por Eduardo Press*
Hace muchos años que se estudia la organización con la que funcionan las abejas. Incluso en 1973 Karl von Frisch ganó el premio nobel de Fisiología y Medicina por el estudio del vuelo de las abejas.
Hace poco encontré una conferencia muy interesante de un sencillo apicultor español, Gerardo López, que desarrolla su actividad en la provincia de Ávila, cercana a la ciudad de Madrid en España.
¿Qué tiene de interesante?
Qué describe lo que aprendió de las abejas en sus 45 años de apicultor y explica de un modo sencillo los que los científicos premiados fueron descubriendo en sus investigaciones. Lopez no es un investigador es apicultor.
¿Qué es lo interesante de su relato?
¿Y sobre qué conversan?
Constantemente están “charlando” entre ellas. Intercambian información sobre todo lo que necesitan para cumplir con su rol dentro y fuera de la colmena. Distintos tipos de abejas cumplen diferentes funciones y todas aportan información para el mismo objetivo: subsistir. El sol es su referente para todos sus movimientos desde los vuelos hasta la construcción de los panales.
El apicultor dice que la colmena está construida por un cerebro colectivo. Esto significa que el funcionamiento de la colmena se asemeja a un cerebro en el que cada abeja funciona como una neurona.
¿Qué reflexiones podemos hacer a partir del comportamiento y organización de las abejas?
Algunas que nos son útiles para pensar en nuestros equipos de trabajo.
En síntesis
Estimado lector, no se me escapa que las abejas funcionan así porqué está determinado por la genética, gestionar personas en una empresa no surge de la misma manera. Trabajar en equipo es una construcción del día a día, un proceso con sus idas y sus vueltas. La organización de las abejas solo es una buena metáfora para comprender cuál es el camino. Hacia allá tenemos que ir.
En el cierre de la exposición al apicultor le preguntaron que podríamos aprender de las abejas como sociedad y como personas.
Responde: “Muchísimas cosas”.
“Pero para mí hay una cosa importantísima: las abejas colaboran en la colmena porque tienen intereses comunes y cuanto mejor le va a la sociedad, mejor les va a ellas.
Eso quiere decir que para que a nosotros nos vaya bien le tiene que ir bien a la sociedad. Porque si no le va bien a la sociedad, a nosotros no nos va a ir bien de ninguna de las maneras. Y si no nos va bien a nosotros, tampoco le va a ir bien a la sociedad.
Tenemos que compartir con todos, porque es la única manera de que esto funcione”.
Palabras de un simple apicultor de 45 años de trayectoria.
Una lección de management.
Amigo lector, su empresa ¿funciona como un enjambre de abejas (cerebro colectivo) o como un conjunto de grupos que hacen las cosas por su cuenta (cerebros dispersos)?
Fuente https://www.sitioandino.com.ar/n/356144-las-abejas-y-el-trabajo-en-equipo-podemos-aprender-de-ellas/
*En colaboración con la Lic. Sofía Florín. Especialistas en Psicología Organizacional