Liderazgo
𝗖𝗿𝗶𝘀𝗶𝘀, 𝗹𝗶𝗱𝗲𝗿𝗮𝘇𝗴𝗼 𝘆 𝗰𝗮𝗻𝘀𝗮𝗻𝗰𝗶𝗼 »
por Luis Manuel Calleja
Estoy cansado. Tengo que escribir un artículo para Hacer Empresa, al cual me comprometí hace dos semanas y aún no tengo ni una línea escrita. Ayer recibí un ultimátum de Jimena Morassi, la editora responsable, que me fijó un plazo límite para entregar lo debido. Por aquello de “obligado cualquiera pelea” me puse manos a la obra, despejé los mil asuntos que pululan alrededor de mi mesa y que, por extraño que parezca, en estos tiempos de coronavirus se reproducen con una promiscuidad tal, que desde que en la niñez tuve una pareja de conejos no veía nada tan prolífico.
El encargo es acerca del buen liderazgo en un entorno de crisis. Días atrás había hecho la selección bibliográfica para utilizar como referencia. Ayer me las arreglé para contar con una tarde despejada para seleccionar material. No habían pasado veinte minutos de haber tomado mis marcadores y el primer artículo, cuando algo pasó. No me pregunten cómo, pero se habían hecho las seis de la tarde y una serie de incendios y fogatas en forma de llamadas y correos electrónicos me habían boicoteado el plan de escribir. Se había acabado el tiempo, mi hijo Juan festejaba su cumpleaños veintidós en régimen coronavirus, esto es, con los de casa y punto, así que la noche tampoco trajo frutos literarios.
𝗗𝗶𝗻𝗮𝗺𝗶𝘇𝗮𝗿, 𝗰𝗼𝗻𝗱𝘂𝗰𝗶𝗿, 𝗰𝗼𝗼𝗿𝗱𝗶𝗻𝗮𝗿, 𝗱𝗶𝗿𝗶𝗴𝗶𝗿 𝗼 𝗳𝗮𝗰𝗶𝗹𝗶𝘁𝗮𝗿 »
por Manel Muntada
Dinamización, conducción, coordinación, dirección o facilitación son algunos de los términos con los que se autodenominan aquellas personas que asumen el rol de “llevar” una reunión de carácter profesional.
A menudo, estos términos se utilizan de manera indistinta, como sinónimos, al final -se piensa- se trata de los mismo, de identificar y dejar claro quien lleva la reunión. Esto, hasta cierto punto, puede ser así, nuestra utilización de la sinonimia nos lleva a manejar este tipo de conceptos de manera indiferente, los sinónimos -decimos- son palabras que se refieren a lo mismo y, por lo tanto, utilizar una u otra palabra no altera el significado de lo que se pretende expresar.
La selección de alguno de estos sinónimos también puede obedecer a criterios estéticos o de moda, por ejemplo, la palabra “facilitación” está siendo ampliamente usada por muchos profesionales pero, como todas las culturas organizativas no están o quieren estar alineadas con ciertas modas
𝗣𝗮𝘀𝗮𝗿 𝗱𝗲 𝗽𝗿𝗶𝗺𝗲𝗿 𝘃𝗶𝗼𝗹𝗶́𝗻 𝗮 𝗱𝗶𝗿𝗲𝗰𝘁𝗼𝗿 𝗱𝗲 𝗼𝗿𝗾𝘂𝗲𝘀𝘁𝗮 »
por Albert Campi
Pasar de primer violín a director de orquesta. Este es el símil que utilizo en ocasiones al implementar un plan estratégico en una pyme industrial. Sirve para mostrar al empresario que mientras la empresa es pequeñita (menos de 10 empleados) se puede dirigir como un cuarteto de cámara, siendo el primer violín. Pero cuando la empresa crece, hay que saber dejar de tocar un instrumento para pasar a dirigir como un director de orquesta, sólo con la batuta. Veamos las dos situaciones y la dificultad de pasar de primer violín a director de orquesta.
