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Aprender a levantarse después de un NO

por Virginia Cabrera Nocito

Cada vez que recibimos un NO, ya sea éste a una propuesta de proyecto o a una aplicación a un nuevo puesto de trabajo, la primera reacción es la de darle vueltas al por qué.

Algo difícil de saber, sobre todo si el NO viene educado pero pelado. Si como es lo habitual, no lleva suficiente información para continuar, o si el tono que lo acompaña no te da ninguna posibilidad de apelar.

Las razones de un rechazo pueden ser muy variadas.

Pero reconozcamos que, sea cual sea la causa, que te digan NO siempre jode.

Por ello, lo primero es recordarte que puede que la causa no seas tú y que tal vez ni siquiera tenga que ver contigo. Y una vez suavizado el golpe, conviene darle una vuelta a al hecho de que tal vez sí que lo hayas sido. Y a qué deberías cambiar la próxima vez para tratar de evitarlo.

Recuerda que lo más importante no es el rechazo en sí, por mucho que sea lo que en ese momento pica, sino lo que eres capaz de aprender de él.

Por qué te rechazan

Habrá mil razones posibles, eso seguro. Pero hay unas cuantas que son muy probables. Vamos con ellas.

  • Había un candidato «mejor». Y ojo, que «mejor» no siempre significa mejor que tú. A veces simplemente significa diferente. No es infrecuente que el proyecto o el puesto al que aspiras se haya definido en base a unos términos que tú cumples, pero a posteriori ha ido demandando otras habilidades o experiencias que no posees. Ni tampoco que tú no cubras esos “intangibles” que nadie comenta, porque nadie había caído en ellos hasta que otro candidato los muestra.
  • No dejaste claro cómo aportarías valor. Y no porque no lo tengas, sino porque no quedó suficientemente claro cómo ibas a aportar un valor diferencial al proyecto. Porque te centraste en relatar tus logros, sin explicar cómo los aprendizajes que te produjeron marcarían diferencias en ese contexto. Y quedaste, seguro que, sin pretenderlo, más como un “listillo” que como un colaborador valioso. Nos pasa más de lo que nos gusta reconocer.
  • No encajas con “el ambiente”. Cada grupo humano tiene una “cultura” y unos valores de los que no es habitual hablar. Nos centramos en requisitos y capacidades y se nos olvida que la mayoría de las decisiones las toma nuestro hígado. Si no hay feeling, no hay proyecto. Da igual que tú en la práctica fueras perfectamente capaz de adaptarte, porque no vas a tener esa oportunidad. Cuestión de piel, dicen. No hay nada que puedas hacer si quien decide tiene la impresión de que no encajarías en el equipo.
  • El contexto ha cambiado. Los cambios de planes, las reorganizaciones, y el “donde dije digo digo Diego” son más habituales de los que nos gusta pensar. Y muchas veces sucede que viene un nuevo jefe, que hay un gasto extra y se tira del presupuesto que estaba reservado para lo tuyo, o simplemente que a tu contacto se le cruzan otras prioridades. El pan nuestro de cada día. Ajo y agua.
  • Se ha cancelado la actividad. Algo a lo que, con la que está cayendo, cada vez vamos a tener que acostumbrarnos más. Que alguien rescinda una oferta después de haberla hecho es algo que puede pasar de esporádico a habitual. No te están retirando la oportunidad a ti. Es que quien te la plantea se la está retirando a sí mismo por exigencias del guion. En una película tan impredecible que es tontería preguntar si habrá otra oportunidad o cuándo volver a hablar.
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Cómo aprender del rechazo

Vamos a no engañarnos. TODOS tendemos a procesar cada NO como algo negativo. Pero, asumiendo lo mucho que nos fastidia y nos arruga el ego, os invito a pensar que veces la vida no nos da lo que le pedimos, porque en realidad merecemos algo mejor.

Dicen que “no hay mal que por bien no venga”. Yo lo creo… siempre y cuando seamos capaces de entender algunas cosas como:

  • Que la oportunidad que parecía perfecta no siempre es tan perfecta. Pues lo normal es idealizar ese estatus o esa actividad que tanto deseamos. De hecho, parte del papel del “ofertante” es hacer que parezca increíble y emocionante.

El recordar que nada es tan perfecto como te lo cuentan te ayudará la próxima vez a hacer más preguntas, a profundizar en tu charla o en tus investigaciones previas, y en definitiva a evaluar mejor si esa oportunidad es tan perfecta como parece. O si, como es lo habitual, tiene sus inconvenientes. Conviene tenerlos presente, porque si llega el rechazo, apoyarlo en ellos, ayuda a sobrellevarlo 😊

  • Que los árboles pueden estar impidiendo que veamos el bosque. No es extraño que nos estemos emperrando tanto en algo que ni siquiera seamos capaces de vez que esa actividad no contribuía a nuestro crecimiento ni a avanzar en el posicionamiento a largo plazo que tenemos en mente.

Cada NO es una estupenda oportunidad para dar un paso atrás y reflexionar sobre si eso que no obtuviste realmente te iba a llevar adónde quieres estar. Puede que esta sencilla reflexión te lleve a abrir otras oportunidades en las que ni siquiera habías pensado.

  • Que no sabemos alinear capacidades con objetivos comerciales. “Soy entusiasta”, “me encanta trabajar en equipo”, “soy creativo”… y podría seguir son cualidades que no siempre están directamente relacionadas con los objetivos que se marcan en un puesto o en un proyecto. Cada vez que “te cuentas” tienes una excelente oportunidad para ver cómo sientan tus palabras en quien “te examina”.

Aprender a usar las palabras que levantan cejas es un arte, que sólo es posible dominar pasando muchas veces el examen.

  • Que vamos a lo nuestro sin mirar y sin escuchar. Es un hecho. No sabemos recibir feedback. Oímos lo que tienen que decirnos buscando de inmediato la justificación que minimiza la crítica. Pero rara vez nos la tomamos en serio, una vez que hemos encontrado el argumento para defendernos de ella. E ignoramos reiteradamente las señales no verbales de nuestro interlocutor.
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Pues eso. Abre más los ojos y los oídos.

  • O que simplemente, toleramos mal la frustración. Pues, nada, toca acostumbrarse. Porque el que no se cae es el que no se levanta.

La era digital va de probar y medir. Asume cada NO, como una oportunidad para aprender a recuperarte de ellos. Averigua qué es lo que te ayuda a levantarte rápido y seguir caminando hacia delante.

Aprender de los NO te ayuda a avanzar. No sé si te ayudará a conseguir más SI, pero lo que es seguro es que cuanto más rápido aprendas lo que te ayuda a avanzar, más fácil será ver tu próxima oportunidad, no como un «examen» que temes suspender, sino como un desafío a conquistar.

Fuente: https://balcon40.com/2022/11/25/aprender-a-levantarse-despues-de-un-no/

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