En este artículo hablaré sobre el autoboicot: por qué nos autoboicoteamos, cómo lo hacemos y qué podemos hacer para remediarlo.
Básicamente en ponernos impedimentos, o ir en contra de nuestros propios deseos y necesidades impidiéndonos avanzar. Por ejemplo:
Todo esto nos hace sentir mal con nosotros mismos, mina nuestra autoestima, y genera un gran conflicto interno: nos “torturamos” enfadándonos con esa parte de nosotros mismos que nos boicotea y con nosotros por ser “débiles” o no poder hacer lo que realmente queremos o sabemos que es lo mejor. El autoboicot genera gran sufrimiento.
Normalmente podemos identificar a la parte de nosotros que nos sabotea por cómo “nos habla” en nuestro diálogo interno: suele ser derrotista o con pensamientos muy negativos, o ser un perezoso/a que procrastina y pone excusas para no hacer algo:
También puede que sea perezosa y busque excusas o la recompensa inmediata evitando el esfuerzo:
Siempre comento que toda nuestra conducta busca un beneficio para nosotros mismos, y aunque en el autoboicot nos perjudiquemos, la intención inicial de nuestra parte saboteadora es seguramente protegernos o evitarnos malestar. Nos movemos por la búsqueda de satisfacción o bienestar y por evitación del sufrimiento o malestar: cuando tenemos una necesidad insatisfecha esta nos suele generar un malestar (por ejemplo hambre) y actuamos en consecuencia (comer).
Sin embargo, en ocasiones se producen desequilibrios cognitivos: y podemos identificar como sufrimiento cualquier cambio o incomodidad, caer en un estado de indefensión, o dejarnos llevar por la trampa de los pensamientos negativos.
Nuestros comportamientos autosaboteadores se mueven por lo mismo: búsqueda de bienestar y evitación del malestar. Aunque a veces la dinámica que seguimos en esta búsqueda de bienestar o evitación del malestar pueda traernos perjuicios a largo plazo o impedir que consigamos nuestras metas: por ejemplo por miedo al cambio, a lo desconocido, por prejuicios o creencias irracionales, etc.
Existen numerosos tipos de conductas de autosabotaje: yo he bautizado dos tipos diferentes como “autosabotaje instintivo” y “autosabotaje limitante” (esta terminología la he inventado yo, no la encontraréis en los manuales de psicología
Tiene que ver con el control de los impulsos. Las personas con una personalidad más impulsiva suelen ser las que tienen más problemas de este tipo: hay estudios dentro del campo de psicología de la personalidad y neuropsicología que han observado bajos niveles de un neurotransmisor llamado GABA en las personas con tendencia a la impulsividad. Esto suele estar en la base de trastornos relacionados con el control de los impulsos como adicciones, agresividad, TOC, etc.
Nuestro autosaboteador que busca bienestar normalmente se guía por nuestros instintos primitivos, buscando satisfacción a corto plazo, e ignorando a nuestra parte más racional.
Teniendo como referencia el modelo triúnico de nuestro cerebro, este autosaboteador estaría guiado por nuestro sistema límbico, por nuestros impulsos: nos lleva a tomar decisiones impulsivas y pensando en el corto plazo.
Por otro lado está nuestra parte racional, ubicada en nuestra corteza prefrontal, que es la que gestiona nuestros pensamientos lógicos, la que resuelve problemas, analiza lo que es mejor para nosotros, memoriza, y realiza todas aquellas capacidades que caracterizan al ser humano como animal racional y pensante.
Para un funcionamiento ideal, nuestra parte racional (la “prefrontal”) ha de guiar y controlar a nuestra parte impulsiva ( la “límbica”) y estar ambas en buen equilibrio. Lo que llamamos tener autocontrol.
De esta manera podremos tomar decisiones racionales y meditadas sin dejarnos llevar por la impulsividad, podremos retrasar las gratificaciones en pos de beneficios a largo plazo, y avanzar de forma consciente y meditada hacia nuestras metas. Hay un artículo muy bueno de Marcos Vázquez, de Fitness Revolucionario, en el que explica esto mismo con una analogía entre un jinete y un elefante
En estos casos nuestro “autosaboteador” es la parte impulsiva al mando, este tipo de autosabotaje es el que nos hace procrastinar y caer en las “tentaciones”, te convence a tomar decisiones basadas en los impulsos de gratificación inmediata y a evitar la incomodidad:
Al final renunciamos a cosas que sabemos que son buenas para nosotros, o “caemos en la tentación”, por culpa de este saboteador interno que busca gratificación inmediata y nos enfadamos por no ser disciplinados, constantes… etc. Este autosabotaje tiene que ver con la fuerza de voluntad, los hábitos y la autodisciplina.
