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12 Razones por las que falla un negocio.

Por Ana Teresa Rodriguez C.

Conozca las razones por la que puede fracasar su negocio. Aprenda que NO hacer para que su proyecto sea exitoso y salga adelante.

Siempre he pensado las instrucciones que me dicen que NO hacer, son igual de importantes a aquellas que me indican cómo hacerlo. Creo que todos, en algún momento de nuestro negocio, hubiésemos agradecido un STOP que nos evitara caer en algún hueco. Así pues, vamos a conversar sobre algunas de las razones por las que fallan los negocios

Idea Vs mercado

Todos pensamos que nuestras ideas son geniales, que van a revolucionar el mundo y que la gente se quedará maravillada al escucharla. Esto, lamentablemente, no es verdad. Las ideas son como los hijos, uno pueda pensar que son los más hermosos, pero los demás le encontrarán mil y un defectos. Esto puede suceder por dos causas básicas: no existe esa necesidad en el mercado o el mismo no está maduro para nuestra creación. Un ejemplo paradigmático de esto último es la película “Fantasía”, de Walt Disney. En su momento fue un rotundo fracaso pero décadas más tarde es considerada una película de culto, tanto por la crítica como por el público.

Un equipo eficiente: herramienta indispensable

En un principio puede llegar a funcionar “el hombre orquesta. El fundador vende, cobra, reparte y planifica. Sin embargo, a mediano y largo plazo, deberemos rodearnos de un equipo capaz e identificado con la empresa.

¿Tenemos la misma visión de negocio?

Una sociedad es como un matrimonio y cuando los socios empiezan a tener una visión diferente de su “proyecto de vida” las cosas comienzan a torcerse. Esto lo he visto decenas de veces, por eso cuando se asocie con alguien asegúrese que su visión de empresa es la misma, a corto, mediano y largo plazo. Ya el negocio presentará suficientes escollos día a día, como para que la visión estratégica del mismo no esté compartida por los accionistas.

Mala selección del personal

Una imagen vale más que mil palabras por lo que este punto lo “ilustraré” con un ejemplo: hace años un cliente bastante grande me llamó con la siguiente duda: ¿cómo era posible que habiendo invertido una ingente cantidad de dinero en equipos y software administrativo, teniendo un departamento de contabilidad con 25 personas, un contador, un contralor y un gerente de administración, su contabilidad estuviera atrasada 6 meses?. Una vez que hicimos el análisis de la situación determinamos que el departamento se desempeñaría adecuadamente con 5 auxiliares y un contador, dejando al contralor en sus tareas reales (controlar y analizar) y al gerente de administración como director de la orquesta (contabilidad, facturación, cobranzas, tesorería…). La causa principal de este descontrol era imputable a la compañía: una pésima selección del personal con el propósito de cancelar sueldos más baratos, lo que a la larga se traducía en más gasto (personal no necesario) y un pésimo resultado operativo.

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No escuchar a los usuarios

Este punto tiene mucho en común con el  número 1 o por los menos obedece al mismo error, creer que nuestras ideas/productos son geniales y que los demás no tienen nada que decirnos. Escuchar, escuchar y escuchar a los usuarios, tanto internos (colaboradores) como externos (clientes).

No pedir ayuda

Un orgullo mal entendido puede ser mortal para un negocio. Si nos detenemos a escuchar las historias de muchos innovadores/emprendedores veremos que en sus comienzos tuvieron alguien que les tendió una mano y confió en ellos, llámese familia, banco, amigo, proveedor y por supuesto, clientes.

No contar con personas especializadas en ventas y marketing

Conozco una gran cantidad de empresarios que son geniales en lo que hacen, sus productos son elaborados con materia prima de primerísima calidad, sus diseños exquisitos y su mimo por el producto absoluto, sin embargo, son incapaces de vender su producto a la persona más necesitada. Apliquemos aquello de “zapatero a tu zapato” y dejemos el aspecto comercial del negocio a personas que pueden colocar nuestros productos y/o servicios a los clientes adecuados.

Objetivos claros

Como en otras oportunidades acudo al saber popular: el que mucho abarca poco aprieta, sobre todo al inicio de un negocio. Si no tenemos claro el objetivo de nuestro negocio y divagamos de una idea a otra, no podremos unificar esfuerzos y lograr un proyecto rentable. Conozco emprendedores que hoy quieren dedicarse al sector textil, mañana desean montar un restaurante y el tercer día piensan que serían unos excelentes constructores…

¡Cuidado con el dinero!

Todo negocio debe contar con un plan y un presupuesto bien pensado. Cuando el dinero es escaso se debe medir cada céntimo, no podemos perder la brújula y gastar por impulso. Aun las empresas consolidadas deben ser cuidadosas en este punto, cuanto más una firma incipiente. Las compras compulsivas, los gastos no previstos, las contrataciones inconsultas entre socios, pueden dar al traste con cualquier proyecto.

Demorar el lanzamiento de los productos y/o servicios

Es muy posible que la idea que tenemos nosotros alguien más la esté trabajando. Un estudio somero de las innovaciones a través de la historia avalaría esta afirmación. Es por ello que las fechas de lanzamiento de los productos deben ser respetadas. Todo el mundo recuerda al primero, pero casi nadie al que llegó de segundo…

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Montar un negocio mucho más grande y lujoso de lo necesario

Si empresas como Apple y Microsoft comenzaron en un garaje, ¿es necesario que su negocio comience pagando un exorbitante alquiler en el edificio de oficinas mas “chic” de la ciudad?. A lo mejor sí, si su negocio depende en gran medida de las apariencias (moda, determinadas firmas de profesionales…) pero a lo mejor, una oficina más modesta y hasta compartida, es suficiente y esos recursos “extra” sirvan para la adquisición de equipos más productivos y acordes al negocio.

Falta de perseverancia

Esta es la razón más común del fracaso, sobre todo en los países donde la tasa de retorno de la inversión no se mide en años y hasta en décadas, sino en meses, si, como lo oye, en meses. Hace años se realizó la siguiente prueba: en una habitación se colocó a una serie de niños entre los 5 y 6 años con un puñado de caramelos delante de cada uno. Se les dio una sola instrucción: no podían comer ningún caramelo de la mesa, si lo lograban durante X minutos, al final todos los caramelos serian para ellos. El psicólogo salió del cuarto donde estaba siendo filmado el estudio y las observaciones fueron de lo más curiosas, algunos resistieron durante unos segundos, otros durante 2 ó 3 minutos y un muy reducido número aguantó el total del tiempo establecido. El experimento fue repetido al mismo grupo varias veces durante los años siguientes, hasta que los niños se convirtieron en adultos y arrojó una correlación altísima entre los niños que no comieron los dulces y los que habían desarrollado carreras profesionales y relaciones personales exitosas. Conclusión: aquellas personas que pueden posponer la satisfacción inmediata para alcanzar logros mayores son los más proclives a lograr resultados  mejores y más duraderos.

Y Usted, ¿qué opina?, estoy segura que algún otro ejemplo curioso nos podría ofrecer. Si es así, ¡no dude en comentárnoslo!. Como siempre, el propósito de este blog es del ofrecerles consejos útiles que ayuden a mejorar el desempeño en cada una de sus empresas.

Fuente: https://www.rodriguezc.com/12-razones-por-las-que-falla-un-negocio/

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