Por Marc Chernoff

Valor no significa que no tienes miedo;
valor significa que no dejas que el miedo te detenga.

Todo lo que quieres está en el otro lado del miedo. No dudes jamás en darte la oportunidad de ser todo lo que eres capaz de ser.

Aunque el miedo puede ser muy abrumador, y haber derrotado a más personas que cualquier otra fuerza en el mundo, no es tan poderosa como parece. El miedo es tan profundo como tu mente lo permita. Tú todavía tienes el control. La clave es reconocer tu miedo y enfrentarte a él directamente. Debes caminar derecho y enfrentarlo cara a cara. Esta táctica le roba al miedo su poder, en lugar de que el miedo te lo robe a ti.

1. Tu verdadero camino y propósito.

Miedo a ser diferente…

No te dejes engañar por lo que los demás digan, especialmente cuando traten de decirte qué es lo correcto para ti. Escucha y entonces saca tus propias conclusiones. ¿Qué es lo que tu intuición te dice?

No hay un camino claro que todos deberíamos seguir. Tu mayor temor no debería ser fracasar, sino tener éxito en las cosas equivocadas. Elije una ruta que se adapte a ti. Aquellos que siguen a la multitud por lo general se pierden en ella. Desafíate a preguntar en cada paso, y en cada punto de enfoque que consuma tu energía: “¿Esto que estoy haciendo ahora mismo, me sirve a mí y a aquellos que me importan para los próximos minutos, meses, o años?”

Sin importar lo que establezcas, asegúrate de no ganarte el mundo entero a costa de perder tu alma y propósito en el proceso. (Lee The Road Less Traveled.)

2. El auto-respeto.

Miedo a no ser lo suficientemente bueno…

No seas demasiado duro contigo mismo. Hay un montón de gente dispuesta a hacer eso por ti. Haz tu mejor esfuerzo y entrega el resto. Dite a ti mismo: “Estoy haciendo lo mejor que puedo con lo que tengo en este momento. Eso es todo lo que puedo esperar de los demás, incluyéndome a mí.” Ámate a ti mismo y está orgulloso de todo lo que haces, incluso de tus errores, porque tus errores significan que lo estás intentando.

Si siente que los demás no te tratan con amor y respeto, revisa tu precio. Tal vez inconscientemente te lo remarcaste hacia abajo. Porque eres TÚ quien le dice a los demás cuánto vales, mostrándoles lo que están dispuestos a aceptar por tu tiempo y atención. Así que sal del estante de liquidación. Si no te valoras y respetas a ti mismo, de todo corazón, nadie más lo hará.

3. Tu capacidad de tomar decisiones concretas.

Miedo al compromiso…

No puedes vivir tu vida a merced de la casualidad. No puedes quedarte con un mapa marcado sólo con los lugares a los que temes ir, o lugares que sabes que no quieres volver a visitar. No puedes permanecer atrapado, sin fin, en un estado donde no puedas preguntar por el camino correcto (a pesar de estar terriblemente perdido) solo porque no sabes cuál es tu destino.

Tienes que comprometerte con metas que hablen de ti. Tiene que levantarte, mirarte en el espejo y decir: “No es suficiente para mí saber sólo lo que NO quiero en la vida. Tengo que decidir qué es lo que SÍ quiero.” (Angel y yo hablamos de esto con más detalle en el capítulo “Goals and Success” de 1,000 Little Things Happy, Successful People Do Differently.)

4. Oportunidades y experiencias invaluables.

Miedo al cambio y a la incomodidad…

Como Thich Nhat Hanh tan perfectamente dijo, “La gente tiene dificultades para dejar ir su sufrimiento. Por miedo a lo desconocido, prefieren el sufrimiento que les es familiar”.

En muchas ocasiones te quedas atorado en tus viejas rutinas por la única razón de que son familiares para ti. En otras palabras, le tienes miedo al cambio y a lo desconocido. Continuamente pones tus sueños y metas para mañana, y dejas pasar las grandes oportunidades simplemente porque tienen el potencial de conducirte fuera de tu zona de confort.

