Los hombres fundadores de empresas son los “Boinas Verdes” en nuestro ejército de hombre económicos. Ellos pelearon sus batallas en toda clase de terrenos: en madrigueras subterráneas, en el sótano, en el garage o en el fondo de un camión.

Los entrepreneur nadan en rápidos de agua espumosa, sabiendo que nadie alrededor va a tirarles una soga o siquiera un pedazo de madera, o aún, unas pocas palabras de aliento.

Estos fundadores no están oficinas tipo “gerenciales”. Ellos no trabajan de acuerdo a manuales de operaciones, y no podrían, aunque lo trataran, porque la mayor parte del tiempo lo pasan peleando para sobrevivir contra desigualdades abrumadoras. Lo que ellos aprenden, no lo aprenden a través de entrenamiento o en escuelas. Lo aprenden sobreviviendo. Si algo funciona, piensan usarlo otra vez.

Se mantienen a flote gracias a agallas, tenacidad, y a una gran incomprensión acerca del gran riesgo en que están. Esto es lo que el mundo llama ser cruel, cabezadura, conspirador y aún, poco ético. Esto lo que el fundador de empresas llama sobrevivir.

Nosotros deberíamos estar interesados en esas luchas iniciales porque cuando estos entrepreneurs ganan, y llegar a ser “dueño de empresas”, se convierten en el centro económico de nuestra sociedad.

Se posicionan en lugares de respeto e influencia en sus comunidades. Y mantienen una poderosa influencia sobre la vida de un gran número de personas.

Estos ganadores son parte de la gente más capaz, talentosa, generosa y efectiva de nuestra sociedad. Su poder como empresarios es casi absoluto. Sin embargo muy a menudo, esas empresas no sobreviven a sus fundadores. La pregunta que debemos hacernos es: Por que?.

La respuesta es que el exitoso propietario de la empresa es demasiado heroico para su propio bien.

A través de los años, yo he sido llamado a ayudar a miles de exitosos entrepreneurs. Yo mismo soy el propietario de mi empresa. Sé de primera mano cuán peleadores pueden ser estos hombres. El problema es que, ser “rudo”, no es lo que exitoso empresario necesita ser, no si su empresa ha de sobrevivirlo. Lo que él necesita es ser abierto, comunitario y receptivo a as ideas de otros. Ser capaz de delegar y ser maestro. Pero estas son precisamente las cualidades que la “rudeza” no le permite.

El empresario “de pelo en pecho” llegó a ser de la manera que es, debido al infierno que atravesó para llegar a ser un ganador. Esto lo hace comprensible.

Pero se mantiene en su manera de ser porque tiende a olvidar que esas experiencias realmente ya pasaron.

Comenzó a creer en sus propias historias de guerra. Es por esto que un pequeño recuerdo honesto puede ser la mejor medicina para el empresario-manager.

Considérese como eran realmente los días del comienzo del fundador de la empresa:

Durante la época que el entrepreneur estaba sosteniendo el difictuoso estandarte de la libre empresa, subiendo la inclinada colina llamada “éxito”, lo que hacía principalmente era ser golpeado por todas partes, tropezarse, agitarse y pelearse para permanecer vivo.

LA RESPUESTA ES QUE EL EXITOSO PROPIETARIO DE LA EMPRESA ES DEASIADO HEROICO PARA SU PROPIO BIEN

Lo poco que él sabía de negocios y “management” en ese punto de su carrera, apenas habría llenado la caja de zapatos dónde guardaba sus facturas.

Dejó atrás a sus amigos más sabios, más precavidos, quienes tenían trabajo “reales”… con seguridad, un futuro y una pensión. Todos lo vieron como un soñador que nunca creció, principalmente porque no seguía sus consejos.

Pero lo que ellos no comprendían es que él no podía seguir sus consejos aunque hubiese querido. El fundador de empresas tiene más ideas en la mente que recursos o tiempo para manejarlos y si hubiera escuchado al 10% de los consejos gratuitos que recibía de otra persona, toda si empresa hubiera terminado en confusión.

Mientras estás construyendo sus sueños, el único incentivo que tiene para seguir es una mezcla de confianza injustificada y ciega esperanza. La duda, sería como echar azúcar en su tanque,… y ya tiene suficientes problemas.

Como la mayoría de los fundadores, probablemente comenzó porque se encontraba en la calle. Fue despedido, o surgió en el lugar equivocado en la empresa de otro. Comenzó su empresa porque “tenía que hacerlo”, o porque “iba a mostrarles”, o ambas cosas.

