Hay hábitos que podemos formar que nos ayudarán a llegar al lugar donde queremos estar. Solo tenemos que estar dispuestos a trabajar en estos hábitos. En este artículo, compartiremos cinco hábitos para que podamos aumentar nuestra productividad y objetivos.
Si hay algo que hemos aprendido a lo largo de estos 10 años del blog, que celebramos el mes pasado, es el hábito de la lectura, dónde mediante las redes sociales, ejemplo Twitter o la curación de contenidos, vamos adquiriendo cada día a lo largo de los 365 días al año, para ir compartiendo artículos, lecturas, libros, pdf, etc.
El problema existe cuando las personas están tan obsesionadas en lo que quieren conseguir que ya no obtienen placer con el presente”. – Mihaly Csikszentimihaly
Unos hábitos simples que podríamos para ir adquiriendo podrían ser los siguientes:
Hábito 1: Planificamos nuestro día la noche anterior o a primera hora de la mañana.
¿Tenemos un plan de lo que vamos a hacer mañana? ¿Hemos pensado alguna vez en el aumento de la productividad que podríamos obtener al hacerlo?
Si no es así, es hora de considerar la planificación de nuestro día antes de irnos a la cama, planificarnos la agenda también nos puede ayudar mucho, ya sea la del mes o de la semana.
Aquí hay algunas cosas que podríamos hacer:
– Creamos una lista de tareas pendientes (estos son elementos que creemos que harán que mañana sea un día productivo)
– Prioricemos la lista (descubramos qué tareas son las más importantes. Coloquémoslas en la parte superior de la lista)
– Visualizamos completando la lista de tareas o acciones.
Al planificar con anticipación, nos ponemos en la mentalidad de lograr las metas del día siguiente. Si podemos hacer esto antes de acostarnos o de terminar nuestro día, nuestra mente inconscientemente comienza a pensar en los problemas, tareas, acciones que enfrentaremos al día siguiente. Incluso podemos soñar con nuevas soluciones de forma inconsciente.
Creamos el hábito productivo de planificar nuestro día el día anterior. Podremos tener un camino despejado ante nosotros cuando nos despertemos por la mañana, sabiendo en todo momento como afrontar el día, y atendiendo las emergencias si estas aparecen.
Hábito 2: Tomamos descansos regulares.
Podríamos creer firmemente que todo el trabajo y nada de diversión hacen de nosotros y del trabajo sea aburrido. Nos han enseñado que las mejores y más exitosas personas son las personas que casi consideramos “máquinas”. Están en 24/7. Los descansos son para los débiles, etc.
Equivocados podemos estar.
Los descansos son para los fuertes. Los mejores líderes entre nosotros saben que sus baterías se agotan. Cuanto más encendidos están, más tienen que recargar.
Aquí es donde entran en juego nuestros descansos.
Podemos encontrar las maneras de hacer que los descansos formen parte de nuestro día. Puedes hacer esto por:
- Creación de un programa de descanso. Cada X minutos de trabajo, nos tomas 5 minutos para descansar o hacer otro tipo de tarea para romper con la rutina, despejarnos, etc.
- Salir a caminar afuera. Si no podemos hacer esto, caminemos por las oficinas o área de producción.
- Leer algún artículo de relevancia y aprendizaje, para desconectar.
- Sí, se nos permite, escuchar música.
- La lista podría ser larga, todo a gusto de cada persona.
Encontremos los métodos de descanso que funcionan para nosotros. A algunas personas les encanta salir al aire libre durante unos minutos; otros quieren tomar un café, aún, otros se pondrán un par de auriculares y escucharán su música favorita, etc.
Los descansos nos ayudarán a recargar energías y volver al juego de la productividad en nuestro centro de trabajo.
Hábito 3: Eliminamos las distracciones.
Ding, zumbidos, bip… Estamos constantemente inundados con distracciones de nuestros dispositivos móviles. Recibimos una notificación cuando a alguien le gusta una publicación de nuestras redes sociales, nos envía un mensaje de texto o llama a nuestros teléfonos.
Es un mundo de constante distracción. Sin embargo, ese no es el único tipo de distracción que enfrentaremos a lo largo del día. Estamos permanentemente conectados.
Es posible que tengamos un aluvión de emails, de llamadas que nos llegan para resolver, responder o compartir una queja menor. Es posible que nos encontramos deslizándonos por el móvil, ¿verdad?
Podríamos encontrar una manera de eliminar las distracciones en nuestra vida. Nuestra productividad se disparará cuando nos encontremos concentrados y libres de distracciones. Podremos descubrir logrando esas metas que nos propusimos, pero nunca logramos por distracciones variadas.
Hábito 4: Practicamos la atención plena.
¿Alguna vez nos sentimos abrumados? Todos lo hacemos, todos nos hemos sentido algunas veces. Sin embargo, cuando nos abrumamos, nuestra productividad cae drásticamente.
Ahí es donde entra en juego la atención plena.
Podemos dirigir nuestra mente de regreso a las tareas en cuestión utilizando prácticas de atención plena. Nos podemos encontrar guiándonos constantemente de regreso a donde necesitamos estar.
¿Qué podemos hacer para practicar mindfulness? Considera lo siguiente:
- Meditamos para guiarnos en la dirección correcta.
- Practicamos ejercicios de respiración. Controlar nuestra respiración pondrá nuestra mente bajo control.
- Usamos una aplicación para despejar nuestra mente. Hay muchas por ahí, dependiendo del tipo de dispositivo que estemos usando.
Practicar la atención plena no tiene por qué ser “guau”. Puede ser una práctica de algo que hacemos para calmarnos o incluso hacer ejercicio.
Al practicar la atención plena, podremos aprender a redirigir nuestros pensamientos y nuestra ansiedad. Nos encontraremos más tranquilos y concentrados.
Hábito 5: Establezcamos nuestras metas realistas y celebramos nuestro progreso.
¿Por qué las personas no logramos establecer metas o no las alcanzamos? Porque puede que dejemos de establecer metas realistas.
Claro, Jim Collins nos dijo que nos fijáramos Big Hairy Audacious Goals (BHAG) en su libro Built To Last. Sin embargo, muchas personas interpretaron que esto significa establecer metas tan lejanas que nunca podrás alcanzarlas. Al hacerlo, estas personas se preparan para el fracaso y desesperación
Podemos creer que marcarnos las metas realistas son mejores a largo plazo para nosotros. Son algo que podemos ponernos por escrito y lograr. En lugar de una meta vaga, como por ejemplo sería “Quiero ponerme en forma”, pensemos en establecer la meta “Perderé X kg en los próximos 3 meses”. Este es un objetivo específico con una línea de tiempo. También es alcanzable. El objetivo podemos estirarnos o hacernos sentir incómodos, pero es una meta realista.
Una vez que podamos lograr la meta que nos hemos propuesto, celebremos nuestro éxito. Celebrar nuestros logros nos permite saber que hemos hecho algo bueno, algo por lo que vale la pena festejar que hemos conseguido nuestro objetivo.
Tal vez te premies con cualquier cosa o hobby que nos sea nuestro favorito. Las recompensas son casi tan importantes como su objetivo realista, porque nos ayudan a seguir superándonos indiferentemente de cuál sea esta misma.
Fuente: https://ricardlloria.wordpress.com/2023/05/22/5-habitos-simples-para-que-podamos-aumentar-nuestra-productividad-y-objetivos/