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¡Por su capacidad para delegar lo conocerás!

Por Rafael Cera

Me gustaría que le dedicarnos un tiempo a reflexionar sobre una función directiva que se percibe como la cenicienta de todas aquellas capacidades o competencia que debe poseer un directivo eficiente y a la que se le presta no toda la atención que se debiera. Me refiero a la función de delegar. Hay mucho que hablar sobre este tema, creo te va a interesar!.

La delegación la podríamos definir como la capacidad para trasladar o traspasar temporalmente funciones o tareas de ciertos puestos a otros, que pudiendo ser estos de menor jerarquía o no. Ni que decir tiene esta forma de entender la delegación de funciones, recoge implícitamente el hecho de que obviamente se traspasa temporalmente las funciones, no así las responsabilidades que conllevan dichas funciones, o dicho de otra manera la persona que delega jamás concede nuevas responsabilidades sobre la persona delegada en relación a las funciones que se le encargan. Esto es importante comentarlo pues los malos directivos, ven en la delegación la oportunidad propicia para enviarle “marrones” a otros cargos o colaboradores o encuentran la excusa perfecta para justificar su ineficacia. Lógicamente esto, de ser así, no tendría sentido organizativo, desde el punto de vista de la eficiencia ni del control. Se delega funciones pero no las responsabilidades asociadas a ellas.

Cuando he tenido que valorar el trabajo desempeñado por directivos/as de una determinada empresa, siempre me fijo muy, mucho en la capacidad de delegar que posee esa persona y como gestiona la delegación de funciones. Siempre me gusta realizar un estudio 360º que valore esta competencia entre “afectados” y de ello suelo obtener información muy interesante ante qué tipo de profesional estoy. Con todo ello he podido sacar algunas conclusiones que creo de interés y que creo se pueden generalizar a diferentes escenarios dentro de los directivos de organizaciones:

– No suelen delegar los directivos inseguros de sus decisiones
– La delegación es un reflejo de confianza en tu equipo
– La delegación indiscriminada, sin premisas, crea una situación de caos importante
– Según posea la capacidad para delegar un directivo, s marca su nivel de productividad y eficiencia
– El “cuello de botella” productivo que genera la no delegación es lo que los malos directivos llaman control de la situación
– Lo que yo llamo organizaciones paranoicas, las que siguen creyendo que la información debe residir siempre en ciertos cargos y solo en ellos, son las menos propicias para delegar funciones
– Sin delegación los equipos crecen menos y peor
– La falta de delegación en muchos casos suele ser síntoma de problemas muchos más profundo en el profesional u organización
– Suele ser bastante habitual que profesionales que no poseen especial interés por delegar funcione entre colaboradores, cuando se les convence que lo hagan y se ponen a ello, lo suelen hacer mal y justifican sus comportamientos anteriores, es decir, “ves por qué no se puede delegar aquí”. Y es que no solo es delegar, como no es mandar, es saber delegar y en qué momento y con quien hacerlo
– Los directivos que delegan y lo hacen bien, poseen un sentido mucho mayor de control sobre sus funciones y responsabilidades
– Muchos directivos no delegan pues creen que otorgan una oportunidad de probar su talento a un colaborador y eso les puede afectar negativamente. El colmo de la falta de profesionalidad. En estos tiempos de crisis, esto sucede en más ocasiones de las que seria recomendables
– Si percibe que su equipo no crece en eficacia y eficiencia cuando delega, seguro que algo no está haciendo bien
– La organizaciones que poseen un sentido desarrollado y competente de la delegación y que incluye de forma permanente del repertorio de comportamiento organizacional, suelen ser empresas más eficientes y competitivas

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Son estas premisas y conclusiones que he podido extraer de mí trabajo con empresas muy diversas, pero en absoluto me gustaría que quedara la sensación que la delegación es una función que no requiere de ningún requisito para ejercerla, os comento lo que creo más importante escenarios para que se dé la delegación de funciones:

– Es fundamental que la alta dirección crea en la delegación de funciones y la ejerza correctamente
– Se necesita directivos convencidos de que se quiere conseguir con las funciones a desarrollar
– De directivos convencidos de sus tomas de decisiones
– De un buen clima laboral, donde exista problemas de convivencia laboral, la delegación es una magnifica herramienta para provocar “altercados”
– Es fundamental tener perfectamente definidas las funciones a desarrollar, objetivos que persigue esas funciones , tiempo que posee y forma en que se controlará la ejecución de las funciones delegadas
– Debes poseer un equipo capacitado a diferentes niveles para aceptar la delegación, esto no siempre se da
– La delegación esporádica, no suele ser un buen escenario para ejercerla
– Si no va a premiar la delegación y la consecución de resultados de ella, lo más probable es que para muchos colaboradores esto lo vea como el jefe “le pasa los marrones”
– La delegación no puede ser la respuesta a no tener tiempo el directivo para hacerlo
– Si no confía en la persona delegada
– Si la persona delegada no confía en usted
– No delegue si usted mismo no haría lo que encarga
– No delegue aquello sobre lo que no conocerá las consecuencias del trabajo realizado y de lo que no tenga el control en cualquier momento. Por su bien …
– La delegación no se debe fomentar en cargos inestables
– Delegar es fundamentalmente un acto de confianza, a partir de ahí, todo lo que la disminuya debe provocar un menor deseo por la delegación y viceversa
– Nunca debe delegar si no cumple todos los requisitos antes, para hacerlo: confianza, preparación de funciones, objetivos, determinación de la persona adecuada, etc.

Esta son las aportaciones que les puedo hacer con respecto al tema que estamos trabajando, la delegación desde mi experiencia y conocimiento. Obviamente cada uno “cuenta la historia como la ha vivido”, yo comparto con vosotros las experiencias y conclusiones que he sacado de estas. Lo que si parece bastante claro, es que la delegación de funciones, puede producir uno efectos muy positivos a nivel de eficiencia para la empresa, esto es una premisa que conocen los “buenos” directivos y es por ello que estos, crean las situaciones adecuadas para que la delegación sea una función importante y habitual a utilizar en el día a día del equipo.

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Os puedo decir que la delegación la considero entre otras cosas como una competencia “síntoma”, quiero decir con esto, que es un magnifico referente para conocer y establecer otras competencias y habilidades relacionadas con el trabajo directivo y que sin duda, es importante dentro del repertorio de habilidades del mapa de competencial del profesional. Admitido esto, el carácter que le adjudicamos con anterioridad de “cenicienta” dentro de las funciones directivas, parece que se aleja mucho de lo que realmente debe significar y el “peso” que posee en la competitividad directiva. Creo que a los directivos, entre otras muchas cosas, se les conoce por su habilidad para la delegación y cómo de adecuadamente, ejercen esta función. Por tanto creo que tiene mucho sentido y queda justificado, el título de este post y es que por su capacidad para la delegación lo conocerás, ¿no le parece?

Fuente: https://rafacera.wordpress.com/2013/06/03/por-su-capacidad-para-delegar-lo-conoceras/

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