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Un estudio realizado entre 479 empresas del noreste de México en el 2001, por el Centro de Empresas Familiares de la UDEM, reveló datos interesantes sobre el futuro inmediato de las empresas familiares.
De las empresas que participaron en la entrevista, el 75% son dirigidas por su fundador, un 21% son dirigidas por algunos de los hijos del fundador y un 4% son dirigidas por miembros de una tercera o cuarta generación. El 32% de estas empresas son relativamente nuevas, tienen menos de 10 años de haber sido fundadas; un 29% tienen entre 11 y 20 años de haber iniciado operaciones y un 39% tienen mas de 20 años de antigüedad.
Si combinamos estos datos, podemos inferir que casi un 50% de las empresas de esta región de México estarán enfrentando un proceso de sucesión en el transcurso de los próximos 10 años. ¿Están las empresas familiares y sus dueños preparados para enfrentar este proceso?
El proceso de sucesión es considerado como la prueba de fuego para una empresa familiar exitosa. Después de todo el esfuerzo realizado para manejar con éxito la empresa y para mantener la familia unida, el proceso realmente importante se da cuando la cabeza de la familia y de la empresa se retira para dar paso a la nueva generación.
Este retiro puede ser un proceso planeado o puede ser un proceso iniciado repentinamente por una situación que incapacite al patriarca o por su muerte inesperada. ¿Cuál será el futuro de la empresa y de la unión familiar después de que esto suceda?
El mismo estudio a que hicimos referencia anteriormente refleja que los dueños de empresa ponen más atención en los procesos de negocio que en los procesos personales y familiares. El 63% de las empresas dijeron contar con un plan estratégico de su negocio y solamente un 37% manifestaron tener en orden su testamento.
Sabemos que un testamento no es un sustituto de un plan de sucesión. El testamento asegura la transferencia de los bienes de la forma en que lo deseamos nosotros, pero no asegura el éxito de la empresa ni el que nuestros hijos se mantengan como una familia.
El 18% de los empresarios entrevistados aseguran tener un plan de sucesión por escrito, aunque sólo un 22% reconoce que es bien conocido entre las personas que deben saber de el. Para que sea efectivo un plan de este tipo, es indispensable que todos aquellos que deben conocerlo, lo conozcan. Desde este punto de vista, apenas un 4% de las empresas participantes tienen un plan de sucesión efectivo para su empresa y para su familia.
La mejor forma de asegurarse de que todo vaya bien después de que nosotros no estemos y de que llegue la toma de posesión del nuevo dirigente, es prepararse con anticipación. Lo peor es no hacer nada y dejar que las cosas sucedan al azar. Nadie tiene el tiempo comprado y no sabemos si llegaremos con vida a un retiro ordenado.
La responsabilidad del futuro de la empresa y de la familia está en la generación actual, no en las que vienen. Debemos pues, prepararnos cuanto antes para asegurar el bienestar de nuestros hijos y la continuidad de la empresa, por lo que trabajamos tanto.
Autor: Por Mauricio Eduardo Álvarez Martínez
Artículo publicado en la revista de IMSA-SIGNODE
Mauricio Eduardo Álvarez Martínez es director del Centro de Empresas Familiares de la UDEM, miembro del Consejo del Family Firm Institute, en Boston y empresario familiar.
Correo electrónico: malvarez@udem.edu.mx.
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