por Marc Chernoff
La culpa no siempre es algo racional; es un peso que te aplastará sin importar si te lo mereces o no.
La culpa es el precio que pagamos cuando nuestro comportamiento viola alguno de nuestros ideales o creencias adquiridas. Los síntomas varían desde un malestar emocional menor a sustanciales sentimientos de dudas y desesperación, y por ello, es una de las razones más comunes por las que las personas buscan coachs o terapia, ya que no pueden dejar de lado la culpa que sienten.
El exceso de culpa es uno de los pesos más pesados y menos saludables que una persona puede tener. Es como atar unos 100 kilos extras a tu cuello y tratar de seguir así con tu día. Afortunadamente, igual que cambiar la forma en que tratas a tu cuerpo puede ayudarte a perder exceso de peso corporal (es decir, comer sano y hacer ejercicio), un cambio en la forma en la que piensas puede ayudarte a eliminar el exceso de culpa.
Si sientes que estás cargando exceso de culpa en este momento, aquí tienes algunos recordatorios simples para ayudarte a dejar ir y aliviar tu mente:
Así que, de algún modo, es bueno que estés sintiendo que hiciste algo mal, significa que realmente te preocupas por ser mejor de lo que eres. Y a partir de ahora, lo puede ser.
Si la culpa te lleva a cambiar, entonces puede serte útil, ya que entonces no es sólo culpa, sino el principio del conocimiento y crecimiento. Esa es la clave, canalizar tus sentimientos de culpa iniciales en acciones positivas. Deja que la forma en que te sientes cambie la forma en que vives.
Cometer errores es ser humano. Los errores son parte de la vida; todos los cometemos, y todos sentimos un poco de culpa de vez en cuando. Pero – y este es un GRAN PERO – algunas personas aprenden de sus errores y algunas terminan cometiendo el mismo error una y otra vez. XXXDepende de ti decidir si vas a aprender de tus errores y usarlos para tu ventaja.
Una disculpa puede parecer un signo de debilidad, pero tener el valor de pararte frente a alguien y decirle “lo siento” es una muestra de gran fortaleza!
¿Una persona egoísta también puede amar a otra persona, no? ¿Incluso cuando los han herido y decepcionado? La respuesta es sí, siempre y cuando haya aprendido la lección y no la repita de forma deliberada.
No podemos cambiar eso ahora – el pasado quedó atrás – pero todavía podemos hacer lo mejor hoy y todos los días de aquí en adelante. Sí, tal vez haya mucho más que podríamos haber hecho, pero tenemos que dejar la culpa atrás para poder hacerlo mejor la próxima vez.
Es extraña la forma en que alguien que quiere jugar el juego de la culpa y encontrar un culpable, puede emitir juicios, contar historias, y realmente hacerte cree que eres culpable, aun cuando sabes que eres inocente (o mereces el perdón). Te cuidado de este fenómeno y no te condenes a ti mismo sólo por satisfacer el drama de alguien más.
No porque sientas culpa, ni porque tengas que retribuirles de ninguna manera.
Entiende esto. Entiende que el miedo al prejuicio es señal de una culpa excesiva y una desgarradora inseguridad.
El odio es irracional; cuando el odio es el que juzga, el veredicto siempre será culpable. Lo mismo es cierto cuando nos odiamos a nosotros mismos por algo; no nos permitimos justificarnos y crecer a partir de esa experiencia.
La conclusión es que podemos sentir culpa, dar razones, e incluso tener excusas, pero al final, es un acto de cobardía no darnos otra oportunidad. Es hora de mostrarte un poco de amor y respeto.
Muy a menudo, cuando nos sentimos culpables, nos quedamos en un estado de negación. Negamos, trivializamos o distorsionamos nuestras experiencias y sentimientos.
Escribirlo es una vía importante para la curación porque te da la oportunidad de ordenar tus pensamientos y definir tu propia realidad. Podrás decir: “Me pasó esto. Fue muy malo. Fue un terrible error. Crecí por ello. Merecía – y merezco – quererme y perdonarme.”
Puede que asumas que sólo necesites esforzarte más, pero te resulta difícil mantener ese nivel de esfuerzo. Si eso te suena familiar, es hora de dejar el control, al menos un poco. Es hora de dejar de sentirte culpable por no ser capaz de controlar lo incontrolable.
Publicado originalmente en TrucosParaVivirMejor.com