Por David Torné
No es la definición canónica pero expone bien cuál es el problema. Enfocarse sobre un asunto cuando aún no es el momento de hacernos en cargo. El dispendio de energía y atención que supone te condiciona de forma negativa cuando te ocupas (de verdad) de tus asuntos actuales. Los que de verdad deben ocuparte plenamente.
Hay técnicas para gestionar y controlar las incidencias que se nos presentan pero no es tan fácil gestionar las emociones negativas que generan, sobre todo cuando llevas conviviendo con ellas toda la vida.
Demos un vistazo a cómo un sistema de efectividad personal, los hábitos y la atención plena te pueden ayudar disminuir significativamente su fricción.
El sistema es una parte del rompecabezas. Un sistema de eficacia personal que funcione te permite saber a qué atenerte en cada momento. Generas confianza y esta mata las preocupaciones que tienen como fuente el “¿Me acordaré? ¿Sabré que tengo que hacer?” De ahí la importancia de las revisiones al sistema Getting Things Done (GTD).
Es importante disponer de unas pautas para saber qué hacer en cada situación. Disponer de una lista de tareas o un conjunto de listas no es suficiente, se necesitan hábitos. GTD integra algunos muy importantes (Recopilar, procesar, organizar, revisar, hacer) pero es necesario un cambio de actitud.
Dejar de lado la preocupación implica dejar de lado la actitud reactiva y pasar a un modo proactivo. Anticipar los problemas con días o semanas de margen ayuda a mantener el control del día a día, alejando frustración y estrés.
Creía que implantando un sistema de productividad personal, con una infraestructura y pautas para apoyarme al afrontar las situaciones comunes del día a día era suficiente para evitar el estrés y la preocupación pero me faltaba algo más.
Tengo mis cosas buenas y malas. Siempre he sido una persona caótica que se dejaba arrastrar por cada frente abierto. Un apagafuegos. Implantar el mis sistema de eficacia personal y empezar a escribir en el blog para ordenar ideas sobre el proceso me hizo dar un gran giro pero seguía con ese poso dejado por años de reactividad.
Desde lo intelectual entendía los concepto de capturar, procesar o revisar para mantener bajo control mis asuntos. Me daba una quietud racional pero continuaba con intranquilidad – incluso ansiedad- en el plano emocional.
La intranquilidad vista como un ruido estático siempre presente en mi forma de actuar, comiéndose mi energía, mi atención y haciéndome dudar de las decisiones que tomaba.
Decisiones ordinarias tomadas para dar respuesta a situaciones cotidianas como cuando responder una petición, si había revisado todos los temas pendientes al final del día… Una presión menor pero persistente que me agota e iba descargando mi batería cada vez más rápido.
Si en su día GTD actuó como un personal game changer el otro gran giro fue la práctica de la meditación.
Del mismo modo que GTD me aleja de la reactividad en la acción, el mindfulness me aleja de la reactividad en la emoción.
Se trata de meditar para educar mi mente, calmando el torrente de pensamiento que generó y crear la capacidad para desapegarme de las preocupaciones ordinarias (trabajos pendientes, conflictos, pensamientos ..).
Tienes que saber separarte para ver su importancia real. Puedes hacerlo de forma racional, a través de tu sistema, pero si se trata de algo con carga emocional no saldrá de tu cabeza con tanta facilidad.
Educar la mente e implantar un sistema para ordenar tu actividad. Pensar en grande pero actuar en pequeño. ¿Qué acciones concretas te pueden ayudar a que tus preocupaciones dejen de generar la ansiedad o el estrés que te generan? Aquí tienes las más destacables:
No te estoy diciendo que implantes GTD, quizás no sea para ti – aunque te recomiendo intentarlo – te hablo de aplicar cada uno de estos puntos de la lista para rebajar el nivel de presión que las interrupciones, imprevistos y otras incidencias te provocan.
La preocupación es buena como aviso. Cuando la utilizamos para darnos cuenta de un posible problema y el registramos para ocuparse de él más tarde. Debemos crear las bases para que preocupación no se transforme a intranquilidad y estrés.
Fuente: http://blog.davidtorne.com/es/2017/01/como-acabar-con-las-preocupaciones-innecesarias/