Muchas veces cuando me encuentro con conocidos a los cuales he dejado de ver durante mucho tiempo y me preguntan a que me dedico y les respondo que estoy “en tecnología”, generalmente me miran como si fuera piloto de transbordador espacial. Y esa reacción simplemente confirma uno de los mayores MITOS contemporáneos, la gente dice (sin pensar) “la tecnología no es tema mío”.

Por supuesto este mito realmente no tiene sustento ya que si nos detenemos a observar nuestro entorno, inmediatamente comprenderemos que la tecnología llegó para quedarse y facilitar nuestras vidas. Tecnología es nuestro celular, tecnología es la que permite que controlemos nuestra cuenta bancaria, tecnología en nuestro mail, en nuestro Messenger, tecnología en la búsqueda de la película que hacemos en internet, tecnología, tecnología y más tecnología.

El mito se reitera en el mundo de los negocios fundamentalmente de las pequeñas y medianas empresas, donde muchos emprendedores dicen, o peor aún, piensan “la tecnología no es para mí negocio”. Y con dicho pensamiento están determinando la “partida de defunción” del mismo.

Suena dramático ¿verdad? Pues veamos que nos dicen las estadísticas de cualquier lugar del mundo, (primer, segundo, tercer o cuarto mundo no importa cual, ya que el fenómeno se repite en cada país encuestado), “El 40% de los emprendimientos no llegan a su segundo año de vida y más del 90% no superan los 10 años”.

¿Les sigue pareciendo dramático el párrafo anterior? Y ahora lo mejor, (o debería decir lo peor), dos de las principales causas de dicha “pandemia” son la falta de información adecuada y oportuna para tomar decisiones y la falta de efectivo para desarrollar su negocio.

En el primer caso la falta de información es tan simple como no poder responder a preguntas del tipo ¿qué es lo que más vendo? , ¿Qué tengo en mi inventario?, ¿quién es mi mejor cliente?, etc. etc. En el segundo caso nos enfrentamos a otra constatación, muchas más empresas quiebran por falta de efectivo que por falta de utilidades, es decir que muchos emprendimientos deben cerrar sus puertas por no saber acompasar su flujo de efectivo a las actividades del negocio y otra vez es por falta de respuesta a simples preguntas: ¿qué tengo para cobrar? ¿Qué debo pagar? ¿Cuánto dinero tengo disponible?

Ahora, que tiene que ver la tecnología con esto? Y aquí la buena noticia: es la respuesta obvia y simple a esos dos “problemas”. Sin embargo el mito de “la tecnología no es para mí negocio” hace que los empresarios duden, demoren o no definan la incorporación de tecnología.

Por supuesto este mundo no sería mundo si las soluciones fueran fáciles. Una vez derribado el mito el empresario debe optar entre diferentes opciones que le presenta el mercado. Pero ello será tema de otro artículo, en el cual hablaremos de “dinosaurios y colibríes”.

Omar Rodriguez Lubara
WinnerCorp S.A.
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