Por Mariana Pizzo
Hay una práctica muy simple y efectiva para testear la calidad del servicio y mejorarlo; pero me pregunto por qué tan pocas veces se aplica… hoy te propongo que comiences a implementarla.
Se trata de ponerse literalmente del lado del cliente cuando consume tu servicio. Y digo “literalmente”, lo que significa convertirte en cliente de tu propio servicio, y no sólo pensar en lo que vive el cliente cuando lo recibe (lo cual también es útil, naturalmente). Vivir el servicio en primera persona, consumirlo, para conocer, desde adentro, la experiencia de tus clientes.
Es necesario generalizar esta sencilla práctica, la que puedes (y deberías) extender a los diferentes niveles de la organización. Te va a dar muchísimas ideas de mejora, y va a contribuir enormemente a la orientación al cliente y la cultura de servicio de todos los integrantes de la compañía.
Hace unos días he regresado de pasar unos hermosos días de vacaciones, y allí pude comprobar dos experiencias de servicio diferentes, que demuestran los efectos que tiene, para el cliente, que el proveedor se haya tomado la tarea de vivir el servicio.
Un mismo servicio: alojamiento, pero con una gran diferencia. En el primer caso, hemos alquilado una casa de veraneo, que pertenece a una familia que la ocupa para sus vacaciones. Nos sentimos como en nuestra propia casa, todo lo que necesitábamos estaba allí. La explicación es muy simple: es una casa que sus mismos dueños habitan.
En otro caso, un departamento amueblado, pero de los que se montan sólo para alquiler. En varios momentos notábamos pequeñas falencias, a las que nos adaptábamos, pero que serían fáciles de solucionar si alguien se hubiera ocupado de vivir el servicio en primera persona. Un ejemplo: si bien el servicio de aseo estaba incluido, una de nuestras hijas entró con las zapatillas embarradas, y desparramó tierra que no pudimos recoger en el momento, ya que no había ningún elemento de limpieza disponible.
Medidas muy sencillas nos hubieran resuelto varias pequeñas molestias, ninguna grave, pero que en conjunto aportan a la satisfacción general del cliente.
Vivir las experiencias de tus clientes, ¿es un hábito en tu organización? Gerentes, supervisores y empleados de primera línea deberían pasar por clientes con frecuencia.
¿Has probado llamar de incógnito para hacer consultas sobre tu servicio, como si fueras un cliente potencial? O ser literalmente un cliente de tu servicio, sin ningún privilegio o preferencia por pertenecer a la compañía…
También podrías regalar a tus empleados tu servicio, con la condición de que aporten sugerencias de mejora. Hasta puedes convertirlo en un premio para ellos, con beneficios mutuos.
La modalidad para implementar esta práctica puede variar según tu actividad, pero te desafío a que encuentres creativamente una alternativa que aplique a tu caso. Algunas pistas para hacerlo de manera efectiva:
No dudes en incorporar esta práctica como un hábito de tu compañía. No necesitas ninguna estructura especial, con lo que tienes montado para tus clientes basta. Y te vas asombrar de los beneficios que te traerá!
Fuente: http://comoservirconexcelencia.com/blog/testear-la-calidad-del-servicio-desde-la-vereda-del-cliente/.html