Por Tania Sanz
A todos nos ha pasado por la cabeza esto: ¿por qué fracaso en cada intento por cambiar mis hábitos? ¿qué me hace falta para lograr tomar acción?
Seguramente lo has intentado una y otra vez, pero, por alguna razón desconocida no logras dar el primer paso o renuncias a la mitad del camino. El problema es que no sabemos por qué fallamos y mucho menos qué hacer para evitarlo.
Es verdad que nosotros no tenemos control absoluto sobre lo que estará ocurriendo en el futuro, pero, sí hay algo que podemos hacer para empezar y sobre todo para no renunciar a nuestro propósito (pase lo que pase).
En este artículo descubrirás la principal razón de por qué no has logrado cambiar tus hábitos y por supuesto, la mejor estrategia que te dará ese empujoncito que te hace falta para empezar.
“Los que renuncian son más numerosos que los que fracasan” -Henry Ford
hace algunos meses compré un rompecabezas (puzzle) para pasar la tarde del domingo. La parte que más me gusta de armar rompecabezas, es esa sensación en el que la pieza encaja perfecto (¡aha!).
El rompecabezas no era fácil. Tenía 1000 piezas y era una hermosa foto de la playa Waikiki en Honolulu.
Empezamos con toda la actitud y logramos seguir la imagen para armar algunas partes. Hasta que las cosas se complicaron en el cielo azul.
El cielo no tenía nubes, ni pájaros, ni nada. Es decir que, no había puntos de referencia y entre una pieza y otra el color seguía siendo el mismo.
Lo intentamos varias veces, pero sin tener claro lo que estábamos haciendo era inútil. La paciencia se agotó y terminamos guardando el rompecabezas en el último estante del armario.
Ayer lo vi empolvándose y pensé que con los hábitos ocurre algo similar…
En ocasiones cambiar de hábitos se convierte en un verdadero rompecabezas a resolver con miles de piezas.
Y así como todo, empiezas con mucha ilusión, pero de repente ya no entiendes en dónde van las piezas y terminas por renunciar al hábito que te propusiste (lo guardas en el último estante de tu memoria)
Si te fijas todos los rompecabezas tienen la imagen de muestra en la tapa de la caja. Esta imagen se convierte en el punto de referencia para lograr armarlo con éxito.
¿Qué crees que pasaría si esta imagen no existiera?
Lo más probable es que no lograrías encontrar el verdadero sentido. Y después de intentarlo varias veces, te cansas y renuncias (como me paso con la parte del cielo azul)
Lo mismo pasa con los hábitos:
Cuando no tienes una imagen clara de lo que quieres y de lo que tienes que hacer, tus intentos pueden ser interminables, pero siempre sin éxito.
Creo que existen muchas razones, que explican porque no has logrado cambiar tus hábitos. Algunas de estas razones están disfrazadas de “falta de motivación”, “falta de voluntad” o “miedo”.
Sin embargo, creo que el problema empieza mucho antes de si quiera poder sentirte motivado o sentirte aterrado.
Y se trata de la falta de claridad.
La falta de claridad o de motivo te impide cambiar tus hábitos con éxito
La falta de motivo te impide cambiar tus hábitos …
Y aquí es cuando nos sentimos ambivalentes: Quiero hacer algo pero al mismo tiempo quiero hacer otra cosa; quiero lograr cambiar un hábito pero al mismo tiempo quiero conservar uno que es totalmente opuesto.
Tenemos decisiones en choque y no logramos aclarar si lo que en verdad queremos hacer, coincide con lo que tenemos que hacer (o al revés).
Tener claridad es muy importante para poner todas las piezas en su lugar. Es como la imagen en la caja del rompecabezas. La cual se vuelve el punto de referencia para poder empezar y seguir avanzando con éxito.
Por eso en el proceso de cambio de hábitos, se pueden identificar dos formas de claridad:
En este punto tenemos dos metas opuestas, que entran en conflicto y nos retan sobre nuestros verdaderos valores.
Por ejemplo:
En todos estos ejemplos, tenemos que decidir entre una u otra. Simplemente porque son metas opuestas o incompatibles entre sí.
Como puedes ver se vuelve imposible formar un hábito teniendo una falta de claridad.
Tal vez en tu vida ambas acciones son importantes. Pero, no es suficiente saber lo que quieres lograr. Es necesario identificar por qué lo quieres lograr.
Decidir constantemente agota tu energía mental y además tienes más riesgo de tomar la decisión incorrecta en cada ocasión.
Cuando tienes claro que es lo que quieres y sobretodo el motivo de porque lo quieres, la decisión se vuelve más fácil.
Esta parte está relacionada con la anterior. Si no tenemos claridad de valores, decidir se vuelve difícil y tomar acción se complica aún más.
Por ejemplo, quieres tener el hábito de cenar una porción de verduras cada noche. Y un día, fallas y cenas pan dulce con chocolate.
Si no tienes claridad de acción, esta primer excepción puede desviarte de la ruta y hacer que la formación de tu hábito fracase.
En cambio, regresar a tu hábito es fácil cuando tienes claridad de motivos y de acción (aunque hagas alguna excepción).
