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16 cosas que no deberías tener que justificar a nadie más

Por Marc Chernoff

No cambies para agradarle a alguien. Sé tú mismo, y a las personas correctas les encantará tu verdadero yo.

¿Las personas en tu vida siempre apoyarán tus decisiones? No, no lo harán. Pero tienes que recordar que la vida no se trata de tener que justificarte; se trata de crearte. Tu vida es sólo tuya.

Otros pueden tratar de persuadirte, pero no pueden decidir por ti. Pueden caminar contigo, pero no caminar con tus zapatos. Así que asegúrate de que el camino que decidiste caminar se alinee con tu intuición y tus deseos, y no tengas miedo de caminar solo y allanar tu propio camino, cuando sepas que es lo que tienes que hacer.

Haz de esto tu lema: “Con todo respeto, no me importa” Díselo a cualquiera que te juzgue por algo en lo que creas firmemente, o algo que te haga ser quien eres. La gente inevitablemente te juzgará de todos modos, y está bien. Tocaste  sus vidas; no dejes que toquen la suya.

Y cuando necesites un recordatorio o una dosis de aliento, consulta esta lista de cosas que no deberías tener que justificar a nadie más:

1. Por qué te estás poniendo a ti mismo primero

Durante una entrevista televisiva en 2011, le preguntaron a Michelle Obama si no pensaba que era egoísta admitir abiertamente que ella hacia de sí misma su primera prioridad, a lo que la primera dama respondió:

“No, no en absoluto. Es práctico…. muchas veces nos ocupamos demasiado poco de nuestra propia lista de prioridades porque estamos demasiado ocupados cuidando de todos los demás. Y una de las cosas que quiero inculcar a mis hijos es que inviertan en sí mismos tanto como invierten en otros.”

Buen consejo si me lo preguntas. Sólo unas pocas personas en este mundo serán 100% fieles a ti, y tú deberías ser uno de ellos. Da prioridad a tus propias necesidades en tu lista de tareas diarias.

2. La necesidad de expresar tus emociones

Nunca pidas disculpas por ser sensible o emocional. No tienes que avergonzarte por sentir algo o actuar por algo si es real para ti. Es una señal de que tienes un corazón grande, y que no tienes miedo de dejar que otros lo sepan. Mostrar tus emociones es un signo de fuerza humana. Las personas que te juzgan por ser humano, y no ser modesto, sin emociones, y “en línea”, son los que tienen que pedir disculpas.

3. Tu rareza                                                    

¿Dónde está tu voluntad para ser raro? ¿Dónde está tu resolución para ser real? La verdad sea dicha, no es raro ser raro. Todo el mundo es raro de alguna manera. Debes celebrar tu individualidad y no estar avergonzado de ello. Si tienes la suerte de tener algo que te hace diferente a todos los demás, no te avergüences ni lo disimules.

4. Ser indiscutiblemente TÚ

Nunca nos sentimos más vivos que cuando somos valientes, y no podemos ser valientes, a menos que estemos dispuestos a quitarnos las máscaras, y ser nosotros mismos.

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Se trata de encontrar el coraje para ser real. Cuando el perfeccionismo de cualquier tipo nos conduce, la vergüenza siempre lleva una escopeta y el miedo se sienta en el asiento de atrás del conductor. No te hagas esto. Deja de tratar de ser “perfecto” ante los ojos de los demás, y simplemente sé quien eres.

5. No tomar las cosas como personal

Cuando eres inmune a las opiniones y acciones de los demás, no eres víctima de innecesaria preocupación y sufrimiento. Algunas personas pueden decirte que es mejor ponerte de pie y pelear, pero el mejor ataque es siempre una buena defensa. Defiéndete de los demás no tomando las cosas que dicen y hacen como personal.

La verdad sea dicha, si tomas todo como personal, sólo conseguirás ser ofendido por el resto de tu vida. Lo que otras personas hagan es problema de ellos, no tuyo. Punto.

6. Decidir perdonar

Los agravios son para aquellos que insisten en que se les debe algo. El perdón, por el contrario, es para aquellos que son lo suficientemente seguros como para pararse sobre sus piernas, y seguir adelante.

Para poder avanzar, debes saber por qué te sentiste de esa manera, y por qué ya no tienes que sentirte así. Se trata de aceptar el pasado por completo, dejando que sea lo que sea, y levantando tu espíritu con buenas intenciones. Nada aumenta tu capacidad de sanar y crecer tanto como el amor y el perdón.

7. Con quién decides pasar tu tiempo

Al fin y al cabo, la mejor inversión de tu tiempo limitado en la Tierra, será la de pasarlo con la gente que amas. Aunque tal vez es concebible que estés algún día en tu lecho de muerte lamentando no haber trabajado más duro y haber cumplido cada pequeño ítem de tu lista de tareas, dudo que tu trabajo sea tu mayor preocupación.

Es más probable que desees haber podido tener una noche romántica más con tu pareja, otra larga y sincera charla con tu hermana, y una última noche de risas con tus mejores amigos. La vida es demasiado corta como para no pasarla con las personas que amas.

8. No medir con ojo quirúrgico el progreso de los demás

No compares tu progreso en la vida con la de los demás. Todos necesitamos nuestro tiempo para viajar nuestra distancia. De hecho, dos de las parejas más increíbles que conozco no se conocieron el uno al otro hasta los últimos años de sus 30s. Y una de estas parejas recién tuvo su primer hijo en los primeros años de sus 40s.

La lección aquí es simple: Las mejores cosas de la vida no suceden cuando la sociedad te dice que tendrían que suceder, suceden cuando están destinadas a suceder.