Tenía probablemente alrededor de 30 años – esa es la edad en que es posible que ocurran cambios fundamentales, emocionales y ocupacionales. Estaba probablemente quebrado, sin dinero- pocas son las personas que teniendo algo, son lo suficientemente tontas como para empezar su propia empresa.

Aprendió a vivir sobre un flotador, una técnica financiera que es conocida como “cheques voladores”

(en sus comienzos) pero se transforma en “manejo del efectivo”, una vez que es exitoso.

Aprendió a facturar antes de que los productos fueran embalados para despacho.

Trabajó tan rápido y barato, que no había un rincón de su empresa sin ocupar.

POR QUE SON GANADORES?

Teniendo todo esto en cuenta, nos tendremos que hacer una pregunta:

¿Por qué ciertos fundadores de empresas tienen éxito?.

No tratemos de preguntarles a ellos mismos. Sobrios, la mayoría de ellos no tienen la más pálida idea de por qué triunfaron. Usted puede entrevistar a un gran número de fundadores exitosos. Puede preguntarles acerca de su educación de esfínteres en la infancia.

Usted puede hacer toda clase de trucos psicológicos con sus egos, sus psiquis y sus respuestas. Muchos autores han hecho esto, pero yo no tengo mucha fe en sus resultados.

He encontrado miles de propietarios de empresas durante mi carrera y muchos de ellos han llegado a ser amigos personales. He dormido en sus casas, he comido sus comidas, he bebido sus wiskies, hablado con sus esposas y jugado con sus hijos. He luchados con sus problemas. He hecho esto por más de 20 años. Y después de todo ese tiempo, aún me asombro de cómo algunos de ellos triunfaron. He tenido miles de grandes historias de guerra, pero no respuestas universales.

TAL VEZ SEA UN MILAGRO

Sospecho que la concepción y surgimiento de una empresa exitosa es tanto un hecho semi-milagroso como un logro del fundador, y la única cosa que realmente justifica todas las esperanzas que el fundador tenía al comienzo es el éxito que finalmente consigue.

Nadie sería capaz de predecir su éxito observando todo desde el comienzo.

Estoy convencido que hay más que talento incluído en el éxito, pero el éxito tiende a hacernos creyentes a todos de ellos –creyentes en nosotros mismos y no en la suerte, buena fortuna y casualidad.

Seguro, que el entrepreneur tuvo que tener prodigiosas habilidades para sobrevivir, pero el genio, especialmente en el caso del entrepreneur, tiende a ser 90%de sudor aplicado a un 50% de gran coincidencia o accidente.

El exitoso empresario tuvo que tener un objetivo único y absoluto, casi una visión-túnel, para sobrevivir en sus comienzos. Seguramente no tuvo mucha ayuda efectiva de nadie más. Años después luego de un par de Martinis, este objetivo llegó a ser transformado en “crudo coraje” o “agallas” o “visión”, pero la realidad es que el entrepreneur no tuvo tiempo de pensar acerca de lo que realmente estaba sucediendo o podía sucederle a él.

Como la mayoría de los héroes, vió algo que necesitaba ser hecho y lo hizo. Sólo posteriormente se tomó el tiempo para pensar en lo que hizo. Fue entonces cuando sus rodillas comenzaron a temblar.

Pero en el momento que el fundador tuvo la suficiente inteligencia como para asustarse, era demasiado tarde como para volverse atrás. De modo que lo hizo.

Cuando llegan los laureles, se dice a sí mismo que sabía que todo iba a salir bien. Es verdad, él pensaba que funcionaría, pero solamente porque era demasiado ingenuo como para ver en lo que realmente se estaba metiendo.

Esta pequeña fantasía heroica sería demasiado inofensiva, si la misma no lo estimulara a llegar a estar impresionado por su propia experiencia. Eventualmente, confunde sobrevivir con talento… y luego se convierte en “divino”.

Esto significa que sus gerentes no pueden llegarle. Esto significa que sus asesores finalmente se rinden, conformándose sólo con sus honorarios. Esto significa que sus sucesores son enseñados solamente para aprender a hacerlo como “yo lo hice”, presumiblemente porque si él lo hizo, funciona. Está tirando granadas a su propia trinchera.

Si la mayoría de nosotros pudiera recordar el mundo real de donde venimos , podríamos encontrar más fácil lo que es necesario hacer, para llegar donde queremos , a un futuro seguro, con una empresa que pueda sobrevivirnos.

Autor Leon Danco 

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