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La resonancia de la inteligencia emocional en nuestro desempeño como líderes.

Por Cecilia Durán Mena

En el futuro próximo, la inteligencia artificial y la tecnología podrán complementarse para desarrollar herramientas y aplicaciones que ayuden a las personas a mejorar su inteligencia emocional.

El abuelo de mi mejor amiga repetía esta frase con frecuencia: “Es agradable ser importante, pero es más importante ser agradable”. Creía tanto en esta frase que la hizo poner en letras doradas a la entrada de la fábrica en la que se produjeron los mejores talcos de Latinoamérica por años.  Ser agradable no significa ser chistoso, ser un bufón o ser la persona que a todo dice que sí. Nada de eso. Ser agradable es tener la habilidad de reconocer, comprender, gestionar, utilizar y actuar eficazmente tomando en cuenta las emociones propias y las de los demás. Esta habilidad no solo implica el reconocimiento de las emociones básicas como la alegría, la tristeza, el miedo y la ira, sino también la capacidad de lidiar con emociones más complejas y sutiles, como la empatía, la compasión y la gratitud.

Esto que a lo que el abuelo de mi amiga se refería como un valor fundamental en la vida, hoy se conoce como inteligencia emocional. Se trata de un concepto desarrollado por los psicólogos Peter Salovey y John Mayer en la década de 1990. La inteligencia emocional ha ganado atención creciente en el campo de la psicología y el desarrollo personal y desde luego, se toma como una habilidad blanda que impulsa el desempeño profesional y corporativo. Su importancia en la vida cotidiana nos ayuda a comprender mejor este concepto fundamental que todos debiéramos desarrollar en forma consciente y no nada más de manera empírica.

La inteligencia emocional es una habilidad blanda fundamental en todas las áreas de la vida y es considerada como una de las que entran en la clasificación de habilidades del futuro. En el ámbito personal, nos permite tomar decisiones más acertadas, mejorar nuestras relaciones interpersonales y gestionar el estrés de manera más efectiva. En el ámbito profesional, la inteligencia emocional es esencial para el liderazgo efectivo, la resolución de conflictos y el trabajo en equipo.

Pero, si tuviéramos que dar una receta de lo que es la inteligencia artificial, podríamos mencionar los siguientes ingredientes:

Autoconciencia: La capacidad de reconocer y comprender nuestras propias emociones, así como nuestras fortalezas y debilidades emocionales. Parece muy sencillo enfrentar nuestras impresiones y reacciones en torno a ciertas circunstancias, sin embargo, es curioso cómo es mucho más sencillo estar al tanto de las emociones ajenas que de las propias. Implica estar en sintonía con las emociones que experimentamos en un momento dado, identificarlas con precisión y saber si estamos sintiendo tristeza, enojo, alegría o miedo para comprender las razones detrás de esas emociones. 

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Autorregulación: La autorregulación es otro componente fundamental de la inteligencia emocional y se refiere a la habilidad de controlar y gestionar eficazmente las propias emociones, impulsos y comportamientos. Implica la capacidad de dimensionar las respuestas emocionales de manera consciente y adaptativa, en lugar de reaccionar de manera impulsiva o descontrolada ante las situaciones emocionales. Se relaciona con el control de impulsos, gestión del estrés, tener flexibilidad emocional, tolerancia a la frustración. Significa tener nuestra vida bien sujeta al manubrio y darle el mejor destino.

Motivación: La capacidad de motivarnos a nosotros mismos, establecer metas y perseverar a pesar de los obstáculos emocionales. La podemos dividir en dos grandes rubros: la que se genera a partir de nuestros intereses personales, es decir, intrínseca y la extrínseca que viene de impulsos externos como compensaciones, premios, amenazas, castigos, presión social, reconocimiento.

Empatía: La capacidad de comprender y experimentar los sentimientos, pensamientos y perspectivas de otra persona, como si estuvieras en su lugar. No es sólo ver al otro, sino sentirlo. Implica la habilidad de experimentar simpatía, compasión y conexión emocional con los demás, lo que permite una comprensión más profunda de sus experiencias y necesidades. Ojo, la empatía no implica necesariamente estar de acuerdo con las emociones o puntos de vista de otra persona, pero sí implica reconocer y respetar sus sentimientos.

Habilidades sociales: La capacidad de interactuar eficazmente con los demás, gestionando las relaciones y comunicándose de manera asertiva. Las habilidades sociales son un conjunto de competencias y comportamientos que permiten a las personas interactuar de forma efectiva y armoniosa con los demás en diversos contextos sociales. Estas habilidades son esenciales para establecer y mantener relaciones interpersonales saludables, así como para tener éxito en situaciones sociales, profesionales y personales. Se relaciona directamente con la comunicación verbal, no verbal, con el liderazgo, el trabajo en equipo, pero también con la presencia plena y la escucha activa.

La inteligencia emocional tiene una resonancia significativa tanto en el presente como en el futuro en una serie de ámbitos importantes. En el presente, influye directamente en nuestro bienestar emocional, con la capacidad que tenemos de regular emociones, manejar el estrés y mantener la salud mental. Asimismo, las personas con una alta inteligencia emocional suelen experimentar niveles más bajos de ansiedad, depresión y otros problemas de salud mental. También, la inteligencia emocional mejora la calidad de las relaciones personales. Facilita la empatía, la comunicación efectiva, la resolución de conflictos y la construcción de vínculos más profundos y saludables con amigos, familiares y colegas. Los individuos con inteligencia emocional pueden sobresalir en la gestión de personas y en situaciones de alta presión.

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En el futuro, la inteligencia emocional estará en el centro ya se está reconociendo la importancia de enseñar a los estudiantes habilidades emocionales, ya que son fundamentales para el éxito académico y la resiliencia en la vida. El liderazgo y gestión ya que el manejo de personas y equipos se vuelve más importante en el mundo laboral, la inteligencia emocional se convertirá en una habilidad esencial para los líderes y gerentes. Líderes emocionalmente inteligentes son más efectivos en la motivación de sus equipos y en la creación de un ambiente de trabajo positivo.

En el futuro próximo, la inteligencia artificial y la tecnología podrán complementarse para desarrollar herramientas y aplicaciones que ayuden a las personas a mejorar su inteligencia emocional, desde aplicaciones de seguimiento de emociones hasta asistentes virtuales que brindan apoyo emocional. Su influencia y resonancia seguirán siendo significativas a medida que evolucionemos en un mundo cada vez más emocionalmente consciente y orientado hacia el bienestar integral.

Fuente: https://www.forbes.com.mx/la-resonancia-de-la-inteligencia-emocional-en-nuestro-desempeno-como-lideres/

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