El empresario «primer violín»
Conozco a muchos empresarios que dirigen su pequeña empresa tocando ellos mismos un instrumento, o incluso más de uno. Lideran la acción comercial personalmente o bien la parte técnica y de operaciones, e incluso la parte financiera. «El hombre orquesta».
Este comportamiento de estar en todas partes es normal en empresas de menos de 10 trabajadores. Difícilmente existirá algo parecido a un equipo directivo, ya que como máximo habrá algún responsable de algún mini departamento.
𝗝𝗲𝗳𝗲𝘀 𝗺𝗲𝗻𝗴𝘂𝗮𝗻𝘁𝗲𝘀 𝗮𝗻𝘁𝗲 𝗹𝗮 𝗰𝗼𝗺𝗽𝗹𝗲𝗷𝗶𝗱𝗮𝗱 »
Por Xavier Marcet
La tropa de jefes menguantes no para de crecer. Ser directivo cada día parece más difícil. En el mundo de la empresa ya no se trata de resolver problemas, se trata de enfrentar paradojas. Y ante las paradojas no sirve cualquiera, la autoridad se desdibuja y el talento queda al desnudo. El viejo management de la planificación y el control aparece como muy insuficiente. Las paradojas nunca son fáciles de resolver, pero se abordan mejor desde la transversalidad que desde jerarquías con autoridad indiscutida.
Los éxitos del pasado no sobreviven fácilmente ante la nueva complejidad. Y la complejidad emerge porqué la forma de mirar la realidad que permite la fusión de lo real y lo digital ( Internet de las Cosas, nuevos modelos de negocio) y el análisis de datos masivos, lo está cambiando todo. Las paradojas superan las viejas lógicas de los negocios consolidados. La concatenación de causas y efectos parece efímera cuando antes era sólida y permitía planificar las cosas por años. Hoy los años de antes son meses, cuando no semanas.
«𝗡𝗼 𝘀𝗲 𝘁𝗿𝗮𝘁𝗮 𝗱𝗲 𝘁𝗲𝗻𝗲𝗿 𝘂𝗻 𝗲𝗾𝘂𝗶𝗽𝗼 𝗾𝘂𝗲 𝗱𝗶𝗴𝗮 𝗮 𝘁𝗼𝗱𝗼 𝗾𝘂𝗲 𝘀𝗶́, 𝘀𝗶𝗻𝗼 𝗱𝗲 𝗿𝗼𝗱𝗲𝗮𝗿𝘁𝗲 𝗱𝗲 𝗴𝗲𝗻𝘁𝗲 𝘀𝘂𝗽𝗲𝗿𝗰𝗮𝗽𝗮𝘇» »
Juan Spitzer siempre estuvo vinculado al mundo de los negocios, aunque por muchos años renegó de que ese fuera su futuro. Su padre era dueño de una famosa mueblería, llamada Casa América, y desde la adolescencia Spitzer supo dedicar horas de trabajo en el emprendimiento familiar. A los años, las circunstancias de la vida hicieron que quedara a cargo de la mueblería por un tiempo y eso fue suficiente para darse cuenta qué era “lo que quería y lo que no”. Entre otras cosas, se dio cuenta de que el negocio de su padre necesitaba actualizarse. “Con los años cambia la manera de gestión, de liderazgo, de detectar cuándo hay negocio y cuándo no”.
Por eso, sin pensarlo, se decidió por estudiar la carrera de ingeniero químico y dedicarse a las fórmulas y a los procedimientos metódicos. Obtuvo el título, pero al tiempo la oportunidad de trabajar en un laboratorio farmacéutico le hizo ver que eso que tanto había soñado no era lo suyo. “Yo vibraba con los negocios y con las decisiones”, afirma Spitzer. Fue así que decidió cambiar de trabajo y dar un viraje a su carrera profesional.