Bruno Zazo (Madrid, 1976) es un asesor de empresas atípico que combina sus conocimientos en Derecho y Empresariales con el ámbito de la filosofía y la teología. De todo ello y de la aplicación de sus ideas al mundo de las relaciones humanas disertará este martes, día 24, a partir de las 20:00 horas, en el salón de actos de Caja España-Caja Duero de Fuente Dorada, en el marco de las ‘Conferencias sobre la mujer’ que organiza El Norte de Castilla en colaboración con la Consejería de Familia.

–Yo siempre tuve la vocación filosófica y empecé a estudiar filosofía por mi cuenta. Luego, a medida que me fui metiendo en ámbitos duros de empresas, como unos años que trabajé en banca en Londres, pues ves el extremo de lo que no debería ser. Ves las relaciones de aniquilación entre personas y cada día que vas avanzando en el lado empresarial y que ganas experiencia, pues te gusta menos lo que ves y vas profundizando en la investigación.

–La empresa, en general, tiene unos fines que se dan por supuestos, pero con los que creo que no cabe estar de acuerdo. La empresa no es una entidad simplemente para ganar dinero, sino una entidad que sirve a los fines humanos y los fines humanos no son ganar dinero sino que parten de la felicidad y de ahí van bajando. La filosofía y la teología se acercan a la empresa en el momento en el que se ponen a pensar en los fines del hombre y en los fines de cualquier obra humana, como es la empresa. Lo que hago es acercar la reflexión y el pensamiento filosófico a la empresa porque intento pensar cuáles son sus fines.

–Creo que el fin del hombre es la felicidad y creo que la felicidad radica en tener proyectos en la vida más que en contar con muchos recursos. El hombre que tiene proyectos, que está ilusionado, que es capaz de crear… es un hombre que tiende a conseguir su felicidad. El hombre que simplemente vive preocupado por los recursos al final vive atenazado por algo que es muy cortoplacista. Toda la investigación y el trabajo de reflexión que yo hago es ver cuáles son los proyectos del hombre. Y eso en mi opinión se resume en la palabra riqueza. Pero la riqueza para el hombre es un conjunto de cosas que no tiene que ver mucho con el dinero.

–De entrada y de salida, desgraciadamente. Pero bueno, esto se traduce en la empresa intentando que las personas que hay en la empresa sean eso, personas. Nosotros lo que hacemos cuando asesoramos a emprendedores y empresarios es comenzar con asesoramiento técnico, pero siempre nos damos cuenta de que detrás lo que hay son personas, proyectos personales, frustraciones personales… En el momento en el que vas logrando tocar el corazón de las personas y humanizar la empresa, en ese momento las cosas encajan. Y como consecuencia no buscada, pero que siempre acaba aconteciendo, se acaba ganando también más dinero. La finalidad es que la gente sienta que lo que hace en su vida, y lo que hace prácticamente el 50% de su tiempo es el trabajo, tiene un sentido.

–Lo primero que logramos es un acercamiento personal al empresario, no lo cosificamos, sino que lo comprendemos. A veces simplemente tenemos problemas de personas que no se dan cuenta de que lo tienen delante son también personas. Este es un poco nuestro trabajo. Después vemos las decisiones que va tomando y le vamos asesorando en cada una de ellas de forma que intentamos que decida de una forma humana. Al final, al cabo de un tiempo, las empresas con las que hemos colaborado son empresas en las que deja de haber puestos y comienza a haber personas.

–Tenemos mucho, sí. El 90% de los encargos que recibimos, aunque pueden parecer técnicos, no son más que personales. El gran problema de las empresas nunca suele estar radicado en un asunto técnico o financiero sino que suele haber normalmente detrás un problema personal. Suele haber un enfoque personal que está equivocado y a partir de ahí la empresa está desubicada y mal enfocada.

–Es usted conferenciante de la gira nacional de Desarrollo Humano. Explíquese...

–Desarrollo humano, por obra de Pilar Valladolid, que es la persona que lo impulsa, trata un poco de concienciar a las personas de que es conveniente redimensionarse, reequilibrarse y hacer un cambio en la vida de forma que sea más consciente. Nosotros, como colaboradores, contribuimos a esa consciencia desde el polo empresarial.

–¿Cómo entronca esa gira con las relaciones humanas y la mujer?

–Hay un punto de partida a nivel filosófico y es que no existe ningún tipo de relación si no está fundamentada en algo tan sencillo como el amor, que es simplemente darte a otro para tratar de que el otro alcance su bien y así tú también lo alcanzas. Partiendo de la mujer, que es alguien que suele estar en contacto con ese darse, pues toca al resto de los ámbitos, como las relaciones laborales, familiares y todas las relaciones, ya que, al final, si no tienen el amor como base no llegan a ningún sitio. Yo voy a hablar de relaciones y de vínculos, también del amor y me voy a desparramar, entre comillas, en los diferentes ámbitos en los que hay relaciones humanas para que se vea que el amor sirve tanto en la relación laboral, familiar y de todo tipo. Amor como creación de vínculos.

Fuente http://www.elnortedecastilla.es/20120422/local/valladolid/gran-problema-empresas-suele-201204221130.html

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