Por suerte hay cosas que podemos hacer para no dejar que la impulsividad esté al mando: entrenar y fortalecer distintos tipos de habilidades como:
Un aspecto que influye muchas veces en dinámicas de “autoboicot” es una lucha interna entre una parte muy severa, controladora y rígida.. y otra que responde de manera “rebelde” a esa rigidez autoimpuesta. Si nuestra autocrítica y autoexigencia tienen un estilo muy severo y rígido, con expectativas de perfección y queriendo controlarlo todo… acaban provocando, paradógicamente, autoboicots como efecto rebote. Hay que recordar que el control rígido y severo provoca descontrol y acaba formando parte del problema. Por ejemplo: esto es lo que suele pasar en los TCA (trastornos de conducta alimentaria) cuando ser muy rígido con las “dietas” e intentar controlar todo lo que comemos y prohibirnos determinados tipos de alimentos, acaba provocando atracones como efecto rebote.
Hay una parte cognitiva y emocional detrás del autosabotaje. Muchos miedos: miedo al cambio, al fracaso, o incluso al éxito.
¿Os acordáis cuando os hablé de los miedos que bloqueaban? Comentaba entonces que el miedo es adaptativo y un buen consejero, pero que cuando se volvía sobreprotector nos ahogaba.
Esta misma dinámica de sobreprotección puede producir “autoboicot”, tomando el ejemplo de patinar del artículo del miedo podría decirme:
Este saboteador “limitante” se guía por pensamientos negativos y creencias limitantes, suele aparecer junto con baja autoestima y miedos sobreprotectores. Forman entre todos un equipo que por querer protegernos y evitarnos males nos bloquean, e impiden que corramos ningún riesgo ni avancemos hacia nuestras metas.
En el artículo sobre por qué nos cuesta tanto cambiar, os hablé de las creencias limitantes que solían estar en la “raíz” de los miedos al cambio. Estas creencias limitantes suelen estar en la base de este tipo de conductas de autosabotaje.
Por ejemplo:
Como vemos este tipo de autosabotaje está guiado por creencias irracionales limitantes que provocan las conductas de sabotaje, y es algo más complejo que el “instintivo”. El tema es que estas creencias muchas veces no son conscientes, y están muy “enraizadas“: hemos de analizar nuestro diálogo interno para detectarlas (a veces es necesario hacerlo con ayuda de un psicoterapeuta).
Es importante tener bien definidas nuestras metas, pero sobre todo el por qué deseamos alcanzarlas: este “por qué” ha de estar alineado a tus necesidades y a tus valores personales, recuerda que como decía nuestros valores son nuestra brújula.
Los hábitos consiguen que no dependamos de la motivación ni de la voluntad para hacer algo, cuando conseguimos crear buenos hábitos incorporamos de manera automática determinados patrones de conducta aprendidos: creemos hábitos que nos ayuden a llegar a donde queremos estar mañana: buenas rutinas que nos ayuden a avanzar.
Se trata de tener claros tus “por qués” para que tu cortex prefrontal esté al mando y pueda resistir tentaciones del lado instintivo, pero también puedes facilitarle el camino eliminando “tentaciones”, por ejemplo:
Se trata de reforzar todo aquello que tenga que ver con la/s conductas que desees fomentar, por ejemplo si se trata de comer sano:
Y si, voy a decirlo otra vez a riesgo de ser cansina: hazlo por escrito. Ten una libreta para trabajar tu diálogo interno.
Analiza cómo te hablas, qué te dice tu lado “saboteador” e intenta detectar creencias irracionales o limitantes.
A través del autoconocimiento, identificando y comprendiendo tus propias emociones, y también fortaleciendo tu empatía y asertividad.
Es verdad que la inteligencia emocional viene determinada por nuestra genética, nuestra educación y nuestras experiencias en la infancia pero puede también mejorarse en cierto grado en la edad adulta: aunque desde ya te adelanto que requiere bastante implicación y esfuerzo, y si deseas trabajarlo te recomiendo buscar apoyo profesional como guía.
Nuestra inteligencia emocional implica:
Como os comento, recomiendo trabajar estos temas en terapia o cursos con un tutor especializado en estos temas, pues muchas veces es complicado hacer consciente lo inconsciente o salir de “trampas cognitivas” por nosotros mismos.
Para profundizar en el tema algunas lecturas recomendadas son:
Espero que este artículo os ayude a entender la dinámica del autosabotaje y a ponerle remedio si se presenta ¿Os ha resultado interesante?
Piensa cada día en hacer algo que te acerque al lugar en el que quieres estar el día de mañana.
Fuente: https://psicologia-estrategica.com/autoboicot-que-es-y-como-dejar-de-caer-en-el/