Comienzas usando una excusas para justificar tu falta de decisión: “Algún día cuando tenga más dinero”, o “cuando sea mayor”, o el tan abusado “Lo haré apenas tenga algo más de tiempo.” Esto es un círculo vicioso que conduce a una vida profundamente insatisfactoria; una forma de pensar que con el tiempo te enviará a la tumba con un inmenso lamento. Lamento de no haber seguido a tu corazón. Lamento de haber puesto siempre las necesidades de todos los demás por sobre las tuyas. Lamento de no haber hecho lo que pudiste haber hecho cuando tuviste la oportunidad.

5. Felicidad general y paz mental.

Miedo a enfrentar verdades interiores…

Si sigues buscando la felicidad fuera de ti, nunca la encontrarás. La felicidad se encuentra dentro. Lo que buscas no está en otro lugar, en otro momento; lo que buscas está aquí y ahora, dentro de ti. Cuanto más lo buscas fuera de ti, más se esconderá de ti.

Relájate, recuerda la fuente de tus deseos más profundos, y permítete saber de sus cumplimientos. Una opción, no unas circunstancias, es lo que determina la felicidad. Cada mañana, cuando abras tus ojos, dite a ti mismo: “Yo, no una persona o evento externo, tengo el poder de hacerme feliz o infeliz hoy. Todo depende de mí. El ayer se ha ido, y el mañana aún no ha llegado. Sólo tengo el hoy y voy a ser feliz en él.” (Lee The Untethered Soul.)

6. Tu voluntad de amar, de verdad y puramente.

Miedo a no ser correspondido…

Si bien es agradable cuando te devuelven los gestos de amor, el verdadero amor es una calle de una sola vía. Es un flujo puro de dar y no esperar nada a cambio. Cualquier otra cosa es un contrato. Observa cómo cada vez que permites que el amor fluya en ti, siempre estás sereno, tranquilo y fuerte. Sólo cuando surge el pensamiento, “¿Qué me han dado a cambio?” es que hay confusión y resentimiento. El ego transa, el amor transforma. La vida es demasiado corta como para todos estos contratos y transacciones meticulosas.

Descúbrelo por ti mismo, enfocando tu amor en una dirección que se sienta bien para ti, pero una vez que decidas amar, mantente tranquilo, brillando y fuerte. Amar sin esperar nada a cambio. No dejes que el miedo se interponga en tu camino. Cuando el amor que das es verdadero, las personas que son dignos de tu amor se revelarán gradualmente a si mismos con el tiempo.

7. La compañía adecuada.

Miedo a estar solo…

Tristemente, no importa cuánto amor des, algunas relaciones simplemente no están destinadas a ser. Puedes esforzarte al máximo, puedes hacer de todo y decir de todo, pero a veces la gente simplemente no vale la pena el estrés, ya no más, y no vale la pena preocuparte por ellos. Es importante saber cuándo hay que distanciarse de alguien que sólo te hace daño y te tira para abajo. Cuando das tu amor a alguien, verdadera y puramente sin expectativas, y nunca es suficiente para ellos, es muy probable que le estés dando tu amor a la persona equivocada.

La conclusión es que las relaciones a largo plazo deben ayudarte, no hacerte daño. Pasa tiempo con personas agradables que sean inteligentes, motivadas y afines a ti. Y recuerda, las buenas relaciones son un vínculo sagrado; un círculo de confianza. Ambas partes deben estar 100% a bordo. Y si llega el momento de dejar ir una relación, no seas hostil. Simplemente agradece a la relación que no funcionó, ya que te acaba de dejar espacio para otra que si lo hará.

Los próximos pasos…

Tus mayores temores dependen completamente de ti para sobrevivir. Cada nuevo día es una nueva oportunidad para cambiar tu vida, y es demasiado corta para permitir que el miedo interfiera. Hoy, enfoca tu mente en las cosas que deseas, no en las cosas que temes. Hacer eso puede volver tus sueños realidad.

Tu turno…

¿Qué te ha robado el miedo? ¿Qué te ha detenido hacer, ser, o lograr? Deja un comentario a continuación y comparte tus pensamientos con la comunidad.

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