Por Salvador Peynado
Con más de 20 años de muchas experiencias como emprendedor, sé que lanzarse a la aventura de crear un negocio propio requiere constancia, adaptación al cambio y una gran resiliencia. Por eso, me conocen como el “Terco Digital”.
Dejar un empleo estable para emprender no es una decisión que se deba tomar a la ligera. Debe ser un paso frío y calculado, evaluando cada movimiento con detenimiento.
Primero, evalúa tu situación actual. Es vital revisar tus responsabilidades financieras y el tiempo disponible. Pregúntate si puedes manejar ambas responsabilidades sin comprometer la calidad de tu trabajo ni tu bienestar personal.
Desarrolla un plan de negocios sólido. Define tu propuesta de valor, el mercado objetivo, las estrategias de marketing y las proyecciones financieras.
Este plan te guiará e identificará posibles desafíos y oportunidades.
Empieza con un mínimo producto viable (MVP). Lanza una versión simplificada de tu producto o servicio para validar tu idea en el mercado.
Así podrás obtener retroalimentación valiosa sin una gran inversión inicial y ajustar tu oferta según sea necesario.
La gestión del tiempo es crucial. Establece un horario realista que te permita trabajar en tu emprendimiento sin descuidar tu empleo actual.
Aprovecha los fines de semana, las noches y cualquier momento libre para avanzar en tu proyecto. El tiempo es un recurso limitado, y usarlo eficientemente será clave para tu éxito.
Mantén tus finanzas personales separadas de las del negocio. Abre una cuenta bancaria exclusiva para tu emprendimiento y establece un presupuesto riguroso.
Asegúrate de tener un colchón financiero que cubra tus gastos personales mientras tu negocio comienza a generar ingresos.
Cuando sientas que tu negocio está estable, planifica cuidadosamente la transición para dejar tu empleo. Establece una fecha objetivo y asegúrate de que tu emprendimiento puede sostenerse sin ingresos externos.
Informa a tu empleador con suficiente antelación y de manera profesional, demostrando respeto por el trabajo que has realizado.
El camino del emprendimiento está lleno de desafíos e incertidumbres. Mantén una actitud positiva y resiliente, dispuesto a adaptarte y aprender de los errores.
La perseverancia y la capacidad de superar obstáculos son esenciales para el éxito a largo plazo.
Por otro lado, he visto a muchos emprendedores potenciales que, debido al miedo o la indecisión, dejan pasar años sin atreverse a dar el salto.
La sobre evaluación y la parálisis por análisis pueden convertirse en grandes enemigos. Es crucial entender que no hay un momento perfecto para emprender.
Siempre habrá riesgos e incertidumbres; atrévete a dar el primer paso, aunque sea pequeño e imperfecto.
Emprender mientras se trabaja para una empresa requiere una planificación meticulosa y una fuerte determinación. Sin embargo, es una ruta viable que permite minimizar riesgos financieros y probar la viabilidad de tu negocio antes de comprometerte completamente.
No dejes que el miedo o la indecisión te detengan; actúa con determinación y confianza en tu visión. Con los pasos adecuados, puedes hacer una transición exitosa hacia el mundo del emprendimiento.
Fuente: https://www.milenio.com/opinion/salvador-peynado/terco-digital/de-empleado-a-emprendedor-estas-listo