Por Daniel Colombo
“Si contrata solo a las personas que entiende, la compañía nunca conseguirá a las personas mejor que usted. Recuerde siempre que a menudo se encuentran personas destacadas entre las que no le gustan particularmente”. Soichiro Honda, fundador de Honda
Vamos a conocer qué es DISC. Se trata de una metodología y una sigla compuesta por 4 palabras: dominancia, influencia, serenidad/estabilidad y cumplimiento. Un modelo que se basa en el trabajo de William Marston que ha estado sometida a una evolución constante desde que fue propuesta en el ámbito de los recursos humanos en los años 30.
Antes de seguir, sería bueno comprender mejor esta sigla en sus 4 factores de comportamiento:
Esta metodología es muy útil para conocer las conductas más comunes de cada una de las personas dentro de una empresa, y también es un diseño para potenciar los elementos individuales que cada uno puede aportar para construir equipos de excelencia y trabajar mancomunadamente en el logro de nuevos objetivos.
Una de las ventajas de DISC es que permite conocer rápidamente las fortalezas y las debilidades de una persona, la propia imagen que esa persona tiene sobre sí misma y la forma en la que se comporta en un espacio de trabajo que necesitará compartir con otros.
Este grado de conocimiento personal puede ser una herramienta muy útil si lo que queremos es poder entender por qué alguien toma las decisiones que toma y de qué manera podemos ayudar a que aprenda a gestionar de otras formas sus propios métodos de trabajo.
Para ir un paso más allá, también sirve para agrupar a las personas según sus perfiles de comportamiento básicos; en este caso, en DISC han sido sintetizados en cuatro grandes conceptos.
Así, el líder de una empresa o un equipo podrá utilizar este modelo de comportamientos como ayuda para detectar qué cuadrante predomina en cada persona.
Veamos:
Así, por ejemplo, un grupo compuesto por personas que tienen predominante un perfil concienzudo podrían no funcionar tan bien si se desea crear un equipo innovador que logre soluciones innovadoras y donde la creatividad sea el valor primordial. En este caso, se puede combinar ese perfil con dominantes e influyentes para optimizar resultados.
En cambio, si se necesita un equipo que trabaje mancomunadamente bajo reglas claras, donde se escuche al otro, que se respeten y consensúen las ideas, quizás no sea conveniente incluir en el equipo demasiadas personas con rasgos dominantes fuertes. Aquí consideraríamos perfiles de integración y serenidad, y con comportamientos del influyente y estable.
Lo ideal es crear equipos que, en el mix y la diferencia, se potencien entre sí. De allí que es esencial el proceso de formación de los talentos y desarrollo de las habilidades generativas que cada uno aún no posea.
La experiencia profesional que llevo desarrollando en los últimos treinta años indica que en el confluir de distintas personalidades y comportamientos, y administrando convenientemente esa sinergia, por más diversidad que haya, el resultado puede ser altamente productivo.
Los mejores equipos de trabajo son aquellos en donde las personas pueden trabajar y compartir un ámbito laboral armonioso, donde las ideas se respeten y se consideren en un tiempo prudencial como para alcanzar los objetivos planteados.
Entonces, un equipo de excelencia es algo más que la suma de sus partes: es la idea de logro que cada uno aporta desde su experiencia y su saber, permitiéndole al otro -quizás de personalidad y comportamiento opuesto- aprender, coordinar, promover y empatizar en pos del mismo resultado. Caminos diferentes para llegar a un punto de encuentro. Y esto se entrena.
Fuente: https://www.danielcolombo.com/disc-la-formula-sencilla-para-entendernos-mejor-con-los-demas-y-con-nosotros-mismos-por-daniel-colombo/