y tomar las acciones para mitigarlos. Esto no solo te definirá una hoja de ruta, sino que, además, te dará la confianza suficiente para comunicar al mundo tu proyecto desde una posición de poder, aunque simplemente seas una startup. Recuerda que el mundo te ve como tú te ves a ti mismo.

SEGUIR CONSEJOS Y ESCUCHAR AL ESTÓMAGO

Es fundamental escuchar con humildad. Si en algún momento crees que te las sabes todas, seguro que estás más vulnerable que nunca porque dejaste de tener los pies en la tierra. Hacer las preguntas correctas es una habilidad que se debe desarrollar. Seleccionar a las personas correctas para preguntar es una habilidad que se debe desarrollar. Escuchar una respuesta que no queremos escuchar o para la cual no estamos emocional o racionalmente listos es una oportunidad para crecer. No tires la toalla porque sientes que se cerró la puerta. Valora y agradece contar en ese momento con esa nueva información porque si respiras hondo, oxigenas tu mente, conectas de nuevo contigo y con tu propósito, buscarás y le encontrarás la vuelta. Sé agradecido con quien escucha, te da información y aún más con quien te ayuda a emprender.

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Como regla general, cada vez que me encuentro con una piedra en el camino pienso: “Si hay alguien intentando hacer este mismo camino y corriendo esta misma carrera (que en el mundo seguro alguien hay), voy a aprovechar esta piedra para definir una estrategia que sea una fortaleza de mi propuesta”. Tu capacidad de resiliencia te define y te empodera.

Siempre se dice que el camino del emprendedor es solitario, es como una montaña rusa de subidas y bajadas. Tener una red de apoyo, asesores, otros emprendedores, aceleradoras, incubadoras, da un soporte invaluable. Algo que he aprendido en los últimos años es que también se hace negocios haciendo negocios para otros. Cuando estás en una red de networking, empiezas a tener contactos y a conocer los intereses de tus contactos. Interesarte por promover los intereses de tu red, y no solo los tuyos propios de manera genuina y desinteresada, no solo es muy gratificante, sino que es un boomerang de oportunidades.

Por último, más allá de escuchar al mercado, a los referentes, a los colegas, etc., no olvides de conectar contigo mismo respecto a la decisión que vas a tomar y cómo te hace sentir. Si debes quebrar tus valores para llevar algo adelante, porque esa fue la recomendación sincera y experta del mayor referente en el nicho de negocio en el que estas, seguro algo saldrá mal, a la larga o a la corta. Siempre hay alternativas, siempre hay maneras creativas de hacer algo, y en ese momento el que tiene la palabra final eres tú, no te traiciones porque eso será un error. Sigue recabando información y buscando cómo hacer la diferencia, pero siempre alineado con tu esencia.

Fuente https://www.hacerempresa.uy/edicion-ciencia-confia-comunica-y-escucha-los-tres-pasos-para-emprender/

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