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En un entorno económico en crisis, las empresas se ven enfrentadas a una serie de presiones que obligan a reducir los costos. Incluso hay quienes aseguran que la reducción de gastos nunca se termina, solo se incrementa o reduce.
Para lograr este objetivo, los trabajadores deben llevar a cabo un conjunto de medidas dispuestas por los directores y gerentes. Sin embargo, una gran cantidad de compañías buscan reducir costos únicamente mediante el recorte de gastos; olvidándose de otros parámetros que resultan tanto o más importantes como el despedir personal, reestructurar la compañía o disminuir los proveedores.
A pesar de que este tipo de acciones logra surtir efectos positivos en la economía de la empresa, también afecta el proceso de calidad, que es un aspecto clave para su posicionamiento.
Es por esto que las empresas deben buscar formas de operar de un modo más efectivo y con sus recursos dedicados al logro de los objetivos estratégicos. Bajo esta premisa, otorgamos algunas de las lecciones para superar las barreras más comunes:
Lidere el proceso
Los líderes de la compañía deben apoyar fuertemente y en “forma visible” las actividades de mejora a través del ciclo de vida del proyecto.
Modifique el espacio utilizado
Las empresas tradicionales suelen utilizar cuatro veces el espacio que realmente necesitan. En este sentido, la eliminación de bandas transportadoras, el acortamiento de las líneas de producción y la incorporación de estaciones de trabajo separadas dentro de la línea principal de producción, juegan un rol fundamental para reducir procesos de transporte y por ende, de costo.
Desarrolle una ‘cultura de conciencia’
Aplique políticas y mida resultados, promoviendo actitudes que fomenten la responsabilidad individual con respecto a los gastos discrecionales. Pero sin alarmar a los empleados, porque esto puede generar una especie de inestabilidad en el ambiente que sólo afectará la calidad de la producción.
Reducción del tiempo ocioso de los equipos
Maquinarias y equipos con averías dan lugar a ‘tiempos ociosos’, incapacidad de cumplir con los plazos de entregas previstos, generación de defectos en los productos, y altos gastos en conceptos de reparaciones, con todo lo que ello implica tanto en materia de satisfacción del cliente, como en los resultados financieros.
Nunca baje la guardia
Se trata de un requisito constante para mantener la competitividad y lograr el máximo valor en la empresa. Utilice un enfoque disciplinado y sistemático para su implantación.
Fuente: http://www.misfinanzasenlinea.com/noticia.php?nid=9697
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