Un espacio para aprender que no es necesario ser una empresa grande para ser una Gran Empresa
Home » Calidad de Vida » Cuándo dejar algo que es bueno ( y por qué hacerlo)

Cuándo dejar algo que es bueno ( y por qué hacerlo)

por Aida

Hoy te hablo de un tema que te va a interesar mucho. ¿Es sensato dejar algo que va bien, un trabajo en el que estás bien o que es bueno?

¿Cuándo podemos considerar dejar algo bueno? Y, ¿por qué dejarlo si es tan bueno?

Según mi experiencia, en general, encontramos dos actitudes diferentes en lo que respecta a dejar ir algo que es bueno.

Por un lado, puedes sentirte bloqueada, estancada. Te sientes culpable por querer dejar algo bueno y te puedes sentir hasta un poco egoísta.

Eso le pasó a una clienta mía hace tiempo, se sentía muy egoísta por querer dejar un puesto de trabajo que era muy bueno. Y su entorno también la hacía sentirse así. Yo, sin embargo, lo veía al revés, algo altruista, ¡se lo dejaba a otra persona!

Por otro lado, puedes ser una persona que cambie sin tanto sufrimiento. Puedes dejar un puesto o situación francamente buenas sin demasiados titubeos. Obviamente puedes tener alguna duda o nostalgia pero no hay bloqueo ni dolor.

Te gustan los cambios, probar cosas nuevas y diferentes, tienes muchos intereses y tienes claras dos cosas importantes (como leí hace poco en un blog para multipotenciales):

  • Que la vida es larga pero no infinita.
  • Que está llena de cosas buenas que quieres probar (como cuando te digo que necesito catorce vidas para poder vivir todo lo que quiero).

Así que cambias de ciudad, de casa, de trabajo, de afición. Y no necesitas un listado de razones o analizar pros y contras, simplemente te apetece y te ilusiona. Fin de una etapa, bienvenido cambio.

Si tú también eres así ya sabes a qué me refiero, a esa sensación cada cierto tiempo (a mí pasa cada cinco años o así) de «hay que mover el culo», necesito un cambio.

Eso no quiere decir que no puedas comprometerte. Puedes estar años en una situación, tener estabilidad en un trabajo, en una ciudad, con un proyecto; puedes tener distintas aficiones o trabajos o inquietudes.

Hasta que se mueve algo dentro de ti. Es una sensación, como un picorcillo… Una necesidad de cambio, de novedades.

Y para ti eso es razón suficiente.

Y no es porque estés mal, muchas veces estás bien y simplemente tienes curiosidad, te apetece probar algo distinto. Es la sensación de me gusta lo que hago pero tengo curiosidad…

Lectura relacionada  No te ahogas porque te caes al agua, sino porque no sabes nadar

Que sí, que necesitas planificación y también tendrás tus dudas pero no hay bloqueo ni dolor. Hay emoción, ilusión, nervios y, sobre todo, curiosidad.

Como cuando dejé la ciencia para lanzar este negocio.

No fue fácil porque la ciencia era mi vocación desde pequeña, no tenía la mentalidad que tengo ahora y tenía mil dudas, lo pasé fatal; pero si me preguntas por qué cambié no fue porque ya no me gustara ni nada parecido, fue por la curiosidad de probar otra cosa que también me gustaba y que era radicalmente distinta.

Y de curiosidad en curiosidad salté al doblaje y lo añadí a mi vida.

No son pérdidas, por muy bueno que fuera lo anterior. No son años perdidos, son ganancias, son experiencias, aprendizajes, etapas.

Y vas pasando de oportunidad en oportunidad, de curiosidad en curiosidad probando lo que quieres mientras la vida avanza.

También puede ser que ya no sea un desafío para ti y, aunque te aporte muchas cosas, no es lo que quieres ahora. Y como no tenemos tiempo para todo, hay que elegir; y ¿quién dice que haya que esperar a estar mal o a tener malos resultados o a estar aburrida para cambiar?

Hay dos palabras japonesas que vienen a cuento aquí:

Kensho y satori.

Kensho es un cambio generado por una situación dolorosa. Tener una enfermedad grave, un accidente o pérdida grande, ese dolor te cambia y te abre los ojos en ciertas cosas.

Satori, en cambio, implica un cambio debido a la intuición, a un despertar interior, por así decirlo.

¿Qué prefieres?

¿Por qué esperar a algo doloroso para hacer un cambio?

Respondiendo a la pregunta del título: ¿cuándo dejar algo que es bueno en realidad? Cuando tú lo sientas así, cuando te apetezca. A veces es así de sencillo, aunque no quieras oírlo.

No tienes que quedarte igual solo porque estés bien. Puedes cambiar si te apetece. No tienes que esperar a estar mal.

¿De qué te arrepentirías más, de probarlo salga como salga o de no probarlo? La respuesta la tienes tú y lo que necesitas muchas veces es silencio interior para escuchar lo que de verdad quieres.

Frenar, vaciar la mente y escuchar.

¿Qué tienes curiosidad por probar? ¿Qué te apetece vivir ahora?

Fuente https://coachdelaprofesional.com/dejar-algo-que-es-bueno/

Si quieres ver más posts de la misma categoría, haz click aqui:


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.