Además tener claridad tiene muchos beneficios en tu rutina:
Por eso, es sumamente importante tener una imagen clara, mucho antes de empezar y durante el juego.
Seamos sinceros.
Todos (sin excepción) seguimos ciertos motivos ocultos que dirigen el porque queremos cambiar o incorporar un nuevo hábito en particular.
Los motivos verdaderos más comunes son estos de aquí:
Por ejemplo:
Los valores “saludables” se agregan muy al inicio pero a veces NO son los verdaderos motivos para cambiar de hábitos.
Creo que mucha gente se lava los dientes por evitar el mal aliento (vanidad) que por prevenir las caries (salud).
Alfonso Méndez, Psicólogo especialista en obesidad y sobrepeso, realizó una recopilación de los verdaderos motivos de porque la gente quiere bajar de peso.
Estos son algunos de esos motivos (de forma literal), que más me llamaron la atención:
– Comprar ropa bonita
– Joder a los que siempre me critican
– Para follar más
– Para que me inviten a salir
– Para buscar nuevas amigas
– Para gustar a los chicos que me gustan
– Para que no se rían de mi
– Poder salir en las fotos del verano
– Para que no me abandone mi marido
Como sabes, para bajar de peso de forma permanente, necesitas mejorar tus hábitos.
Cuando tienes claro el motivo que explica por que quieres cambiar (no importa cuál sea), te garantiza tener claridad de acción.
Simplemente porque decidir se vuelve fácil (incluso en situaciones opuestas o incompatibles). Es como cuando la pieza del rompecabezas encaja perfectamente (¡aha)
Conocí a una señora que tenía una niña pequeña. Todo su tiempo libre estaba dedicado a ella, excepto en la noche, momento en el que ella podía salir a correr. El problema era que algunas veces sí lo lograba y, otra veces no ¿por qué?…
Muy fácil, porque estaba indecisa entre leerle un cuento para dormir a su pequeña o salir a correr. Ambas cosas importantes y aparentemente incompatibles entre sí.
La solución como ya sabes, es lograr claridad de motivo y encontrar claridad de acción:
De está forma llego a una solución muy simple y obvia (que antes no veía):
“-Puedo leerle a mi hija un cuento más corto y después salir a correr-“.
Cuando logramos claridad somos capaces de encontrar la mejor solución y ver que estas decisiones “opuestas”muchas veces no lo son.
Cuando tienes claridad de motivo, tienes claridad de acción y logras lo que te propones
Y entonces la pieza problemática encaja perfecto en el rompecabezas ¡aha!
La pregunta aquí es: ¿cómo encuentro mi verdadero motivo para lograr tener claridad?… la siguiente estrategia es la pieza del rompecabezas que te hacía falta para tomar acción y lograr lo que te propones.
Esta es la estrategia que te hacía falta para lograr identificar tu motivo y así tener claridad sobre el por qué y el cómo estarás cambiando tus hábitos.
La primera vez en que se utilizó fue en Japón por Sakichi Toyoda. El cuál es uno de los inventores más grandes de la historia del mundo, además de ser fundador de la empresa Toyota.
Su creatividad no radicaba solamente en inventar grandes máquinas, sino que también era un genio para innovar en los procesos.
Para Toyoda los procesos fallaban, pero no las personas. Cuando algo salía mal en alguna de sus fábricas, el aplicaba esta estrategia: «La secuencia de los 5 porqués». 1
La estrategia tiene el objetivo de rastrear el porqué más profundo. Y así encontrar la causa del problema o circunstancia y darle solución dese la raíz.
En nuestro caso, buscamos rastrear tu motivo más profundo. Por eso, pueden ser mucho más de 5 porqués.
Se trata en preguntarte porque una y otra vez hasta encontrar el verdadero motivo que te impulsa a formar un hábito.
Como un bucle de preguntas que hacen los niños pequeños. Solo que esta vez tienes que contestar con mucha honestidad y sin cuentos mágicos. El objetivo es ser honesto contigo mismo y encontrar la raíz de porque quieres cambiar o incorporar un hábito en tu vida.
Por ejemplo: “Quiero empezar a hacer ejercicio”
Y los porqués pueden seguir…
Hasta que finalmente encuentres tu verdadero motivo que explicar por qué quieres cambiar. Este verdadero motivo te ayudará a tener claridad de acción para lograr establecer el hábito que tú quieres en tu vida.
OJO: la estrategia tiene la intención de que tengas el enfoque en ti. No en otras personas y no en las circunstancias que no puedes cambiar.
Y entonces, cuando tengas falta de motivación, tú fuerza de voluntad este débil o estés a punto de renunciar, recuerda tu verdadero motivo
Cuando tengas un conflicto de decisiones recuerda tu verdadero motivo.
Cuando hagas excepciones y falles, recuerda tu motivo y retoma el camino.
Si de pronto, tu motivo ya no tiene ninguna influencia para tomar acción, quiere decir que tus prioridades cambiaron. Es el momento de re-evaluarte con la secuencia de los porqués.
Fuente: https://habitualmente.com/motivo-para-cambiar/