La mejor forma de cambiar las creencias que te frenan
Lo primero para cambiar creencias que te limitan, lo primero de todo, es poder identificarlas.
Esto que te voy a contar también sirve para aquellas creencias que te son útiles, aunque en ese caso no querrás cambiarlas sino hacerlas más conscientes para potenciarlas.
Mira, en el tercer año de carrera me fui de Erasmus cinco meses a Italia.
Cada día, después de las clases de por la mañana en la universidad, mi compañera de piso, otra amiga y yo íbamos al comedor de estudiantes a comer.
Comer ahí era súper barato. Dos euros solo.
Es verdad que siempre había lo mismo.
De primero, ensalada. Y de segundo, pasta con la salsa que tocara ese día.
Muy básico todo.
Sota, caballo y rey.
Tú ibas ahí, cogías una bandeja de plástico roja y te ponías en la cola para que te sirvieran la comida.
La mujer que servía las ensaladas a mí se me parecía a Condoleezza Rice, la que fue secretaria de estado durante el gobierno de George Bush, no sé si te acordarás de ella.
El caso es que cada día cuando me servía la ensalada, ella, Condoleezza, me hacía la misma pregunta:
Condita?
Y yo, cada día también, le daba la misma respuesta:
Senza dita.
Así de lunes a viernes.
Cada semana.
Durante cinco meses.
Total, que la última semana de clases, y con el Erasmus casi finiquitado, un día vino mi amigo Severino a comer con nosotras al comedor.
Seve es italiano.
Se puso detrás de mí en la cola.
Cuando llega mi turno, me dispongo como siempre a decirle a mi querida Condoleezza que no, que no quería que me echara condimento.
– Condita?
– Senza dita.
Al oírme, mi amigo Seve va y me dice:
Patri, ¿eres consciente de que cuando ella te pregunta ‘¿condimento?’, tú le dices que ‘sin dedos’?
No sabía dónde meterme, te lo juro.
Llevaba cinco meses diciéndole a la Condo que quería la ensalada sin dedos.
Así, un día tras otro.
Y yo dándomelas de mi buen italiano… criatura.
Vale. Entonces, qué pasa con esto.
Pues pasa que para dejar de cometer errores fruto del desconocimiento, necesitas primero darte cuenta de que los estás cometiendo.
Pasa con el italiano y pasa también con las creencias.
Pasa con todo en realidad.
Y si alguien te ayuda a identificarlos, pues entonces mucho mejor, claro. Más fácil.
A no ser que aprendas a base de equivocaciones, como me pasó a mí, o que tengas a alguien que te diga, mira, así no, mejor así, será difícil que cambies algo que te pasa desapercibido.
Por no decir imposible.
Para cambiar las creencias y pensamientos que te limitan, tienes que identificarlos primero.
Identificar las creencias que por ser más inconscientes, te pasan desapercibidas, y son las que de verdad mueven los hilos de las que están más visibles, como si fueran un director de orquesta.
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