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7 prejuicios que limitan tu bienestar

Por  Valeria Sabater.

Los prejuicios son inconscientes e incoherentes y a menudo nos hacen tomar decisiones desacertadas. Reconocerlos y desactivarlos permite dar forma a un mundo más respetuoso y feliz.

Hay diferentes tipos de prejuicios que limitan tu bienestar. Se trata de creencias predeterminadas e inconscientes que todos tenemos sobre las personas, el mundo y cada realidad que nos rodea.

Dichas valoraciones mentales se alzan en muchos casos como sesgos que limitan nuestro potencial humano e incluso nuestra armonía social. Dificultan nuestras relaciones con los demás, simplifican nuestra visión de las cosas y nos hacen actuar con temor y escepticismo en lugar de facilitar la apertura y la flexibilidad cognitiva.

Este tipo de constructos psicológicos son en muchos casos la expresión más pura de nuestro pensamiento ilógico.

El psicólogo y premio Nobel Daniel Kahneman evidenció que todos hacemos uso de estos recursos cognitivos. Su finalidad es permitirnos dar respuestas rápidas al filtrar la información disponible de forma subjetiva.

Se trata de una manera de simplificar la complejidad de nuestros entornos y hacer pronósticos inmediatos en contextos de incertidumbre. ¿Debo fiarme de esa persona? ¿Con quién debería hacer equipo en el trabajo? ¿A qué tipo de información debo dar validez? ¿Cómo debería reaccionar en esta circunstancia?

Muchas de nuestras respuestas y actuaciones están mediadas por prejuicios inconscientes que no siempre nos conducen a los destinos más acertados o deseados. Profundizamos en ello.

La necesidad de organizar el mundo en categorías mentales

Racismo, sexismo, edadismo, homofobia, xenofobia… Los prejuicios que limitan tu bienestar van en realidad más allá de esas dimensiones categóricas que todos conocemos. Son arquitecturas mentales inconscientes y estereotipadas que refuerzan actitudes negativas hacia muchos ámbitos de tu realidad. Y en especial hacia grupos de personas.

Si nos preguntamos por qué los creamos y reforzamos, hay varias explicaciones al respecto. Tal y como nos explicó el psicólogo Gordon Allport en su trabajo The Nature of Prejudice (1954), los prejuicios y los estereotipos son el resultado del pensamiento humano normal. Dado que nuestro mundo es complejo e impredecible, necesitamos organizarlo en “categorías” mentales.

Daniel Kahneman nos indicó que todos hacemos uso de esos heurísticos (atajos mentales) para tomar decisiones en el día a día. Asimismo, esos prejuicios están mediados también por motivaciones morales, emocionales, la educación recibida y la influencia de nuestro entorno.

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Los prejuicios que nos limitan

Reconocer y desactivar los prejuicios que limitan tu bienestar partirá siempre de tu capacidad para tomar conciencia de que haces uso de ellos. Por ejemplo, preguntarte por qué refuerzas determinadas creencias sobre algunas personas ya es un avance.

No obstante, también es recomendable hacer un breve repaso de esos sesgos negativos que muchos interiorizamos. Son los siguientes.

1. Lo que no conozco es malo (prejuicio por miedo)

Este es uno de los enfoques que asientan la base de la mayoría de los prejuicios. Lo diferente es peligroso, lo que no conozco es malo y, por tanto, debo defenderme. El prejuicio por miedo no solo da forma al racismo, sino también a la conducta autodefensiva.

Esta característica define a esas personas que siempre prefieren lo malo conocido a lo bueno por conocer y que responden con inquietud y hasta desprecio ante cualquier cambio o novedad. De este modo, y en referencia a esto mismo, la Universidad James Cook realizó un estudio muy revelador al respecto.

Cuando mostramos una conducta curiosa, imaginativa y abierta a la experiencia, los prejuicios se reducen. Caen por sí mismos. Esa es la clave, ver lo diferente no como una amenaza, sino como una oportunidad de aprendizaje.

2. Si te pareces a mí, me gustarás más (prejuicio por afinidad)

Uno de los prejuicios que limitan tu bienestar es entender el mundo según tus propias experiencias y puntos de vista. Aquellos que tengan visiones opuestas o que no hayan pasado por lo mismo que tú no son dignos de tu confianza o amistad.

El prejuicio por afinidad nos dice que abundan las personas que siempre tendrán preferencias inconscientes por quienes tienen cualidades y vivencias parecidas a las suyas.

Se mirará con mejores ojos a quien tiene las mismas ideas políticas que uno mismo o a quien ha estudiado en la misma universidad o tiene la misma nacionalidad.

3. Tu imagen me lo dice todo (prejuicio por apariencia)

El prejuicio por apariencia es todo un clásico. ¿Quién no lo ha hecho alguna vez?

La mayoría de nosotros tendemos a prejuzgar a las personas con base a su imagen y forma de vestir. Sabemos que el aspecto físico siempre importa, pero cuidado porque a veces caemos en serios errores de juicio que afilan el arma de la discriminación.

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4. Hombres y mujeres nunca serán iguales (prejuicios de género)

Entre los prejuicios que limitan tu bienestar están sin duda los sesgos de género. Pensemos en ello, no es suficiente con que la propia sociedad siga reforzando determinados esquemas sexistas. En ocasiones, también nosotros seguimos interiorizando determinados prejuicios que limitan del todo nuestro potencial.

Ejemplo de ello son algunas mujeres que deciden no optar por puestos de dirección o de altos cargos porque creen que esas categorías están destinadas solo a los hombres.

5. Prejuicios que limitan tu bienestar (prejuicio de poder y belleza)

El prejuicio de poder y belleza está muy presente en nuestra actualidad. Por ejemplo, muchos jóvenes opinan que únicamente aquellos con determinados atributos físicos logran el éxito. Si hay un sesgo debilitante y negativo es suponer que la delgadez o la belleza abren puertas en todo escenario.

6. Un error lo determina todo (prejuicio diablo)

Las personas somos a veces así de crueles, tanto para nosotros mismos como para los demás. Basta con que alguien cometa un fallo para concluir con que no es de fiar o no vale para nada.

El prejuicio diablo nos dice que basta con que alguien muestre una mala cualidad (aunque sea temporal) para que sea mejor alejarnos de ella. Es más, ese tipo de creencia también la podemos aplicar a nosotros mismos: es suficiente con equivocarnos o ser falibles en algo para pensar que somos un desastre.

7. Cuando algo sale mal, todo irá peor (prejuicio de línea recta)

Entre los prejuicios que limitan tu bienestar está el asumir que cuando algo se tuerce, la tendencia seguirá ese mismo camino: todo seguirá yendo mal. De esta manera, mientras el prejuicio del diablo se aplica a las relaciones entre las personas, el de línea recta aparece en nuestras experiencias y eventos cotidianos.

Se trata de un filtro de negatividad que nos hace caer en la desesperanza al prejuzgar que aquello que empieza mal no se puede enderezar.

Para concluir, nada puede ser tan catártico para nuestro potencial como tomar conciencia de estos constructos psicológicos. Como dijo William James, buena parte de las veces, cuando creemos que estamos pensando, en realidad lo que hacemos es reordenar nuestros prejuicios. No es lo adecuado.

Fuente: https://lamenteesmaravillosa.com/prejuicios-limitan-bienestar/?utm_source=gravitec&utm_medium=push&utm_campaign=

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