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Por Beatriz Blasco
Hoy quiero hablarte de cómo puedes vivir tu vida más enfocado.
La dispersión es un dolor generalizado hoy en día. ¿No crees?
Y digo dolor porque suele conducir al estrés insano, la insatisfacción y la frustración.
¿Te ha pasado alguna vez que has entrado a internet a buscar una información concreta y has acabado con más de 20 pantallas abiertas? Y además ¿te ha pasado que al final no sabías lo que estabas buscando? Y además ¿el tiempo ha volado y has dejado de hacer otras cosas que tenías previstas? ¿Al acabar el día tienes esa sensación de no haber parado y sentir que no has hecho nada?
Si la respuesta es sí, continua leyendo.
Si nunca, o muy pocas veces, te ha pasado esto o algo parecido no te hace falta leer este artículo. Salvo que sientas curiosidad por saber que te puedo aportar.
Además de una lámpara hoy en día estamos usando este término para referirnos a la atención.
Y hablamos constantemente del foco porque vivimos muy dispersos. Bombardeados con miles de posibilidades hacia donde dirigir nuestra atención.
Así que la gran mayoría de nosotros necesitamos vivir enfocados para dejar de ir con la lengua fuera todo el día.
Cuando te hablo de la necesidad de vivir más enfocado me refiero a que vayas en la dirección que quieres para tu vida, mantengas la atención y estés concentrado cuando estás trabajando.
Tienes que desarrollar dos tipos de foco, que se corresponden con dos tipos de atención:
Te voy a contar cómo trabajar estos dos tipos de atención para que puedas fluir en tu día a día y vivir con sentido.
Pero si me lo permites primero voy a poner un marco teórico que creo que puede ayudarte a entender mejor las estrategias que te cuento al final.
Si no puedes esperar, necesitas estrategias ya, ves al final del artículo.
En GTD, el método de eficacia personal de David Allen, están presentes estos dos tipos de foco en los distintos niveles de la perspectiva (te dejo ese enlace por si no sabes a que me refiero).
Del nivel 15.000 metros al nivel 6.000 metros estamos hablando de marcar la dirección para tu vida y dirigir tus acciones hacia ella. En estos niveles de perspectiva la atención que necesitas es la atención periférica o ampliada, despertar la conciencia.
Del nivel 3.000 metros a la pista de aterrizaje estamos hablando de mantener el foco centrado en el detalle, en lo concreto, es decir, en la ejecución.
Iain Mcgilchrist, psiquiatra, doctor, escritor y divulgador, habla de que nuestros hemisferios se diferencian por el tipo de atención que desarrollan.
El hemisferio derecho sería el hemisferio intuitivo. El que tiene la atención ampliada. El hemisferio que comprende el mundo, que profundiza en él. Es el hemisferio creativo.
Y el hemisferio izquierdo sería el hemisferio lineal y lógico. El que manipula el mundo. El que ejecuta, el que pasa a la acción. La atención que desarrolla este hemisferio es la atención centrada y al detalle.
El hemisferio izquierdo debería estar a las ordenes del hemisferio derecho. Ya lo decía Einstein.
Mantenerte enfocado es por lo tanto mantener el equilibrio entre los dos tipos de atención en tu día a día.
Ese equilibrio te aporta claridad mental. Aprovechar el potencial de tus hemisferios trabajando en equipo.
Que hemos desarrollado en exceso la atención centrada, la atención al detalle. Nuestro hemisferio izquierdo.
Queremos la estrategia ya.
Buscamos la inmediatez. Queremos el resultado lo más rápido posible. ¿Te suena?
La atención que a veces usas no es ni siquiera la atención centrada y al detalle, sino que la atención se bloqueada y se vuelve obtusa.
Nos centramos en saber los cómo sin conocer los para qué.
Si te cuesta mantener la atención, bien de un tipo o de otro, puedes caer en el hacer por hacer, en resolver únicamente las urgencias, en atender al cliente que más se queja o posponer las acciones que son importantes.
Eso se resume en el hacer sin sentido o hacer sin consciencia.
Nos falta creatividad porque no desarrollamos nuestra atención ampliada, nuestro estado de presencia.
Para reflexionar sobre cómo ha ido tu día, como ha sido tu estado y en que has puesto la atención.
A continuación te explico cómo puedes hacerlo dedicando únicamente 15 minutos al día.
Esta estrategia te permite equilibrar los dos focos, por un lado te centras en lo concreto y específico del día y por otro lado te cuestionas si estás yendo en la dirección que quieres. Reflexión.
A mí me ha ayudado mucho elaborar un calendario con los proyectos en los cuáles, principalmente, quiero poner mi atención y por lo tanto mi energía.
Este plan no es rígido, ya que es inevitable tener que asumir y gestionar imprevistos que llegan a tu vida.
Tener esta plantilla rellenada me ayuda, por ejemplo, a seleccionar más rápidamente que enlaces guardo, cuáles rechazo, que mail borro directamente, a que propuestas tengo que decir que no…
Así que te reto a rellenar la plantilla y que me cuentes cómo te funciona para enfocarte.
Esta estrategia te ayudará a mantener tu atención centrada, la concentración. A darte cuenta antes de que te estás dispersando.
Antes de dejarte llevar por el impulso de pinchar en un enlace de internet o comprar cualquier cosa o tomar una decisión, obsérvate.
Date cuenta de qué emoción tienes, cómo está tu cuerpo, qué pensamientos hay en tu mente.
A veces no podrás parar ese instante pero cuanto más desarrolles el “darte cuenta” más fácil te resultará conocerte y no irte por los cerros de Úbeda, que suele decirse en España
Me explico, si no sabes específicamente y de forma consciente a que entras a internet, por ejemplo, es fácil que te disperses. Idea: antes de ponerte a navegar fija el rumbo.
Si no sabes que es importante para ti y tu vida dirás que si a muchas cosas que tal vez no quieras hacer y te quiten energía.
Por eso parar un momento y pensar es fundamental.
Eso sí, siendo tú el dueño de tus pensamientos, porque pensar pensamos todos mucho, pero sin dirección.
¿Te ánimas a poner en práctica estas estrategias?
Fuente: https://www.beatrizblasco.com/como-mantenerte-enfocado/