Mediocridad: Un trabajo a tiempo completo para quienes la persiguen

Hoy me he propuesto explorar el fascinante mundo de la mediocridad desde una perspectiva diferente y algo más divertida, si es que una cosa tan intrigante puede llegar a serlo. Algunos la ven como una suerte de némesis que les acecha, aunque claramente la mediocridad es para quienes la persiguen con dedicación y constancia a tiempo completo.

La mediocridad es un arte, y como cualquier otro requiere práctica, esfuerzo y dedicación, por lo que a no ser que se tengan unas condiciones especiales, no está al alcance de todo el mundo. Para ser mediocre, hay que dejar de lado la excelencia y abrazar con pasión eso que se denomina “lo normal”. La mediocridad demanda a tiempo completo un verdadero y dedicado compromiso, y un amor apasionado por lo “suficientemente bueno”.

Ser mediocre no es solo una elección, es una actitud ante la vida. Y qué mejor manera de cultivarla que construyendo un amplio y variado repertorio de excusas ingeniosas. Desde “no tengo tiempo” hasta “mañana lo haré” pasando por “así no está mal del todo”, el menú de excusas es el mejor aliado del buscador de mediocridad. Y es que, quien se esfuerza por ser mediocre, siempre tiene una excusa a mano.

Para alcanzar la mediocridad total, hay que aplicar la rutina de la monotonía profesional. Olvida los sueños grandes y las metas ambiciosas; un día mediocre se construye con pequeñas acciones indiferentes y decisiones apáticas. Levántate, haz lo justo y necesario, y repite. El conformismo es la llave del reino de la mediocridad.

Todos conocemos a algunas personas extraordinarias, y casi mitológicas, que desafían las expectativas y se esfuerzan por alcanzar la grandeza. Aunque, ¿quién habla de esos aburridos seres humanos perseguidores de la mediocridad? Esa gente capaz de encontrar la manera de hacer lo mínimo indispensable y aún así salir ilesa. Esas personas son las verdaderas campeonas de lo “suficientemente bien”.

Como decía al principio, este artículo es una invitación a reírnos de la mediocridad, y no a convertirnos en sus devotos seguidores. La vida es demasiado corta para conformarse con lo mediocre y para rodearse de personas que practican ese tipo de comportamiento. Así que, te invito a reírte de la mediocridad, aunque no permitas que te reclute en su ejército. Elige la excelencia, el entusiasmo y la pasión, porque, sinceramente, el término medio es demasiado aburrido.

Recuerda que la mediocridad es para quienes están dispuestos a trabajar arduamente para conseguirla, y eso no tiene porque incluirte a ti. Por eso, haz las cosas bien y brilla todo lo que puedas, porque la grandeza te está esperando fuera del reino insípido de lo “suficientemente bien”.

José Lorenzo Moreno López                           2026