Así que recuérdalo, no tienes que poner excusas sobre por qué no estás casado y con niños, o trabajando en un empleo tradicional de 8 a 5, o ganando cierta cantidad de dinero, etc. Nuestras vidas no están escritas de la misma forma exacta.

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9. Por qué has fallado, y por qué no tienes miedo de fallar de nuevo

Fracasar es la oportunidad de comenzar de nuevo, más inteligente que antes. Olvídate de lo que los demás te hayan dicho. Falla a menudo, falla más rápido, arréglalo, aprender de ello, sigue adelante, y repítelo.

Solo porque las cosas no hayan salido bien hoy, no significa que no haya algo grande en la tienda para ti mañana. Descansa tranquilo y prepárate. No desperdicies tu energía justificándote frente a los pesimistas.

10. Las inmaduras, y tontas cosas que hiciste alguna vez

Yo no apruebo por completo algunas de las cosas que hice en mi vida. Pero yo soy yo. Y no sería yo si no hubiera aprendido a lo largo del camino. Lo mismo es verdad para ti. Todos los viejos sabios fueron jóvenes y tontos alguna vez; así es como se hicieron sabios. No te avergüences de lo que tuviste que ser, para llegar a donde estás hoy.

11. Vestirte sin cuidado y no estar mirando todos los detalles cada segundo

Ángel y yo ayudamos a miles de clientes de coaching a superar sus problemas de autoestima, y la apariencia física casi siempre tiene algo que ver con eso. Como un cliente que entrenamos lo puso esta mañana:

“Cada vez que salgo de casa luciendo nada menos que fresco y a la moda, y me encuentro con alguien que conozco, tiendo a sentir la necesidad de disculparme por no verme de cierta manera.”

¡Eso es ridículo! No tienes que pedir disculpas a nadie más por no verte de cierta manera; tienes que pedirte disculpas a ti mismo por sentir que tenías que hacerlo en primer lugar.

12. Tus saludables hábitos de alimentación

Muy a menudo, nuestra cultura asocia hábitos saludables de alimentación con dietas de moda y esquemas de marketing para bajar de peso. Pero también hay algo llamado alimentación saludable como medio para, de hecho, mantenerse saludable; no perder peso, ni una dieta loca, ni cualquier otra cosa.

¿Por qué tenemos que defendernos cuando elegimos comer sanamente? Porque, por alguna razón, la gente tiende a ser escéptica de que una persona realmente sólo quiera tratar a su cuerpo bien, y no estar constantemente preocupada por su forma y tamaño. Come sano, porque es bueno para tu salud. Ignora las críticas.

13. Trabajar muy duro en tus sueños

Cuando la gente trata de inspirarte, a menudo te dicen todo tipo de cosas sensibles y sinceras como: “Sigue tus sueños. Escucha tu corazón. Encuentra tu voz interior y déjala cantar. Cambia el mundo. Haz tu marca. Abraza tus desafíos. Sigue sonando en grande. Sueña un poco más. De hecho, sueña y no dejes de soñar hasta que todos tus sueños se hagan realidad.”

Y todo eso está muy bien y elegante, pero el problema es que muchas personas sueñan… y eso es todo lo que hacen. Y mientras están ocupados soñando, las personas realmente felices, las personas realmente exitosas, las personas realmente sobresalientes, apasionadas, y poderosas, están ocupadas haciendo algo con sus sueños. Sé uno de ellos.

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14. Elegir sonreír a pesar de los problemas

No todos los días serán buenos, pero habrá algo bueno en todos ellos. Nótalo. Ignora la negatividad que te rodea. Ninguno de nosotros sabe el camino que vamos a viajar, o las pruebas que se cruzarán en nuestro camino. El secreto está en encontrar la alegría en el viaje. Cuantos más obstáculos superes, más fuerte te volverás.

La vida no se hace más fácil o indulgente; simplemente tú te haces más fuertes y más resistentes. Sonreír y apreciar cada paso que das es la opción más inteligente. Tu positividad te ayudará a darte cuenta de que a veces, las cosas malas que te suceden en la vida, te ponen en dirección hacia las mejores cosas que te podrían pasar.

15. Las cosas por las que tienes esperanza

Dicen que una persona sólo necesita tres cosas para ser realmente feliz en este mundo: alguien a quien amar, algo que hacer, y algo que esperar. No podría estar más de acuerdo. Todos hablamos mucho de la importancia de los primeros dos, pero no olvides alimentar tu esperanza también.

Y recuerda, la esperanza no es creer que la vida te dará siempre lo que quieres; es creer que la vida, poco a poco, te revelará lo que es correcto.

16. Por qué ya te sientes completamente justificado

No necesita una ovación, ni un BestSeller, ni promoción, ni un millón de dólares. Eres suficiente en este momento. No tienes nada que justificar. Preocúpate menos por quien eres para los demás, y más por quién eres para ti mismo. Te angustiarás y decepcionarás menos en el minuto que dejes de buscar en los demás, la justificación que solo puedes darte tú.

El punto es: Tratar de justificarte constantemente a ti mismo delante de todos los demás, te fuerza a perderte la belleza de ser tú mismo, con tus propias y únicas ideas, deseos y experiencias de vida. Si solo vives la vida, haciendo y siendo lo que los demás esperas que hagas y seas, entonces, de alguna manera, dejas de vivir… y apenas existes.

Lo dije antes y lo diré otra vez…

¡Haz más que sólo existir! Todos existimos. La pregunta es: ¿Vives?

Publicado originalmente en marcandangel.com

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Comentarios (1)

  1. The-Miguel dice:

    Gracias por estos artículos……….

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