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Cómo pensar de manera estratégica

por Gabriel Yermo

Todos sabemos que desarrollar un pensamiento estratégico es importante, pero muchos no se dan cuenta de lo importante que es para su avance profesional mostrar estas habilidades a sus jefes y a otros altos responsables de la compañía.

Demostrar que eres capaz de pensar de manera estratégica dice a tus jefes que puedes pensar por ti mismo y tomar decisiones que posicionen mejor a la organización para el futuro.  Les asegura que no estás tomando decisiones en vacío sino que estás considerando un amplio abanico de variables: cómo otros departamentos podrían verse afectados, cómo responderá entorno exterior, etc.

El desarrollo de estas capacidades consiste básicamente en ser capaz de sintetizar y analizar información muy amplia y diversa, poseer una cultura de curiosidad por entender el racional y el para qué de la cosas y ser capaz de construir con la recopilación de experiencias para identificar patrones de entendimiento que ayuden a conectar los puntos de formas novedosas.

Es decir, requiere partir de un profundo análisis y conocimiento de nuestra realidad para crecer radicalmente en el conocimiento de nuestros clientes y consumidores y con ello en el de nuestra oferta, canales, capacidades, etc., ensanchando nuestras miras para establecer relaciones entre industrias, mercados, empresas, ideas, planes y personas y anticipar posibles oportunidades.

Es, por tanto, clave desarrollar el pensamiento y las capacidades analíticas que nos ayudarán a abordar el estudio y el entendimiento de la compleja y enmarañada realidad empresarial. El pensamiento estratégico nos ayuda a dividir y estructurar los problemas en partes disgregadas para, intentando entender el significado específico de cada uno de los aspectos parciales, encontrar una explicación al todo, en la agregación, por suma, de la explicación de cada una de las partes. Para lograr, por ejemplo, entender los motivos de la caída de ventas de un determinado negocio deberemos aplicar este pensamiento analítico, dividiendo el problema en partes que analizaremos separadamente con ese objetivo: mercado, competidores, producto, distribución, clientes, etc.

Las habilidades de pensamiento estratégico también consisten en tener humildad a la hora de analizar, estudiar y tratar de comprender la realidad y las opciones y alternativas que se nos planteen. La falta de pensamiento crítico y un mal medido exceso de seguridad lleva muchas veces a perder o dejar pasar oportunidades de negocio. Por último, lo fundamental es que el pensamiento estratégico ayude a llegar a visiones nítidas y simplificadas de la realidad, que nos ayuden a tomar buenas decisiones de negocio.

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Por esos los proyectos en consultoría estratégica de negocio suelen estructurarse básicamente en una fase de análisis y diagnóstico y otra de recomendaciones de decisión. Lo que da valor como directivo al profesional que ha desarrollo de una carrera como consultor estratégico es su experiencia ayudando a resolver diferentes cuestiones complejas en diversos sectores, con diferentes clientes y con equipos distintos e incluso en entornos de capacidades de información, datos, etc. muy variables.

Por ello tampoco sorprende que, dada la importancia del desarrollo de estas capacidades, casi todos los programas de desarrollo de alto potencial y liderazgo que se llevan a cabo en las empresas a menudo incluyen rotaciones de trabajo, proyectos “interfuncionales” y con exposición a distintos líderes de alto nivel, al modo de lo que es el trabajo de un consultor. Sin duda todo esto acelera el desarrollo del pensamiento estratégico, que es clave para los líderes de cualquier organización.

Sin embargo, como dice Nina Bowman, una de las coach de altos ejecutivos más reconocida, en un reciente artículo en Harvard Business Review no basta con adquirir esa capacidad de pensamiento estratégico es necesario demostrarla. Y es necesario demostrarla a aquellos que toman las decisiones sobre nuestro avance profesional.

Para demostrar que somos capaces de pensar y decidir de manera estratégica requiere ser simultáneamente “un vendedor y un agente de cambio”, como dice Bowman.  Es clave generar comunicación proactiva y generalizada de los esfuerzos estratégicos y combinarla con el coraje de desafiar a otros e iniciar e impulsar las ideas estratégicas dentro de la organización.

Para ello es importante organizar y estructurar con claridad el entendimiento estratégico de la realidad para poder encuadrar las cuestiones operativas y evitar discusiones muy reactivas. Es importante esta nitidez en el pensamiento, pues también ayudará a gestionar y dirigir mejor los esfuerzos de los equipos hacia las cuestiones que pueden tener impacto en ámbitos estratégicos de decisión. Para ser visto como un pensador estratégico también debemos demostrar que podemos usar el conocimiento de la realidad para generar y poner en práctica nuevas ideas.

Se puede, por ejemplo, demostrar que se posee capacidad y pensamiento estratégico proponiendo y ejecutando un proyecto innovador, aunque sea pequeño, que demuestre que se extiende más allá de la propuesta de ideas, siendo también capaz de implementarlas y llevarlas a la realidad. Realmente da igual el nivel dentro de la jerarquía organizativa, la empresa o el sector aquellos profesionales que  desarrollan y ponen en práctica sus capacidades de pensamiento estratégico suelen tener reservados los roles claves de las jerarquías de decisión.

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Fuente https://www.cerem.es/blog/como-pensar-de-manera-estrategica

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