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¿Eres reticente al marketing de tu negocio y sientes miedo al rechazo cuando ofreces tus servicios y productos? Es un problema muy común de la mujer emprendedora. Prefiere dedicarse a todas las áreas de su negocio, menos al mercadeo. Descubre 3 maneras de vencer el miedo al rechazo, para que soluciones una vez por todas, el problema de tus ventas bajas.
El miedo al no. Es la raíz del miedo al rechazo, catalogado como uno de los más grandes miedos, incluso por encima del miedo a morir.
También es la raíz de muchos problemas que puedes estar experimentando en tu negocio hoy:
Este miedo hace que muchas mujeres emprendedoras sean reticentes al ejercicio constante de mercadearse agresivamente para posicionarse con éxito en su mercado.
Todo lo demás lo hacen bien: aprecian a sus clientes, crean soluciones a sus problemas con cariño y amor, pasan horas diseñando hermosos sitios web e interactúan con sus clientes donde pueden, regalando mucha información con tal de ayudarles.
Tú no lo hagas.
El mercadeo es para tu negocio como el respirar para tu cuerpo. Dejas de hacerlo y tu negocio pierde vida.
Yo lo sé, porque luché muchos años con este miedo. De hecho, tuve dos negocios antes de transformarme en una empresaria exitosa y ambos fracasaron por mi miedo a las ventas.
Robert Kiyosaki, el afamado autor de libros como “Padre Rico Padre Pobre” y “El Cuadrante del Flujo del Dinero”, incluso aconseja a cualquier emprendedor incipiente a trabajar en el departamento de ventas de una compañía, solo para vencer el miedo al no.
Primeramente, debes entender la naturaleza del miedo. El miedo es nada más que una fe torcida. Cuando sientes miedo, te estás imaginando un desenlace desfavorable, mientras que la fe viene de un lugar de esperanza y siempre creerá en un resultado positivo.
En términos más simples, esto significa que tú eliges lo que crees. El miedo solo existe en tu imaginación.
Una de mis queridas mentoras me aconsejó: “Bettina, para ser una buena vendedora, tienes que buscar 100 no antes de obtener un si!”
Eso me ayudó a adoptar un posible no como algo natural y probable dentro del proceso de ventas. Comprendí que mis expectativas de obtener siempre un sí eran irreales y comencé a ver el no como algo muy diferente:
Ya no era un “no” rotundo que expresaba un rechazo a mi oferta, sino un “ahora no” o un “esto no”. Eso me llevó a ajustar mi oferta constantemente a las necesidades más apremiantes de mis clientas y, además, mantuve el contacto con ellas para volver a ofrecerles mis servicios en otro momento.
¿Y adivina qué? Aparte de vencer mis miedos, ¡mis ventas subieron!
Un dicho célebre dice que la persona más valiente no es aquella que no tiene miedo, sino aquella que sigue adelante a pesar de sentir miedo.
Como empresaria, muchas veces vas a tener que actuar a pesar de tu miedo. Ya vimos que ese miedo es una mentira producto de tu imaginación. ¿Por qué le vas a hacer caso?
Querida y brillante mujer emprendedora, solo debes decidir dar un paso de fe para salir de tu zona de confort, que te limita con sus miedos falsos. Cuando lo hagas, esos miedos quedarán en tu pasado.
Puede que tu mente aún los entretenga por un tiempo, ¡pero tu corazón ya no lo hará!
Autora Bettina Langerfeldt
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