Un espacio para aprender que no es necesario ser una empresa grande para ser una Gran Empresa
Home » Calidad de Vida » Libertad para fallar.

Libertad para fallar.

Por José María Garrido

Cuando dejé mi empresa en 2015, me despedí de varios centenares de personas. La mayoría fue a través del email (clientes, proveedores, colegas, asociaciones, etc.). Pero, por supuesto, lo hice personalmente de aquellas personas que eran realmente importantes para mí.

Una de ellas fue un empresario/proveedor de la empresa, con el que había pasado vicisitudes muy «fuertes» (nada menos que “la crisis del pepino” de mayo de 2011) o habíamos desarrollado nuevos productos juntos (la piña en IV Gama, por ejemplo), por lo que trabamos una muy buena amistad.

Estuve con él contándole las razones por las que, a mis 54 años, había decidido dejar mi empresa y todo lo que ello suponía sin tener una alternativa profesional clara. El primer comentario suyo que recuerdo (y que tengo profundamente grabado en mi mente) fue “José María, has sido valiente y coherente”. Y después me preguntó: “¿De dónde sacas ese grado de confianza y de autoestima tan alto?”.

Mi respuesta fue escueta y sencilla: “De no tener miedo al fracaso”, dije.

Las personas verdaderamente seguras, desde empresarios hasta políticos, desde profesores hasta abogados, simplemente no se sienten intimidadas por la posibilidad de fracasar. Fracasan, como les sucede a todas las personas audaces e innovadoras, pero no permiten que sus acciones y decisiones se vean alteradas por esa posibilidad.

El caso es que mi “amigo/empresario” es ahora mi cliente (comienzo un proyecto de colaboración con él de 12 meses precisamente hoy, el día en el que publico este “café”), así que hemos estado de nuevo en contacto estas últimas semanas. Él me mencionó que había repetido aquella respuesta a unas cuantas personas durante estos años, y que todas ellas pensaron que era una observación valiosa, una que probablemente no habían considerado completamente.

Los músicos o actores destacados sienten «mariposas» antes de subir al escenario, lo que en realidad es un sentimiento de gran anticipación y entusiasmo por comenzar lo que, para ellos, es una experiencia emocionante y energizante. Sin embargo, los mediocres sienten miedo escénico, que no debe confundirse con esas mariposas premonitorias. El miedo escénico es una sensación casi paralizante (lo he visto con frecuencia en algunos compañeros de grupos musicales) generada por el miedo al fracaso, a ser visto como “un timo” o a no cumplir las expectativas. Esta diferencia es mucho más que de matiz. Es la diferencia entre la grandeza y la mediocridad.

Lectura relacionada  Cuando ya no sepas nada

Muchas personas que he conocido no intentan ganar, sino no perder; no están tratando de tener éxito, sino tratando desesperadamente de no fracasar. Y ésa es una ruta segura… a ninguna parte. Prefiero ir a algún lugar, incluso si no consigo llegar allí, que, con seguridad, no ir a ninguna parte.

Una vez que eliminamos el miedo al fracaso de nuestros comportamientos, de nuestro léxico y de nuestro marco de referencia, nos liberamos para explorar, experimentar, innovar y fracasar por una buena causa. No hay nada humillante en el fracaso, ya que rara vez es fatal. Y si no lo crees, te sugiero que leas las biografías de Edison, Gandhi o Golda Meir, entre otros.

¿Cómo eliminamos ese miedo al fracaso? Mi receta es sencilla. Hazte estas dos preguntas:

1. ¿Qué es lo peor que puede pasar?, y

2. ¿Puedo vivir con ese resultado?

Si eres honesto y dejas tu ego a un lado, en casi todos los casos podrás tolerar el revés. Y el fracaso por una buena causa, por supuesto, siempre es mejor que el éxito por una causa innoble.

¿Cómo logramos destacar de entre la multitud? Cuando no nos importa lo que piense la multitud.

Fuente: https://www.garridofreshmentoring.com/libertad-para-fallar

Si quieres ver más posts de la misma categoría, haz click aqui:


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.