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La mejor defensa es… escuchar

Por Juan Manuel Gonzalez Cerda

¿Qué tan bueno eres en lo que haces? ¿Realizas con frecuencia pruebas u otros medios de medición de tu desempeño?

Seguramente hay una manera objetiva de demostrar en que eres más o menos bueno en lo que haces y en que podrías considerarte exitoso.

Las personas que no piensan que son buenas en lo que hacen -y que por lo tanto no son capaces de alcanzar el éxito, el liderazgo- no cambian su opinión aunque se les presenten indicadores de éxito. Por el contrario, sus propias dudas ponen en evidencia que no son competitivas.

No esperes a hacerte una evaluación para mejorar el juicio de ti mismo, los sentimientos no dependen de los hechos y la competitividad empieza con el sentimiento propio de ser competitivos.

Una bailarina que soñaba con ser estrella, inicio su camino hacia la gloria con las audiciones de presentación, en las cuales la audición es frente a todas las otras personas que también tienen las mismas aspiraciones y que también participan de la audición.

La bailarina decía que esta experiencia de las primeras audiciones le causaba temor y sentía como si estuviera siendo examinada por su doctor enfrente de toda la gente.

Algunas veces tuvo éxito, otras, no. Sin embargo siempre estaba en busca de audiciones en todas partes, y gano mucha experiencia con ello. Decía: “Tengo mucha más confianza en mis técnicas en las audiciones ahora, después de haberlo hecho frente a mucha gente, muchas veces”. Rápidamente se encuentra escalando peldaños en su carrera, “Yo siempre tuve confianza en mi misma, si quieres hacer algo, realmente debes de quererlo y creer en ello. Tienes que hacer que suceda, no te puedes sentar a esperar a que suceda solo o a que alguien venga en tu ayuda”.

Para muchas personas que han estudiado, el primer paso para mejorar el desempeño de su trabajo, no tiene nada que ver con el trabajo en si mismo pero si con mejorar la manera en que ellos se sienten acerca de si mismos. De hecho, para ocho de cada diez personas, la imagen de si mismos importa e influye más en su desempeño que la propia forma de hacer el trabajo.

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A nadie le gusta ser criticado, todos, de alguna manera nos ponemos a la defensiva para rechazar las críticas subestimando su validez y descalificando a quien nos critica. Desafortunadamente, ponernos a la defensiva no sirve. Ello te hace ignorar información potencialmente útil lo que inhibe nuestra habilidad para mejorar.

Escuchar las críticas involucra también y principalmente a los niveles ejecutivos de una empresa. En una compañía, un año malo en ventas la golpeo muy duro y los despidos se iniciaron, desde los niveles ejecutivos, hasta la base de la pirámide organizacional. El propio director de ventas se encontró de pronto, enviando currículos suyos a otras empresas por primera vez en veinte años.

Lo que experimentó a través de sus solicitudes de empleo fue solamente rechazo. Desde ser completamente ignorado por algunas empresas, hasta ser notificado que estaba sobre calificado para la posición que estaba solicitando. “Podría hacer algunos de estos trabajos hasta estando dormido”, decía refiriéndose a esa sobre-calificación. No podía creer que estaba sentado frente a encargados de personal, necesitando su aprobación.

Mis amigos fueron sinceros conmigo, me dijeron que para encontrar trabajo, necesitaba una nueva actitud” dijo, “el hecho de saber que necesitaba esos trabajos y sentir que no eran de mi categoría, no iba a convencer a nadie de que yo era la persona exacta para ese trabajo”.

“Tenían razón, en cuanto me dispuse a estar dispuesto a disfrutar el trabajo que pudiera encontrar, más que en pensar que estaba calificado para algo mejor, hizo que rápidamente encontrara una oportunidad, casualmente, en el área de recursos humanos”.

El estar a la defensiva esta directamente relacionado con la falta de aprendizaje en el trabajo. La gente que tiene una personalidad altamente defensiva, trata de hablar más en las juntas, están más predispuestas a interrumpir a quienes están hablando y son en promedio, veinticinco por ciento más lentas para adaptarse a los cambios. Para ser competitivos, hay que escuchar con atención las críticas.

Fuente: https://escuelapararicos.net/la-mejor-defensa-es-escuchar

 

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