Si no tuvieras miedo, ¿qué harías?

por Coaching day to day

Hoy volvemos a tratar el miedo como obstáculo y la mente como arma para superarlo.

Miedo. ¿Qué es el miedo?

Cuando escuchamos a alguien decir que tiene miedo de algo, inevitablemente  nos estremecemos, y por inercia damos por hecho que esa persona está  viviendo una situación delicada, mala, peligrosa, o simplemente una experiencia negativa.

Cuando de pequeños sentíamos miedo lo solucionábamos metiéndonos debajo de la sábana o yendo a la habitación de al lado para dormir acompañados. “Si no te duermes viene El Coco y te comerá”. Esa es la frase que durante generaciones ha conseguido que un niño acabase cerrando los ojos y cayendo en un profundo sueño, por la cuenta que le traía.

A medida que vamos creciendo, las experiencias y vivencias que nos hacen sentir miedo van cambiando y evolucionando. Ya no nos da miedo que un coco con colmillos se abalance sobre nosotros si no nos dormimos, o que Los Reyes Magos nos dejen carbón debajo del árbol si hemos sido “malos” durante el año. Ahora nos acobardamos cuando queremos dejar una relación o cuando nuestra pareja nos abandona, cuando fracasamos en el trabajo, cuando cambiamos de ciudad o país, cuando tenemos que hacer cosas nuevas y nunca antes las hemos hecho. Cuando alguien es mejor que nosotros, cuando alguien te pide ayuda,  cuando no estás a la altura (o crees por miedo que no lo estás). El miedo a la pérdida, a la soledad y al fracaso es una de las causas por las que muchas personas ni siquiera saben cuáles son sus limitaciones ni hasta dónde son capaces de llegar por su propio pie.

Nuestras preocupaciones, al igual que nuestros objetivos, avanzan, pero la importancia que le damos es exactamente la misma que 10 años atrás.

¿Por qué no empezamos a pensar que sentir miedo es una de las sensaciones que más humana y auténtica hacen ser a una persona?.

¿Por qué no en vez de ver el miedo como algo negativo y esconder la cabeza ante él, empezamos a pensar que es algo positivo y que nos va a ayudar a crecer como persona y en cualquier ámbito?.

Los humanos, y los no tan humanos, tendemos a huir de lo que nos asusta. Por lo general damos la espalda a lo desconocido: Más vale malo conocido..

El miedo nos paraliza y nos bloquea, nos hace echar raíces y estancarnos. Nos impide avanzar y superarnos. A lo largo de nuestra vida no vemos obligados a superar infinidad de obstáculos y a experimentar cambios radicales que nos asustan.

Miremos pues las cosas desde otro punto de vista y comencemos a razonar ante tales situaciones. Es decir, ver nuestro miedo desde otra perspectiva:

Cuando afrontamos algo difícil laboralmente como puede ser un despido, analiza el por qué de la situación, debes aprender de ello y poner en práctica inmediatamente lo aprendido. No sientas miedo, cuando una puerta se cierra una ventana se abre.

Si tu jefe te despide, si estás en el paro, si tu trabajo no te llena, no sientas miedo, no sientas vértigo. Fórmate, aprende, aprovecha para seguir creciendo profesionalmente, para avanzar, para sentirte orgulloso de ti mismo porque al final eso es lo que importa y lo que realmente te va a hacer sonreír cada mañana.

Si tienes miedo de fracasar, de no alcanzar tu meta, de decepcionar a los demás, mi consejo es que el miedo no te paralice, que no te coma. Da todo de tí mismo, lucha, supérate, cree en tí. Todo esfuerzo tiene su recompensa y si no lo logras a la primera, lo harás a la segunda. Y si no, a la tercera.

Si te sientes sólo y tienes miedo, siempre, siempre habrá alguien que estará dispuesto a apoyarte. Si aun así te sientes sólo, aprovecha para conocerte. Haz cosas tú solo. Ríete tú solo. Habla contigo mismo. Mírate al espejo y sonríe. Todavía hay muchas personas que dedican su vida a intentar entender a los demás, cuando ni siquiera saben qué es lo que ellos mismos quieren y esperan.

El miedo es algo que ya de entrada da miedo sentir. Pero todo es cuestión de pensar que cuando eso ocurre es porque algo nos importa lo suficiente como para pasarlo mal. Y a eso se le llama humanidad.

Vive la vida como si fuera el último día de tu vida, y cuando sientas miedo  simplemente cierra los ojos y piensa: ¿Qué es lo peor que me puede pasar?.

Yo desde aquí os garantizo que un día lo hice, en diferentes situaciones, y ahora no sólo estoy orgulloso de mí mismo, si no que he descubierto una faceta de mí que jamás hubiera imaginado. Y lo que antes era miedo se ha convertido en ilusión. Y lo que un día fue cobardía ahora es ambición.

¡Adelante!

Recuerda siempre que la mente es la llave que abre o cierra la entrada al miedo en nuestro ser. Debemos caminar todos hacia delante, tengamos luz u oscuridad, te tropieces o te caigas, al final lo importante es poder decir “lo hice” pero igual de importante es poder decir “al menos lo he intentado”. Quien no arriesga no gana.